El bulto

Dando vueltas en la cama
una calurosa noche de junio
acuné mis pechos con los brazos
y sentí un duro nudo de tejido.
Tenía quince años.
La vida me subió hasta la garganta
amenazando con ahogarme.
Tres veces intenté decirlo a mi madre.
Prometió que mi cita sería
Con una doctora.
Una enfermera dijo mi nombre.
No tenía cáncer.
La sutura en mi piel me recordaba
un pollo dispuesto para el horno.
Me avergoncé
de que el primer hombre en mirarme
sólo estuviera haciendo su tarea.

Angela McSeveney

No hay comentarios: