La hija de nadie

Una corona de oro arrancada y abandonada en el bosque.
Un perro negro con un secreto.
Juncos trenzados en una cesta llena de hojas de tabaco. Como postales de un
        viaje al Nuevo Mundo.
Agua calcárea obstruyendo el grifo, desagüe, la ducha donde nunca conseguirás
        estar limpia.
Las hojas de tabaco extendidas como una alfombra.
En el verde amarillento de la jungla: carcajadas y ulular de animales, hurtando a la niña.
Ella aprende a desgarrar la carne con sus afilados dientes de leche.

Janet McAdams


Viajes polares
Atrapados en el hielo: El Jeanette

Nos aferramos
a la capa congelada. Medimos la profundidad
del mar que no podemos ver. Preguntamos: ¿Para qué un barco
cuando el agua se solidifica? Dos años en la manada,
¿quién de nosotros no sueña con caminar por
los témpanos de hielo alrededor del barco, o incluso con dos pies
de terreno firme? ¿Quién de nosotros no sueña con
una cama tibia, con un cuerpo humano?
¿Quién de nosotros todavía conoce su cuerpo?
Salimos de nuestra ciencia insensata, los sextantes, los teodolitos,
una docena de artilugios metálicos. En todos los barómetros perdidos
la aguja va más allá de perverso hasta frío criminal.

Janet McAdams










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