"En suma, la afirmación ‘la materia piensa’ marca el hecho de que la materia en movimiento —el movimiento de la materia— tiene la propiedad, a través del nacimiento del ‘hombre’ «por diferenciación» (Engels) en el proceso de la mano-trabajo, de producir como solución transitoria —dialéctica e histórica— de su contradicción infinita: el lenguaje (que no siendo una superestructura, sobredeterminará materialmente todo pensamiento de ‘sujeto pensante’ que aparezca en la negación). Lo que implica que el propio lenguaje, bajo ciertas condiciones, es un efecto trabajado de la contradicción objetiva: si el lenguaje, en particular, está ‘hecho de diferencias’, la diferencia es siempre ya el efecto de la contradicción. «Toda diferencia es una contradicción.» Como escribe Hegel: «La representación ordinaria contiene en todas partes la contradicción, pero no alcanza la conciencia de ésta; sólo es reflexión externa que pasa de la igualdad a la desigualdad, o de la relación negativa a la reflexión de la diferencia en sí misma.» «La diferencia en general es ya contradicción en sí; pues es la unidad de cosas que sólo existen porque no forman uno, y es la separación de cosas que sólo existen como separadas bajo una sola y misma relación.» Para el materialismo dialéctico, ningún ‘metalenguaje’ último, ninguna hipóstasis de ‘sujeto’ son en principio posibles. El lenguaje es siempre ya práctico, marcación, escritura diferenciada-diferenciante (histórica y social) de la contradicción. Comprendemos mejor, entonces, el considerable alcance de la nota de Lenin en sus Cuadernos sobre la dialéctica: «Historia del pensamiento: ¿historia del lenguaje?» Para el idealismo subjetivo, en cambio (cuya cobertura sustancial está formada por la fenomenología del empirio-criticismo y del empirio-simbolismo), el sujeto, en el límite, ha creado el mundo, luego su imagen de sujeto, etc. El discurso idealista, nos dice Lenin, es siempre religioso; aun en sus versiones laicas, racionalistas o ‘ateas’, consiste en pretender que ‘en el fondo’ lo físico (o, más modestamente, su razón) salga de lo psíquico: «El paro —escribe Lenin— se jactaba de haber incendiado el mar, o sea de construir los elementos físicos con los elementos psíquicos y se comprobó que los elementos físicos se encuentran fuera de los elementos psíquicos ‘situados dentro de nuestro cuerpo’. Bella filosofía, sin lugar a dudas.» «La verdadera manera de ver de los materialistas —escribe también— no consiste en extraer la sensación del movimiento o en reducirla a él, sino en considerar a la sensación como una de las propiedades de la materia en movimiento."

Philippe Sollers
Sobre el materialismo



"La historia es el tiempo en que una obra tarda en ser leída."

Philippe Sollers



"No es lo escrito lo que está amenazado hoy día, sino el sistema nervioso central capaz de utilizarlo. En realidad, la crisis se presenta primero al interior de las elites. Son los responsables de lo escrito quienes están en caída libre: sus propietarios, sus agentes de transmisión, su clero. Nada más fácil de verificar. Un cura, por ejemplo, ignora su Biblia. Un filósofo no sabe muy bien lo que Nietzsche o Hegel han dicho. Un crítico literario es incapaz de distinguir un libro bien escrito de un volumen repleto de clichés. Un escritor profesional, más o menos embrutecido por la vida convencional que lleva, se contenta con volver a publicar, salvo con algunas variantes, el mismo libro. Un poeta está satisfecho con que se lo llame de esa manera, pero se vería en la imposibilidad de recitar de memoria diez versos de Baudelaire. Un periodista, a fuerza de leer los diarios para volver a copiarlos, no descifra más que la disminuida escritura periodística. Un editor, obsesionado por la lista de las mejores ventas, se olvida de abrir un libro durante el fin de semana, como lo demandaría su oficio. Todo el mundo cree saber un poco sobre casi todo. La verdadera causa es la inmensa, la inconcebible pereza de los funcionarios culturales. Entiéndase: funcionarios, editores, escritores, periodistas. Están ahí, cómodos, atiborrados de buenos pensamientos y de sermones democráticos, sabiamente anti-intelectuales (ya que los intelectuales se han equivocado siempre), satisfechos de su avance social, arribados providencialmente, y decididos a que no se mueva nada."

Philippe Sollers
Elogio del infinito



"Quiero el mundo y lo quiero tal cual y lo quiero de vuelta, lo quiero eternamente, y exclamo de forma insaciable: ¡que se repita!”

Philippe Joyaux, conocido como Phillipe Sollers

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