Las golondrinas

¿Adónde se irán volando por esos cielos,
brasitas negras que lustra la oscuridad?
Detrás de su vuelo errante mis ojos gozan
la inmensidad.
Veleros de la tormenta se van las nubes,
en surcos de luz dorada se pone el sol
y, como sílabas negras, las golondrinas
dicen adiós.
Vuela, vuela, vuela, golondrina,
vuelve del más allá.
Vuelve desde el fondo de la vida
sobre la luz, cruzando el mar.
Un cielo de barriletes muestra la tarde,
el viento en las arboledas cantando va
y desandando los días mi pensamiento,
también se va.
Cuando se acorten los días junto a mi sombra
y en mi alma caiga sangrando el atardecer,
yo levantaré los ojos pidiendo al cielo
volverte a ver.

Jaime Dávalos
Canción



Las golondrinas

Amo las golondrinas
porque son como mi alma
fugaces visitantes de lo desconocido.
Aparecen de pronto,
cuando la primavera en el aire
decide la derrota del frío.

Me traen de los cielos remotos de la tierra
la nostalgia despacio
y el ansía de infinito
con que mi sangre
viene venciéndola a la muerte
y afirmando la vida
a través de los siglos.

Las veo,
entre celajes de nubes ampulosas
que copia en el espejo de las aguas el río,
festejar la tormenta que presienten
volando al ras del agua
ebrias de librar su instinto.
Porque son como flechas del arco iris
jugando en el azul abierto
su secreto destino.

Yo creo,
que a mi vienen
desde el fondo del tiempo
para que no me olvide
de mi origen divino.

Jaime Dávalos


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