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¿Nada más que esto?
Habría que pensar en las palabras cuando hayamos descubierto el recorrido
de instalación; el hueco; la huella en cuerda (de)mostradora de motivos, y en
el desprendimiento del apacible correspondiente.
De bastón como herramienta revelada en tristezas y ruegos de duermevela.
Estar en implacable convivencia, injusticia, y excluir todo lo tenaz hacia las
sílabas que rasguñan tanta tardanza de ocurrir heridas a destajo.

Lucas Peralta
De Escombros

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III

¿La página sesenta y seis de Trilce? Sí, y toda la pobreza atardecida bajo vinos
y versos interminables como alhaja digna plausible en los desatinados decesos
de mesas y preguntas. Ánimo y lenguaje previo para regular el habla como
instrumento y laburo comunicativo.

Encauzar y emitir con descaro la palabra desencajada en bloques léxicos y
visión de totalidad. Así, como fragmentos aislados latentes, o esquemas e
intuiciones agotadas rigen las bases que, a los ponchazos, comunican la
densidad única e irrepetible de toda obra que sueña explotar por ahí.

Lucas Peralta
De Escombros


XXIII

Intercambiar nuestras señales a la intemperie.
Rumiar las cenizas hasta dar con los escombros.
Ahí donde las estimables maneras de mutismo
pasmoso labren las siglas en recupero o donde
las palabras intenten la sola explosión de un
lenguaje ajado y harto ya de útiles docilidades.

Silencio y plausible temblor. Palabras obedientes
al tanteo, embrolladas. Unión de la constante oída
ya en los diccionarios y de lo dicho en la plaza
pública. Distribuciones de un texto harto ya de
docilidades, como dos que saben quererse.
Recado proemio: aquella voz de la plaza pública.

¿Quiénes serán los encargados de portarla?
¿Por quién hablaremos en lustros de insistencia?
¿Amparados en cuáles andará la concreción como
cobija? César Vallejo encastrado en mi penúltima
voluntad de silencio, en mi sanear aquel efecto
evidente para todo rostro y palabras.

Lucas Peralta



XXVIII

Ahí, en lo chiquito del día, el silencio es literal.
Interpreta y glosa la elocuencia y el eco de los
otros mendigos de mecheros sin ningún tipo de
adjetivo. Entre la simetría y el reposo también se
fueron nuestras palabras ya leídas.
Mundo de gente; como barro y furia.

Mutismo acalorado y obstruido de materia simbólica
y observaciones que presagian los conflictos en este
fragmento de totalidad. Lustre de empíricos y efecto
como pizarra que muestra y dicta. Qué es una figura
entonces si no un túmulo evidente para toda mirada.

Máscara desaguada; imágenes construidas en la pugna
entre los nuevos y los previos e indiscutibles mecanismos
del lenguaje. ¿Lo real? A esta altura no lo sé.

Lucas Peralta












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