A mis amigos no les gusta la poesía

A mis amigos no les gusta la poesía
lo bien que hacen: no saben del temblor de las mañanas
ni que el mundo ya lleva muerto mil años
No derraman una sola lágrima
ante la manada en celo que cada día arrasa
con millones de gigabytes en banda ancha
Me importa un pito la poesía me dijo Julián
aquella noche mientras bajábamos del taxi
No me vengas con Neruda ponémelo a Nirvana
No me versees con Spinetta ni "te encontraré una mañana..."
Salvo esa vez cuando en la Fiesta del Reencuentro
la aparición de aquella compañera nueva
que seguía tan alegre y perturbadora como antes
que se vino espléndida tan bien acabada
con su espíritu indemne y aún más pujante sangre
Cuando terminamos al amanecer borrachos en comunión
unidos en la oración por el amor verdadero
que diríase es sencillo, básico, austero.

Juan Anselmo Leguizamón



Los recitales de poesía son un embole

Los recitales de poesía son un embole
#listo # lo dije
una vez los soportan los amigos, ya dos no
cuando vas a presentar un libro y lo andas ladrando
como quien tiene algo que ladrar o ronronear
o que llorar
como una pobre Magdalena que perdió a su Cristo.
Y no, a mis amigos no les gusta la poesía
vienen como quien va a visitar a un pariente zonzo,
primo chalado
con esa media sonrisa comprensiva
de lo pasado de rosca el pobre chango
que hace poesía y que diciendo la lluvia insiste
pues vamos, si no ¿quién lo va a salvar a este muchacho?
Si por lo menos el quía cantara tangos o zambas
habría una mejor excusa para darle al trago
mirar las minas...
sería menos mundial todo este tedio
y hermoso el trance inútil de Pier Paolo
-Sí, será lindo para vos, mamífero prosódico
echado a los pies de la ciudad verbal y caliente.
-Y bueno che, en un punto está bien que hagan poesía,
por lo menos no se andan drogando y/o embarazando
-dice la tía.

Juan Anselmo Leguizamón



No trates por todos los medios de ser tan perfecta

No trates por todos los medios de ser tan perfecta
dejá algo para el error dejá una raja
algún agujero alguna hilacha
dejá algo roto dejá algo abierto
dejá que algo vaya en desconcierto

No trates de ser tan perfecta
dejá algo fuera de ritmo sin ensayo
algún flanco al descubierto
dejá algo suelto al aire dejá un rayón
dejá que algo salga así tirado al voleo

No trates de ser tan perfecta
dejá un botón desabrochado un mechón suelto
alguna mala palabra una puteada dejá escapar
dejá de vigilarte los modales dejálos fallar
a tus manos dejá dudar

No trates por todos los medios de ser tan perfecta
dejá un quilombo dejá un reguero
que quede algo siempre en el tintero
dejá que la recóndita piel abisme y desespere
de golpe al despiste empapada en devaneo.

Juan Anselmo Leguizamón


Tenía que haberle pedido a Javier Adúriz que corrija esto

¡Corran -les gritó-
ya se han dado cuenta de que son poetas!

Y así -de rompe y raje- estuvieron idos
con sus pentámetros yámbicos a cuestas
agarrados de sus sombreros de fieltro
perdiendo algunos Wordsworth en el camino.

Fue en tandas de cinco que se las tomaron
llevados por motoqueros del infierno
a la loma donde el Lucifer de Milton
acabado de tanto trajín y dolo

giraba en pura sangre de calesita
sin pillar sortija.

Juan Anselmo Leguizamón














No hay comentarios: