Abruptamente entro
en el solemne salón de la lírica.

Allí están los poetas
escuchando música
en torno al muerto.

¡Qué manera de comportarme!
Algunos señalan mi gorra,
otros las botas.
Lo único que me queda es disparar
una perdigonada a la araña de cristal.

Lars Evert Huldén



Aunque la corneja 

Aunque la corneja lleva ya horas
atropellada en la carretera
completamente aplastada

porque el automovilista no se molestó en desviarse
sino que más bien apuntó hacia ella

el viento sin embargo no
ha abandonado completamente la esperanza,

acaricia delicadamente el cuello de la corneja
o lo que había sido su cuello
(las plumitas ondean levemente)
y dice con voz suave y sugerente:

¡Anda, levántate!

Lars Evert Huldén


La República

Ahora lo importante es prestar mucha atención
a uno mismo y a su vida.

La policía controla con mayor frecuencia
la identidad de los que pasean por la calle,
especialmente la de los mal vestidos.

Los coches azules de la policía son más visibles que antes.
Están siempre doblando la esquina inesperadamente.

Aumenta el nerviosismo.

El señor Alcalde juzga
el estado de la ciudad
contando el número de golpes que recibe
durante su paseo nocturno.

Se solicitan buzos para las cloacas
en las redacciones de los periódicos.

La luz se amortigua en las habitaciones.
Se baja el volumen de la radio.
El vídeo nos ofrece programas de
otro mundo.

¿Perteneces a algún club?
Sería sensato pertenecer a un club
y comprar un esmoquin.

Animales que no han cambiado
a tiempo a su piel de invierno
son cazados implacablemente por la jauría en los campos.

Los muebles barnizados suelen dejar de
saludar y negar su amistad a los rayados.
Estos últimos se van dispersando
para no ser vistos juntos.

Los políticos presentan
la verdad completa y total
de su mentiroso pasado.

Los árboles altos se agachan,
los bajos se estiran.
Se desea un perfil uniforme en los bosques.
Sigilosamente funciona el hacha de fichar.

El Supremo está sentado en silencio en sus habitaciones.
Alguna vez se echa por debajo de la puerta
una carta con signos incomprensibles.

Lo que ocurre tiene que poder ocurrir.
Y ocurre en la república de hoy.

Lars Evert Huldén



La ropa de los muertos
que te dieron a cuidar en el hospital
que pones en la parte trasera del coche
para llevarla a casa,
la ropa de los muertos
está muy callada.
Más silenciosa que cualquier bosque
en una helada noche otoñal,
la ropa de los muertos.
Puedes escuchar tus pensamientos
todo el camino a casa.

Lars Evert Huldén



¿Lograré aprender alguna vez
que la creación poética es una cosa seria?
Dime, ¿no es la poesía una cosa seria?
Trata de hacerme comprender
esto tan importante: Crear
es escribir poemas
sin reírse
de sí mismo.

Lars Evert Huldén



Me preguntan, no inesperadamente 

Me preguntan, no inesperadamente
por qué escribo.
Sé lo que debería contestar:
Escribo porque amo
a la humanidad y quiero
que mejore la situación de los hombres y que puedan vivir juntos
en paz, libertad e igualdad.
Con mis poemas quiero en la medida
de mi escaso talento, contribuir a alcanzar
esa noble meta.

Pero contestar de esa manera
sería pura palabrería.

Escribir es hundir la mano
en tinta, en alquitrán o en tinta de imprenta
y estamparla en una pared
por amor a la impresión,

por el solo motivo de la impresión
de su mano.

Lo más negro que hay
donde hundir la mano
es la miseria del mundo.

Lars Evert Huldén




Un gran poeta puede ser un hombre mezquino, gruñón, fastidioso, sí, hasta un hombre corriente

El hombre descendió una vez de los árboles.
Con ello perdió la seguridad que dan los árboles.
No hay seguridad que se sienta como la seguridad en los árboles.
¿Cuál es la meta de nuestra nostalgia? Quizá sean los árboles.
El idioma le ofrece al poeta una vida en los árboles.
En el idioma vive como antes se vivía en los árboles.
El idioma es frondoso, flexible, grande como los árboles.
El poeta se cuelga del idioma como de los árboles.
En el idioma se siente seguro como en el hogar de los árboles.
Delicioso es vivir y ser uno con los árboles,
alto y derecho y fuerte y dulce y rico como los árboles.
La canción más antigua del mundo es el susurro del viento en los arboles.
No invites nunca a un poeta a bajar de los árboles
¿Qué es él cuando mora en el suelo bajo los árboles?
Es un gusano, como todos los que vivimos bajo los árboles.
No hay seguridad que se sienta como la seguridad en los árboles.

Lars Huldén


Una nueva lección
me fue dada hoy
cuando vi mi sobretodo
yacer sin vida en el suelo
con las perchas rotas,
una nueva lección
no acumular tanta
basura en los bolsillos.

Lars Evert Huldén














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