"Ahora no quiero saber nada más, solo quiero mejorar lo que no sé."

Manoel de Barros


Autorretrato hablado

Vengo de un Cuiabá garimpo y de callecitas tortuosas.
Mi padre tuvo un puesto de bananas en el Beco da
           Marinha, donde nací.
Me crié en el Pantanal de Corumbá, entre animales del
           suelo, personas humildes, aves, árboles y ríos.
Aprecio vivir en lugares decadentes por puro gusto
           de estar entre piedras y lagartos.
Hacer apreciar lo despreciado es algo que me place.
Ya publiqué 10 libros de poesía; al publicarlos me
           siento como deshonrado y huyo al Pantanal
           donde soy bendecido a garzas.
Me busqué la vida entera y no me encontré — por eso
           fui salvado.
Descubrí que todos los caminos llevan a la ignorancia.
           No fui a parar a la alcantarilla porque heredé
           una chacra de ganado. Los bueyes me recrean.
¡Ahora soy tan ocaso!
Estoy en la categoría de sufrir de moral, porque sólo
           hago cosas inútiles.
En mi morir hay un dolor de árbol.

*

En las Metamorfosis, en doscientas cuarenta fábulas,
           Ovidio muestra seres humanos transformados en
           piedras, vegetales, animales, cosas.
Un nuevo ejercicio sería que los entes ya transformados
           hablaran un dialecto cosal, larval, piedral etc.
Nacería un lenguaje madrugante, adánico, edénico,
           inaugural –
que los poetas aprenderían – siempre y cuando volvieran
           a los niños que fueron
           a las ranas que fueron
           a las piedras que fueron.
Para volver a la infancia, los poetas también tendrían
           que reaprender a errar la lengua.
¿Pero esto es una invitación a la ignorancia?
¿A inocular el idioma en los mosquitos?
Sería una demencia peregrina.

*

El río que daba la vuelta detrás de nuestra casa era
           la imagen de un vidrio blando que daba la vuelta
           detrás de la casa.
Después pasó un hombre y dijo: esa vuelta que da
           el río detrás de tu casa se llama ensenada.
Ya no era la imagen de una culebra de vidrio que
           daba la vuelta detrás de casa.
Era una ensenada.
Creo que el nombre empobreció la imagen.

Manoel Wenceslau Leite de Barros



"Camino muy lleno de vacíos. Mi órgano moribundo me domina. Estoy sin eternidades."

Manoel de Barros



El proveedor

Andar a tontas y a locas es cosa de ave.
Mi abuelo andaba a tontas y a locas.
No servía para casi nunca.
Pero sabía el nombre de los vientos
y todos los silbidos para llamar a los pájaros.
Ciertas palomas lo tomaban por techo y pasaban
las tardes frecuentando su hombro.
Mi abuelo decía cosas poco sesudas:
           que lo habían elegido para ser árbol.
Lirios lo meditaban.
A mi abuelo lo tomaban por tonto
porque cada mañana daba los buenos días
a los sapos, al sol, al agua.
Pienso que era proveedor de poesía como las aves
y los lirios del campo.

Manoel de Barros



El recolector de desperdicios

Uso la palabra para componer mis silencios.
No me gustan las palabras
cansadas de informar.
Respeto más
las que viven con el vientre en el suelo
tipo agua piedra sapo.
Entiendo bien el acento de las aguas.
Respeto las cosas poco importantes
Y a los seres poco importantes.
Aprecio los insectos más que los aviones.
Aprecio la velocidad
de las tortugas más que la de los misiles.
Tengo en mí ese retraso de nacimiento.
Yo fui engendrado
para que me gustasen los pájaros.
Por eso tengo abundancia de felicidad.
Mi patio es mayor que el mundo.
Soy un recolector de desperdicios:
Amo los restos
como las buenas moscas.
Quería que mi voz tuviese un formato de canto.
Porque yo no soy de informática:
soy de invencionática.
Sólo uso la palabra para componer mis silencios.

Manoel de Barros


"Hay personas que nacen poesía."

Manoel de Barros



"La línea es una curva que no sueña."

Manoel de Barros



"La mayor riqueza del hombre es su incompletitud. En ese momento soy rico."

Manoel de Barros


"La poesía no existe para comunicarse, sino para comunicarse."

Manoel de Barros



"La poesía se almacena en palabras, eso es todo lo que sé. Mi destino es que no sé casi todo. Sobre nada tengo profundidades. No tengo conexiones con la realidad."

Manoel de Barros



Mundo pequeño

 I

Mi mundo es pequeño, Señor.
Tiene un río y unos pocos árboles.
Nuestra casa se hizo de espaldas al río.
Hormigas recortan los rosales de la abuela.
Al fondo del patio hay un niño y sus trastos
maravillosos.
Todas las cosas de este lugar ya están comprometidas
con las aves.
Aquí, si el horizonte enrojece un poco, los
escarabajos piensan que están en un incendio.
Cuando el río está empezando un pez,
Él me cosa
Él me rana
Él me árbol.
En la tarde un anciano tocará su flauta para invertir
los ocasos.

Manoel de Barros


"Para mi imaginación no tiene camino. Y realmente no me gusta el camino. Me gusta la desviación y desver."

Manoel de Barros



"Que la importancia de una cosa no se mide con una cinta métrica o escalas o barómetros, etc. Que la importancia de una cosa debe medirse por el encanto que produce en nosotros."

Manoel de Barros



"Quien camina en la vía es un tren de hierro, yo soy agua que fluye entre piedras: camino de caza de libertad."

Manoel de Barros



"Quiero el deleite de poder sentir las cosas más simples."

Manoel de Barros


"Quiero que la palabra sirva en la boca de los pájaros."

Manoel de Barros


"Soy muy egoísta y narcisista. Mi mundo soy yo en carne y hueso. Soy lo que produzco y lo que no puedo producir. Sufro un poco en esa parte de no poder producir."

Manoel de Barros





"Soy un constructor menor. Las ramas con las que arreglo los puntales de mi nido son más firmes que las paredes de los grandes edificios del mundo. ¡Ay!"

Manoel de Barros



"Todo lo que no invento es falso."

Manoel de Barros



Una didáctica de la invención

I

Para tantear las intimidades del mundo es preciso saber:
a) Que el esplendor de la mañana no se abre con cuchillo
b) La forma en que las violetas preparan el día para morir
c) Por qué las mariposas de bandas rojas tienen devoción por las tumbas
d) Si el hombre que toca en la tarde su existencia en un fagot tiene salvación
e) Que un río que fluye entre dos jacintos lleva más ternura que un río que  fluye entre dos lagartos
f) Cómo atrapar la voz de un pez
g) Cuál es el lado de la noche que se humedece antes.
etc.
etc.
etc.
Desaprender ocho horas al día enseña los principios.

II

Desinventar objetos. El peine, por ejemplo.
Dar al peine funciones de no peinar.
Hasta que tome la disposición de ser una  begonia, o una corbata.
Utilizar algunas palabras que aún no tengan idioma.

III

Repetir, repetir… hasta que quede diferente.
Repetir es un don del estilo.

IV

En el Tratado de las Grandezas de lo Ínfimo estaba escrito:

Poesía es cuando la tarde es competente para las dalias.
Es cuando
al lado de un gorrión el día se duerme antes.
Cuando el hombre hace su primera lagartija.
Es cuando un trébol asume la noche
y un sapo engulle las auroras.

V

Las hormigas porteadoras entran en casa de culo.

VI

Las cosas que no tienen nombre
son las más pronunciadas por los niños.

VII

En el desprincipio era el verbo.
Solo después fue cuando vino el delirio del verbo.
El delirio del verbo estaba en el principio,
allí donde el niño dice: Yo escucho  el color de los pajaritos.
El niño no sabe que el verbo escuchar no funciona para el color,
sino para el  sonido.
Entonces si el niño cambia la función de un verbo, delira.
Y por tanto,
en poesía, que es voz de poeta, que es la voz de hacer nacimientos…
el verbo tiene que llegar al delirio.

VIII

Un girasol se apropió de Dios: fue en Van Gogh.

IX

Para entrar en estado de árbol es preciso
partir de un sopor animal de lagarto a las tres de la tarde,
en el mes de agosto.
En dos años la inercia y el bosque crecerán en nuestra boca.
Sufriremos alguna descomposición lírica
hasta que el bosque salga en la voz.
Hoy yo dibujo el olor de los árboles.

X

No tiene altura el silencio de las piedras.

Manoel de Barros



Una mirada

Tuve una novia que veía mal. Lo que ella veía
no era una garza en la orilla del río. Lo que ella veía era
un río a la orilla de una garza. Ella despracticaba las
normas. Decía que su propio reverso era más visible que
un poste. Con ella las cosas tenían que cambiar su
comportamiento. Además, la chica me contó una vez
que tenía encuentros diarios con sus contradicciones.
Creo que esa frecuencia en los desencuentros ayudaba
a su mirada oblicua. Agregó que ella no
contemplaba los paisajes. Que los paisajes la contemplaban
a ella. Llegó a consultar a un oculista. El diagnóstico fue
que no se trataba de un defecto físico. Sugirió que podría
tratarse de una disfunción del alma. Pero ella contestó que
la ciencia no tiene lógica. Porque vivir no tiene lógica – como
diría nuestra Lispector. Mira esto: Rimbaud puso a la
Belleza de rodillas y vio que la Belleza es amarga. ¿Tiene
lógica? Ella también quiso cambiar por dos golondrinas
a los buitres que volaban en el Ocaso de su abuelo. El Ocaso
de su abuelo se había convertido en una plaga de buitres. Ella quería
cambiarlos porque las golondrinas eran amorosas y los
buitres eran carniceros. No estaba segura de que ese
cambio pudiera hacerse. El padre le dijo que se podía hacer
verbalmente. Que era solo despraticar las normas. Me pareció bien.

Manoel de Barros


"¡Vi la mañana encaramada en una roca! ¿Eso no cambia la faz de la naturaleza?"

Manoel de Barros











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