Atrapando topos

Primero apisonamos los montículos
que atraviesan el jardín

después esperamos a que el terreno
se mueva de nuevo.

Yo sostengo la caja de zapatos,
tú, la pala.

Cuando te hago la señal
hundes la pala

y le das la vuelta.
Él sale a la luz del día,

terciopelo ciego.

Lo empujamos dentro de la caja,
lo llevamos colina abajo.

Hemos hecho esto cuatro veces.
Los niños están preocupados.

"¿Los liberaremos
en el mismo exacto lugar?"

"¿Se encontrarán el uno al otro?"
No podemos estar seguros,

apenas si empezamos a aprender
las frágiles reglas del desarraigo.

Judith Kitchen






No hay comentarios: