Un infierno menor

Mi tía Isidora
se suicidó una noche de enero
al comienzo de nuestras vacaciones
Pudo haber sido en diciembre o marzo
pero fue en enero
cuando los largos paseos a las montañas
nos hacían tan felices
Tragó su vida
y se incriminó en el desfile de muertos
adheridos al olvido más pedestre
Se fue diciendo
soy la Señora de los escapularios quemados
la doméstica del sagrario de las hostias marchitas
ningún lugar me contiene
desaparezco
sola con mi angustia

Y mi tía Isidora
se pudre en su cama de tierra
fuera del camposanto
por suerte sin la compañía de muertos
que la hubieran agobiado en vida
Las gallinas escarban los hierbajos
y algunos perros orinan
sobre la tumba sin inscripción ni cruz
Perteneció a varias cofradías
a sociedades de bien público
Demasiado hermosa
sus carnes de leche rosada
es seguro
intoxicaron de gozo al amante secreto
¿Adulterio?
¿Un amor deshonroso?
Ciudad de provincia de tribu pequeña
descendíamos señores y siervos del mismo genearca
por lo tanto el incesto era el diario alimento
y la muerte por mano propia
el estrecho camino de un infierno menor

Leonardo Martínez











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