Cajita de música

Las niñas
juegan con las muñecas,
y por ello sus padres ríen. 

Las niñas
inventan novios a sus muñecas,
y por ello sus padres callan. 

Las niñas
quieren parir muñecas,
y por ello sus padres las abandonan.

Luis Bravo



El blues de la antigua estación ferroviaria

Ahora ves al enano de un solo ojo
gritando la palabra “NOW”
Y dices: “¿Por qué razón?”
Y él dice: “¿Cómo?”
Y dices: “¿Qué significa esto?”
…Y vuelve a gritar: “Eres una vaca
dame un poco de leche
o vete a casa.
Porque aquí está pasando algo,
pero tú no sabes de qué se trata,
¿no es verdad, míster Jones?”

                             Bob Dylan

¿No es impresionante?

                                     Dejó de llegar el tren                                                                                                                                               y ahora el antiguo telegrafista                                                                                                                          abre la estación para vender comida en las madrugadas.

Han empezado a quitar todos los quioscos

(es una orden municipal,

               eso dicen,

               ohh… eso es lo que dicen).

Una orden como lo fue

la expulsión de los vagabundos que dormían en el antiguo andén.

(¡El antiguo andén confundido cruelmente con el asfalto!)

¡Oh sí!

Han quitado todos los quioscos

y han amedrentado al vendedor de licor.

 

Ya murió el último zapatero.

Ya murió el último carrilano.

Y un día morirás tú: ¡oh antiguo telegrafista!…

Nadie dirá: “Murió el último empleado del ferro”…

¡Oh nadie lo dirá!

Porque tú, oh pobre amigo

confundido estás como los rieles desdibujados en las calles,

como una chica guapa en medio de una multitud de chicas guapas,

como la tumba del surfista junto a la tumba de quien nunca alcanzó a ver el mar.

 

Mientras buscas la caja de fósforos,

y tu mujer abre los asientos…

jóvenes alcoholizadas asisten a la estación, a partir de las 4 a. m.

¡Ninguna va hacia ninguna parte!

¡¡Ninguna espera ningún tren!!

 

Ya murió el último zapatero.

Ya murió el último carrilano.

Y un día morirás tú: ¡oh antiguo telegrafista!…

Nadie dirá: “Murió el último empleado del ferro”…

¡Oh nadie lo dirá!

Porque tú, oh pobre amigo…

confundido estás

como los rieles desdibujados en las calles,

como el surfista muerto al lado de quien nunca alcanzó a ver el mar.

 

Algunos trabajadores del ingenio pasan y no te saludan.

Adolescentes drogadas & vomitan & expulsan en el baño-bar.

¿No es impresionante?

Coloco en este momento dos dólares en tu mano…

¡Pero yo no viajo en ningún tren!

Luis Bravo



Partida

Una pieza de dominó comienza el poema.

El segundo jugador mira de un plumazo sus fichas.
Agrega una metáfora a la primera pieza.

Brossa incita al juego y desaparece de la escena.

(el juego es un pretexto para el poema de los números simétricos).

Luis Bravo



Refutación de Horacio Quiroga

A René Fuentes, que dejó de fumar
y aún escribe y pesca, poemas y cuentos


desde el río soplaba un viento frío *
y mientras sopla el muy deslenguado
al lenguado nombrar no puede

esa es tarea de quien pesca o escribe
sin hablar, fumando
cuando un viento frío sopla desde el río;

pero no
porque nadie lo dice,
piensa y vigila el pescador:

"H.Q. usó el lugar común de la metáfora
afirmó que no había en lengua humana
más palabras que ésas para expresar esa circunstancia
y que una vez dueño de las palabras
no importa si éstas son entre sí
consonantes o asonantes".

Frente al río el pescador sintió frío
(esa rima le molestó).

Tras la última pitada, encajada
la gorra en la mollera, el cierre de la cazadora
hasta la garganta, firme la tanza
en diagonal al horizonte, agrega:

desde el río sopla mudo un viento frío
(y no utiliza el pretérito imperfecto
sino el presente inactual de la voz).

Esa noche al verso cenó.


* Punto VI del "Decálogo del perfecto cuentista". (N. del A.)

Luis Bravo


Territorios del murciélago café pequeño

En el invierno
cientos de murciélagos salen de las minas
a un ritmo de uno por minuto.
Aquellos que caen al suelo
se aletean en la nieve
como diminutos paraguas rotos por el viento.

Al anochecer todos estarán muertos. 

Los murciélagos no vuelan en el día.
Los murciélagos no vuelan en el invierno.
Y sin embargo, esta estación, han salido de las minas
a un ritmo de uno por minuto. 

Cada murciélago volando,
a esta hora, en el cielo del invierno
está muerto.

Luis Bravo



Visión del hada sexuada

«…de mármol con cabeza de fuego»
                          Delmira Agustini

Por no se sabe qué pliegue de la rosa
la ardiente sombra amante abrió

Rastro sangrante tiñe el blanco lago
hecho polvo el cisne del primer amor

Muñeca de encaje errante no encajas
lamías la herida con tintas de la noche

Esfinje lunar oblea de opio
lenguas de sal sobre la mar oscura   

Estatuas que en tu nombre amaron
lo que se hace mujer a vos te nombró   

Viento en contra desnudaste el corazón 
impío lo acribillara el enjambre del rumor

Flor abriendo al duro empuje de un dios
regia pesadilla que a Otelo cegó

No te ultimó el maridaje, no te mata su veneno
en la limpia vocal del orgasmo resplandeces

«Preparo los astros del abismo», anunciaste y
aún las voces rasgan enaguas del estuario.

Luis Bravo









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