Cartas
No sabíamos, cuando aún escribíamos largas cartas
en papel, que seríamos los últimos
en amarnos el uno al otro de esa forma
con palabras sopesadas con calma
que eran sinceras.
Judith Herzberg
Cota de malla
Uno tenía una coraza de prisa
otro, una coraza de risa
otro, una de seriedad
otro tenía una coraza de
mira, no tengo coraza
y lo consideraba una cualidad
con la que se podía vivir.
Judith Herzberg
Lo malo
¿Ves?, ahora lo malo está hecho;
ya me importa mucho menos,
aún digo: mejor media hora tus ojos
que mil maravillas una eternidad,
pero mientras lo estoy diciendo
ya no lo digo de verdad.
Ahora debería ponerme de luto
rasgarme la ropa y gritar de dolor
porque el que ya me importe menos
es mucho peor que el eterno pesar.
Judith Herzberg
Lo que me gustaría pintar
Ella pinta lo que no puede
comer poseer o describir.
Pinta lo que no permanece
quieto no queda igual no
varía. Pinta lo que ella
no puede cultivar ni cazar
ni olvidar. Pinta lo que
no puede adivinar asir
o comprender. Lo que no
puede abrazar mimar
o desaprobar. Descuidar,
dejar asilvestrarse. Talar,
despedazar. Quemar.
Lamentar. Pinta aquello
que no la deja dormir
lo que no recuerda,
no en color. Lo que no puede
cantar no puede exultar.
Lo indefinido ejerce siempre
un indefinible atractivo.
Judith Herzberg
Todo lo que es pensable
Todo lo que es pensable revolotea y destella.
No hay cajón para guardarlo
y no digamos clasificarlo. Buscamos
refugio en aquello que está atrapado,
amaestrado: libro, película, teatro,
las partes domesticadas de un revoloteo
destellante.
Judith Herzberg
Transitable
Paso a paso nos ayudamos
a volver a cómo fue
Así el sendero, antes
apenas apreciable,
se apisona.
Con cada pisada
lo consolidas, confirmas
que es transitable, aquello
Judith Herzberg
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