Después del crepúsculo...

Después del crepúsculo
en la pista de atletismo
de la punta del Parque
San Martín
se abre una dimensión
habitada por seres anónimos
que caminan
trotan
estiran
impulsados por la alquimia
del metabolismo graso

yo corro para mantenerme en forma
yo salgo a caminar para conciliar el sueño
yo troto para adelgazar 5 kilos
porque se casa mi hija a fin de mes
yo entreno porque quiero participar
en la maratón de fin de año
yo camino cinco quilómetros tres veces por semana
para conservar mi salud mental

Algunos han aprendido a ver
como los gatos
en la absoluta oscuridad
y otros
como luciérnagas
dejan un rastro efímero
con las lucecitas verdes o azules
de sus teléfonos celulares

José Domingo Rodríguez Bárcena


Gato de papel

La secretaria de la radio FM
está sentada, rodeada de discos
muy ordenados
en estantes
de pared.
Encima del escritorio,
una gata negra, brillante,
espléndida,
sigue nuestra conversación.
Le digo que es hermosa la gata.
Desde que ella está, no hay más ratas
-me dice-
las ratas sienten el olor y se van;
hay que tener cuidado ahora
con el Hanta Virus.
Antes que ella venga,
ésto se había llenado de ratas
y tuve que comprar
un gato de papel.
¿Un gato de papel? ¿Cómo es eso?
-pregunto-
es un gato hecho de papel
con pegamento adentro.
uno pone el cebo, pedazos de salchicha,
queso no; a las ratas no les gusta
el queso,
pero sí las salchichas
en pedacitos;
entonces las ratas entran
en el gato
y quedan pegadas,
algunas con las cuatro patas fijas,
otras con una o dos;
lo feo es que después
hay que matarlas;
la mujer cuenta y acaricia al animal
que parece reconocer
la historia
por eso la tenemos a ella
bien cuidada, esterilizada
-me muestra en el vientre
del felino
la cicatriz
de la intervención-
no como esa gente
que ahora
por el Hanta Virus
se llena de gatos
sin cuidarlos bien;
qué barbaridad,
así no se hacen
las cosas;

José Domingo Rodríguez Bárcena



(…)
me gustaría decir
que todo
brilla
-me gustaría
entrar
por un momento
en una de esas
publicidades
de Gancia,
años ochenta-
pero todo
recrudece
aquí (…)

José Domingo Rodríguez Bárcena















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