IX

Luego ocurren cosas y pagamos un costo
y los platos se estrellan contra el piso
y sentimos que ya no hay vuelta atrás
que no podemos seguir entendiendo la política
en los mismos términos de quienes tienen,
por política, pulverizarla.
Voy a hablar hoy con claridad meridiana.
Es la claridad del mediodía.
La tarde es turbia, la noche, lúcida.
La mañana fue hecha para el amor.
Digo:
Voy a hablar sin pretensión de claridad.
Yo no soy poeta
solo de a ratos
voy a hablar…

Luis Bacigalupo


La libación y los oficios

Precisamente altivo había ido
a oír misa.
Descansaba mi pueblo según la siesta lo quería.
Lateral y supino,
sin otra recompensa que el cuerpo de la virgen
de regreso del cepo y de la pira.
La libré del mal
cuando en blando mal dormía
como cordero que en pradera pace y se tiende
boca arriba.
En víspera del séptimo día
doblaron las campanas
y ardió el cirio envuelto en ancho resplandor.
De los sepulcros se alzaron los muertos,
bien dispuestos.
Anhelaban beber la sangre de la herida
vertiente de la vida.
Y era fatigosa la imprecisión de esa fatiga
y codiciada
cuando su sangre me anegó.
Harto y uno volví donde moraba sin morada.
Mi pueblo descansaba en paz.

Luis Bacigalupo


La urna

El fuego se enzarza en el hueso más largo de esta vida
bajo un rumor que habla de una remisión al polvo.

Rumor de ardor de un pensamiento que no cesa
de enzarzarse en la espina de su repetición.

Un bordado medular de la lengua
en el teatrito de los quebrados
al saltar una intencionalidad
forzada a plegarse
en las asperezas de una presunción.

Esa ortopedia mental asiste
en su inclemencia
a un tiempo que arde y se enzarza
en la urna cineraria
rota.

De allí surge.
Y de allí escapa.

Luis Bacigalupo



"No es fácil caracterizar qué se escribe hoy sin pecar de un reduccionismo acrítico. De mis lecturas surge un espectro de una diversidad tan amplia como en décadas inmediatamente anteriores, aunque con la imprecisión que impone la extrema cercanía. Se trataría entonces de tentar unas pocas impresiones en la niebla. Observo un escenario donde tiene lugar la representación de la poesía argentina, que no es sino la porción módica de mis lecturas. Es un espacio notoriamente público, histriónico, narcisista, teatral. La poesía hoy responde a esta demanda, que es también una urgencia. La institución opera solidariamente, es parte de esta producción escénica: editoriales, ciclos de lecturas, festivales, blogs, redes sociales, talleres, crítica periodística –académica, incluso– y universidades de escritura. Y un público lector joven, ávido de esta oferta, que no quiere quedar fuera de este paradójico “negocio del ocio” (¿creativo?).
Aquí hay una economía y una eficacia que se traducen en el conjunto de recursos y procedimientos. La base de todos ellos reside en el lenguaje: necesario, delgado y transparente. Su eficacia, en su economía. Ausencia de metáforas, de lirismo, de ampulosidad, de barroquismo, de cultismo, de parodia, de una sintaxis que no asimile el texto a cierta ilusión conversacional, actos de habla, familiaridad y cercanía con lo cotidiano, con una subjetividad que atraviese el breve, ilusorio puente que se tiende entre el yo lírico y el empírico. El registro confesional es, también, un pasaje eficaz de la subjetividad, en ocasiones sobreactuada, de un yo autobiográfico a la de un lector tentado a poner la oreja en la base de un vaso pegado a la pared.
En contrapunto a la melodía un tanto monocorde que se tañe en esta lira yoica, se puede oír una tímida insistencia en la apuesta al trabajo con la lengua, resituando el texto en ese viejo territorio de autonomía y resistencia respecto a la exigencia de referencialidad. Aquí respiro un aire renovado, diviso una luz, me convierto en un hombre de fe... Los nombres propios echan sombras en las tendencias, por lo que prefiero omitirlos y hablar de un corpus de afinidades de alguna complejidad impulsado por un determinado flujo de factores estéticos, políticos, ideológicos e institucionales, en un tiempo y lugar también determinados. Esta escena formal por “resistente” es a su vez resistida, y las salas donde despliega sus artes cuentan con un bajo número de asistentes.
Luego se oye lo que nunca falta y ha sido parte del repertorio canónico de la lira nacional de los años cuarenta a esta parte: sencillismo, hermetismo, neo-romanticismo, coloquialismo, conceptualismo y una clara renuncia al experimentalismo en sus expresiones más extremas. Sin mayores innovaciones, apartada del riesgo que comporta ensayar nuevas partituras, la música que se pulsa en esta lira tiene algo de incidental respecto a la monotonía de los tiempos que corren. Lo mejor siempre está por venir, vendrá de los que vendrán. Es de esperar."

Luis Bacigalupo




“Pienso la comedia como el drama de la gente común.”

Luis Bacigalupo


Sensación de mundo

En la sensación de este mundo, está el mundo.
En el dolor de las piedras, la humanidad.

No puedo existir hoy sino en la presunción
de una tristeza unánime.
Y multiplicarme
en la mentira que encierra toda verdad.

Bajo el sol se disuelve el amor y sus vínculos
se afianzan bajo la lluvia.

Es movido por el viento, el viento.
Y el fuego vive en el fuego y recibe su calor.

Nada en verdad es cierto
cuando hablamos en nombre de la verdad.

Hoy las raíces del jazmín han muerto
pero sus dos únicas flores permanecen intactas.
Esa hoja, ese brote aspiran y no aspiran a vivir
a no morir.

Porque nada de lo que ha de ser importa
ni nada importa lo que es.
Lo que ha sido no es más que aquello
que no ha de venir.
Es consolador saberlo
mientras el fuego viva en el fuego
de este instante.

Luis Bacigalupo



X

La palabra está en boca de todos.
Esto no es bueno para la palabra.
La palabra tiene que cuidarse un poco
de estar en ciertas bocas.
No pido la palabra
no sabría bien qué hacer con ella.
Hoy no
soy poeta
hablo de mí cuando no hablo de mí
y cuando no hablo de mí hablo
por boca de todos.

La palabra está de moda
he sido maldecido en mi sonrisa
ya no lo soy
los poetas hoy son aquellos que nunca
han escrito un verso
cuyas bocas están en la palabra de pocos
como el mar
en la cresta de una ola.

Luis Bacigalupo










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