Lirios y campanarios

Los lirios y los campanarios
bajo el impero de la luz
como una vez.
Ahora mudos, inmóviles
en los silencios grises
entre el desorden y la histeria
de las calles.
Inalcanzables, insobornables
belleza de iris incontaminado
emblema del furor divino
contra la concupiscencia y el temor
taciturnos
bajos los cielos de cristal
¿a qué ignoto oasis los relegarán
otra vez
los borrascosos deseos de los hombres?

Marilyn Contardi


Medianoche

Los rubíes de la luna
cayeron
sobre la sábanas.
Cantó el grillo,
entré sin hacer ruido.
Del fondo del espejo
brotó temblando
la encendida rama.

Marilyn Contardi



No hay mucho tiempo 

No hay mucho tiempo
para cortar los jazmines,
disponerlos en el vaso sobre la mesa.
No hay mucho tiempo
para almidonar las cortinas y
volver a colgarlas en las ventanas.
Drapeada de terciopelo, el agua
cada vez más oscura, tiembla.
Los duendes de la noche
cabalgan las primeras gotas de luz,
las campanadas se enredan en el
chirrido del portón que se cierra.
Una última mirada, Clemetina,
una última vez, antes de cerrar los postigos.

Marilyn Contardi



"No podría decir qué es la belleza separada de la forma que reviste en el momento en que la vemos y estamos absortos o deslumbrados por ella. Aparece bajo todas las formas imaginables, es inapresable, tratar de definirla  sería como tratar de enjaular un colibrí. La poesía que nace de una conmoción interior, de un encantamiento, una exaltación, un rapto, va unida inexorablemente a la belleza, nace de lo mismo que la belleza provoca. Desde tiempos remotos los seres humanos hemos sido cautivados por la belleza que se encuentra en la naturaleza y hemos permanecido absortos en su contemplación; de la capacidad de asombro han ido naciendo las expresiones artísticas, pero no hago sino repetir lo que ya ha sido dicho.
"La belleza es la verdad, la verdad la belleza, esto es todo lo que sabemos en la tierra, y lo único que necesitamos saber", escribe Keats, y con eso nos conmueve, además de convencernos de que no podríamos decirlo mejor."

Marilyn Contardi



Taza de té

Me gustaría poder decir:
“a cup of tea” como los ingleses,
apretando “tea” entre los dientes
como una vibrante escama de aire,
pero no puedo y mi “taazaa de tée”
con sus vocales amplias se posa
en su blancura de porcelana
sobre la oscura mesa, igual
a un nenúfar en las aguas de espejo
bajo el infinito estrellado.

Marilyn Contardi



Un rayo de sol

Un rayo de sol
se hunde
en la taza de té,
¿lo bebo?

Marilyn Contardi



"Vivíamos en una casa grande, con patios y galerías. En la galería más larga, de unos treinta metros, mis hermanas y yo aprendimos a patinar. En el primero de los patios estaba la higuera por cuyas ramas subíamos al techo. Al llegar el verano aparecían las primeras brevas, gordas, exquisitas. Un poco más lejos, justo en el medio del patio, estaba el molino, y dos o tres pasos más atrás las dos grandes casuarinas. En los otros patios estaban los árboles frutales, ciruelas blancas y rojas, duraznos, naranjas, mandarinas, y un palomar, colmenares y gallinas."

Marilyn Contardi













No hay comentarios: