“A estas alturas de mi vida me siento lleno de energías. Mi mujer me cuida muy bien. Mis pulmones, mi corazón, mi circulación y mi mente funcionan estupendamente. Y mientras pueda seguir haciendo mi trabajo al nivel que lo hago, seguiré adelante. Cuando ya no sea así, será el momento de pensar en soluciones y reemplazantes.”

Edward Villella


“Amo a los bailarines. Son personas dedicadas, apasionadas, con una gran voluntad. Nuestra compañía está compuesta de talentos, y ese es nuestro gran tesoro. Hemos sido capaces de crear nuestras propias estrellas, y lo hemos hecho descubriendo esos talentos. Uno puede enseñar técnica al talento, pero es imposible enseñar talento a nadie.”

Edward Villella


“Desde que cumplí quince años, todo lo que quise fue bailar. Durante los veranos trabajaba en la empresa de mi padre, pero siempre supe que esa no era la vida que quería. Mis aspiraciones eran mayores.”

Edward Villella



“El bailarín debe ser capaz de hablar con su cuerpo, transmitir estilo, rango dramático, velocidad, poder…En eso fui siempre muy afortunado, en parte, porque trabajé junto a los mejores de mi tiempo.”

Edward Villella



“En cierto modo, todos éramos pequeñas niñas frente a ese padre autocrático que era Balanchine. Un juego tan antiguo como el mismo ballet, donde hasta hace poco los bailarines eran llamados ‘boys’ y ‘girls’.”

Edward Villella



“En el ambiente de la danza hubo algunos que pensaron que estaba tomando mi carrera en mis propias manos. Otros creyeron que estaba desafiando a Balanchine, porque fui el único que no lo seguí y mi presencia era palpable por mi ausencia. Y hubo muchos que sabían como eran sus clases y entendieron perfectamente las razones de por qué no podía seguir ahí. El mundo del ballet, como el del teatro, está regido por rumores, quejas y política. Yo preferí mantenerme al margen de la controversia y me dediqué a trabajar duro para convertirme, así, en un bailarín fundamental para Balanchine.”

Edward Villella



“En un mundo lleno de genios, Balanchine era el mas grande.”

Edward Villella


“Existe una larga historia de abuso de bailarines en el mundo de la danza y no quiero que eso se repita en mi compañía. Tengo un grupo de bailarines muy felices, porque soy accesible. Entiendo que el Miami City Ballet no se centra en mi, sino en lo que puedo enseñarles como profesional y como persona.”

Edward Villella



“Fui un simple mortal en un mundo de Dioses.”

Edward Villella



“Mis bailarines han puesto sus carreras en mis manos, y tomo esa responsabilidad en forma muy seria. Quiero ser un ejemplo no solo por mis conocimientos y mi experiencia, sino también por mi humanidad. Hay personas en el ballet que siguen con su capa puesta una vez que la cortina del escenario ha bajado. Yo no soy de esos.”

Edward Villella



“No hay un día en que no sienta nostalgia por la danza. Es frustrante no poder hacer lo que hacia antes con mi cuerpo, pero esa es la naturaleza de este juego. En la danza, los mayores traspasan a las nuevas generaciones su conocimiento y experiencia. Es la ley de nuestra vida. Esta es una forma artística que pasa de cuerpo a cuerpo, pero también de mente a mente. Y esa frase no es mía. Es de Balanchine.”

Edward Villella



“Yo también me sentía avergonzado. Mi madre me llevó obligado a las clases de danza que tomaba hermana después de un accidente que sufrí jugando béisbol con mis amigos. Pensó que ahí estaría mas seguro. Me senté al final de la habitación a observar a las niñas durante la clase, y cuando empezaron a saltar, yo, que siempre fue un atleta, comencé a saltar también. La profesora le dijo a mi madre que me ponía mallas y me integraba a la clase o me sacaba de ahí, porque distraía a las alumnas. Al día siguiente aparecí con mallas.”

Edward Villella










No hay comentarios: