Acerca de la existencia esencial

El caballo montó a la yegua lenta y precisamente
y después paró.

Le molestaba profundamente una hebra de paja.

Lo distraía profundamente el triste juguete
dado vuelta en el árbol.

Lo desconcentraba profundamente media nube
por el rabillo húmedo del ojo.

Y después siguió.

Nada se les olvida a los amantes
excepto quiénes son.

Mary Ruefle



De pie en la lejanía más distante 

En todo el día no hice nada.
Para mostrar su enojo, una banda de álamos
choca sus ramas bajo magras estrellas.
Imagino que hay una selva
donde manos en viento llevan las
legumbres a casa, donde las mujeres
estarán rascándose sus senos bajo el sol,
mientras sonríen:  Alguien en algún lugar
oyó el cuchicheo de los pájaros raros
y en la noche pudo entregarlo
a quien dormía enrollado como una oreja:
Entre todas las cosas que se yerguen en la mayor lejanía
de lo real,  se alzan estos árboles
temblando de alegría prescindible,
y aquellos otros, cuya soledad cobija de sombra
algún extraordinario secreto.

Mary Ruefle


Diario de acción y reposo

En alguna subestación del universo
las ranas mugidoras comienzan a inflar sus bocas.
El jazmín-de-noche es fecundado
en la oscuridad.  Puedo olerlo.
Después alguien, oculto un poco a lo lejos,
retoma su flauta y afirma su identidad
de manera muy dulce.
Añadiré que es abril en la China—
Ah! exótica, suave noche—
mientras la rana, el jazmín y la flauta
arman un diario de acción que explica mi reposo:
la primavera, madurando hasta su peso ideal, ha caído
de su rama, y en mi regazo.
Por veinte minutos el mundo es perfecto
aunque ya dos o tres pensamientos buscan sus lentes a tientas
dentro de mi cráneo—
ah el impulso de lastimar y destruir ha llegado
y oh en lindas e interminables tiras despellejan el lugar
en todo su redor–

Mary Ruefle



Educación sentimental

Ann Galbraith
quiere a Barry Soyers. 

Rezad por Lucius Fenn
que sufre mucho en tanto da la mano. 

Bonny Polton
quiere a un perrito que se llama Capuchón. 

Rezad por Olina Korsk
premio de «a quién le faltan más dedos» 

Leon Bendrix quiere a Odelia Jonson
que quiere a Kurt que quiere a Carlos que quiere a Paul.
 
Rezad por Cortland Filby
que sujeta una avispa muerta, un ingenioso concepto para su madre. 

A Harold le encanta observar el pelo de Londa con el microscopio
A Londa le encanta trenzar la crin de su pony.

Rezad por Fancy Dancer
a quien le preocupan sus vibrisas. 

Nadine St. Clair quiere a Ogden Smythe
que disfruta sonándose la nariz en los sellos.

Rezad por William Shakespeare
que no sabe cuánto lo queremos, lo echamos de menos, pensamos en él.

A Yukiko Pearl le encantan los trocitos de toffee

que quedan en el suelo cuando Jeffrey se ha tomado la merienda.

Rezad por la florista, Marieko,
que envuelve las rosas en un cono de papel y después no marca bien el código.

A Muriel Frame le encanta volver a contar
lo que pasó aquella tarde del tres de noviembre.

Rezad por Ursula Twombly, nuestra profesora,
que no se ha enterado ni de la mitad. 

Junto al radiador, en una silla de madera,
se sienta una niña pequeña, con medias de lana
y un gorro de burro, un cono de papel enrollado
y vuelto del revés sobre su pelo, tiene las manos
sobre el regazo y la cara inclinada hacia adelante, la barbilla
le tiembla por cómo la han separado del resto
y es sincera en su ferviente deseo de morir. 

Lleváoslo y dádselo a los tártaros
que se lanzan retumbando a la batalla.

Mary Ruefle



El festín
 
Tengo un cáliz. Lo compartiré contigo.
Aquí hay una mesa. El cáliz está encima.
Hay un ganso. Lo cocinaremos con nuestros alientos –Ya–
y lo colocaremos en la mesa. Ahora tenemos un cáliz y un ganso.
Sólo nos hacen falta velas y un poco de vino, un poco de pan.
Ya tenemos todo lo que nos hace falta encima de la mesa.
Comámonos el ganso. Comerse el ganso es bueno.
Queremos que desaparezca. Queremos el ganso dentro de nosotros.
¡Qué sensaciones tan agradables por todos lados! Están en el cáliz
y en nuestros globos oculares y en las llamas titilantes.
¿Me permites que ponga la vela en tu boca? Comámonos la mesa.
Rompámosle las patas y démosle la vuelta.
Desmenucemos el pan para embutirlo dentro del ganso
dentro de nosotras. Que las sensaciones agradables sufran el destino de la carne.
Pon los globos oculares en el cáliz y flambéalos allí.
Algunos inviernos son más duros que otros.
Quemémoslo todo y comámonos todo.
Todas las cosas están de rodillas.
Ya no queda nada
y no lo compartiré con nadie.

Mary Ruefle


Génesis

Oh, y dije, esto va a ser.
Y fue.
Oh, y dije, esto nunca va a pasar.
Pero pasó.
Y una niebla púrpura descendió sobre la tierra.
Las raíces de los árboles se enrollaron.
El mundo fue dividido en dos países.
Cada foto tomada primera fue de gente.
Cada foto tomada segunda mostró a nadie.
Y todas las chicas fueron llamadas Y.
Y todos los chicos fueron llamados Después.

Mary Ruefle








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