Ahora las cosas han cambiado.
Gozo de popularidad entre la gente.
Me entero de que se ríen
a más no poder
de mis intentos
por alcanzar la cima del amor.
Mientras tanto
preparo una trampa que no fallará!

Osvaldo Bossi


Allí donde estés

Mis hermanos
esparcieron tus cenizas
entre los canteros

de la plaza San José.
Ahí querías estar, al aire
libre, entre los niños

que suben a los
toboganes, bajo el sol
o la lluvia, de cara

al cielo. Ningún
encierro por favor.
No quiero

que me encierren
en una cajita
para siempre, decías.

Así estás mejor,
junto al pasto, entre
las flores. ¿Pero estás,

estás ahí realmente?
Y si es así ¿por qué
no voy un día

a visitarte
y te converso un poco?
Madre, muchacha mía,

niña sola. No vaya a ser
que estés ahí, y en medio
de los largos días

me estés esperando.
Si es fría la vida
a veces, no quiero

imaginar lo que serán
tus noches allá
en la plaza vacía, sin

la tele, o un plato
de comida sobre la mesa
o la llama del calentador…

¿Quién puede decir
que tiene una respuesta
para todo, incluso

para esto? Pero lo mío
no es arrogancia, es
miedo. ¿Y si no estás?

Ni en la placita San José
ni en ningún
otro lado? ¿Y si salgo

a buscarte
como un niño asustado
entre las flores?

Osvaldo Bossi


"El gran desafío de la poesía, al menos para mí, es ir corriendo sus límites. Moverse en lo inseguro. Lo narrativo, que fue apareciendo cada vez más en mis poemas, creo que persigue eso. Ver lo poético donde supuestamente no lo hay o hay otra cosa. Como si la anécdota cumpliera todo el lugar de la metáfora. El mundo visible, inmediato, como un espacio de revelación."

Osvaldo Bossi


El viejo bobo recuerda sus comienzos

En una cocinita de ladrillos
sin revocar, sobre la mesa limpia
yo escribía mis versos

Hiciera frío o calor, lloviera
a cántaros o no lloviera nunca. Allí estaba.
Bajo una ventanita, donde la luz

en vez de entrar, salía. Viajaba
de un país a otro, de un cuerpo
a otro. Apenas 15 años y ya

no había forma de detenerme.
Escribía, escribía, sin ocupar toda la hoja.
Alegre y triste, viendo pasar

la noche, el día, sobre un espejo.
Aún puedo verme: mamá se acerca
y me dice que salga al patio, el

día está tan lindo. Y yo le digo
que más tarde, que después.
Y me vuelvo enseguida sobre las

palabras. En una cocinita de ladrillos
sin revocar y techo de cartón.
Hacía, me acuerdo, un agujero en la pared.

Por fuera, parecía a un prisionero
vietnamita, pero por dentro
las cosas eran diferentes. Andá

a encontrarme si podés. Sobre la mesa
esta el libro de versos que escribí
en esa cocinita, con mi mamá en el patio

barriendo las hojas. Año tras año.
Más solo que ninguno. O para
no quedarme solo. Vaya uno a saber.

Dicen que ahí estoy yo.

Osvaldo Bossi


Hamlet sobre su madre

No pienso en ella, una madre es siempre
una ciénaga, haga lo que haga, engendre
este deseo o cualquier otro, sea de la carne del Rey
o de su hermano. Tiene que haber una verdad
que no sea la suya, y tal vez seas vos Laertes,
o tal vez sea el áspero Fortinbrás, u otro, otros
cuyos nombres se desvanecen, apenas los toco
con mis dedos. Ellos son el reflejo de algo
que no me deja ver, o yo soy una sombra que habla
consigo mismo. Cuerpo de Laertes, me lleva lejos,
llevándose esta culpa... Cuerpo de Fortinbrás, pesado
como el otro, cubriéndome con un velo funerario
a mí, su sombra, su ardiente ciénaga también.

Osvaldo Bossi



 "No me gustan los poemas falsamente llamados perfectos, lavados con lavandina."

Osvaldo Bossi



"No se preocupen por el reconocimiento. Que escribir es el único premio y la única felicidad."

Osvaldo Bossi



"No sé si soy accesible, pero si sé que no estoy encerrado en mi propio castillo poético. Estar al tanto de lo que se escribe, salirse un poco del ombligo, siempre es beneficioso.  Me hace sentir un poco joven también."

Osvaldo Bossi




Ruego por el tornado

Que no regrese, que no relinche
contra la ventana como un caballo
y a su paso se lleva los muebles, abrigos de lana,
ollas, el televisor... Sobre todo que deje en paz
al techo: cada chapa fijada con clavos
a los tirantes, no las arranque como a barajas de cartón.
No se pavonee en torno a mi lámpara
y lo confunda todo con esa voracidad omnívora,
sin restricciones. Que yo no piense: En el fondo,
en el centro de su pecho, se esconde un sitio calmo
para nosotros. Que yo no encuentre cierta belleza
o música en esa órbita destructiva. No finalmente,
molido a palos, recaiga sin consuelo en el odio
o torne a la guardia que forjó un niño tímido.

Osvaldo Bossi













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