Alguien

Cuando esta mujer flaca perdida en su vestido negro
te acapare la espalda con sus brazos
y te administre un poco de su vago perfume
y te descubras en la oscuridad
de este departamento de Palermo
(donde todos los muros el sillón o sus ligas arrojadas al
suelo tienen esa arrogancia típica de la noche)
puede ser que te olvides
que dejes de sudar esas viejas historias de hombre solo
esta mujer
me toca con sus manos lisas me habla por intermedio de
sus piernas desnudas
se abre el escote tiene senos blandos
quiere bailar conmigo o simplemente que me calle
me voy con ella contra ella
las sábanas están tibias ensimismadas
mi anillo le ha rozado el muslo
ella tose se ríe me necesita
por un cuarto de hora

después se ha de poner sus zapatillas rosas
se lavará los dientes mordiendo una canción
se peinará mirándome de reojo
se aburrirá de mi con naturalidad

qué cómico aparezco ante el espejo
entre estos cachivaches del amor

ella ha bajado a despedirme
cierra la puerta

llueve es muy tarde en un café cercano
dos canillitas juegan a los dados

Ramiro de Casasbellas




Cámara oscura

gruesas gotas de amor me restituyen su semblante, huye
  por sus pupilas para tomar aliento.

arriesgar un parecer, un doloroso incendio. ella se pone
  de rodillas, me ve temblar, descolocado, inerte.

han llegado unos carros cargados de dolor.

Ramiro de Casasbellas



La ronda

salgo a recibir la noche como un insulto
como una sentencia de muerte

ausculto de reojo
el diario en el bolsillo con su cogote negro
y la raya del pantalón
esa frontera masculina

el resto es simplemente hablar en una calle
dragarse el alma con cierta tolerancia
porque galopa la madrugada
y se nos viene encima el día
y la vida de siempre
que manejamos a desgano

Ramiro de Casasbellas








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