Araceli. Le llamo para decirle que esta es la última vez que le digo que debo dejar Inglaterra, porque no quiero permanecer aquí ni un día más.

Harris …

Araceli. No quiero hablar con usted nada más. Es la última vez que se lo digo y espero que me dé una respuesta mañana. Si no arregla las cosas para que pueda salir de aquí inmediatamente, haré las cosas a mi manera.

Harris. …

Araceli. Si mañana no ha arreglado mis papeles para que pueda dejar el país inmediatamente, porque no quiero vivir cinco minutos más con mi marido, iré a la embajada de España. Como puede suponer, ir a la embajada de España me puede costar la vida. 

Harris. Eso es una amenaza.

Araceli. Incluso si me matan iré a la embajada española. Sé muy bien qué hacer para fastidiarlos a usted y a mi marido.

Harris. ¿Qué cree que va a ganar?

Araceli. Pueden matarme mañana, pero lo contaré todo. Tendré la satisfacción de haberlo contado todo. ¿Entiende? No quiero vivir otro día más en Inglaterra.

Pido mil perdones para mi marido, puesto que la culpa de todo lo que pasó es mía y cuestión totalmente personal llevada de un momento de enfado. Prometo muy seriamente no cometer jamás acción alguna que pueda comprometer el trabajo de mi marido.

Araceli González Carballo



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