Canas

Las canas
se acumulan alrededor
del pelo negro. Ninguna
me ha hecho sabio ni mejor.

Las arrugas
no entregan protección.
Los dardos que arrojan:
la raíz de todo mi temblor.

Naomi Replansky



"El encierro no me molesta. Mi inestable marco puede soportar más confinamiento."

Naomi Replansky


LA AMANTE SE DIRIGE A LA ESPOSA

Mujer, no tiembles,
cuando en mí pienses.
Tu castillo no es de arena
ni yo el oleaje que la golpea.

Ni soy yo un refugio,
ni soy tampoco un trono.
Yo soy ese trapo sucio
que él usa para todo.

Para todo lo que haga falta.
Para todo lo que le conviene.
Para que el agua sea agua
y la sed no lo condene.

Fui yo la que escuchó
su llanto desconsolado.
Esas lágrimas nos criaron.
Mi mano quien las secó.

Guarda la furia de tus uñas.
Perdona que mis ojos sean
esos minutos en fuga
que tu calendario me entrega.

Naomi Replansky


La bestia marina que llora

Tentáculos para la comida,
bajo el agua alcanzas a vecinos y vecinas,

para mirar, gustar, comer y desayunar!
No menos de una hora te tomas para caminar,

tu presa es pasado, una multitud de escamas, un ojo,
maleducado y sin pestañear, de esos peces con carne, un ojo.

No te acercas a nada. Lento, tus brazos desenredas
para estirarlos a través del océano y la salmuera.

Y los marinos en la superficie te escuchan llorar.
Y desde arriba no entienden quién podría llorar.

Porque hay ágiles criaturas todo a su alrededor
que van como cazadores por este campo a todo vapor

mientras otras que se quedan quietas. Arrobadas.
Pero la furia está adentro. La furia está encerrada.


Naomi Replansky



QUEJA DEL HECHICERO IGNORANTE

Mentía quien quiera que la magia me haya dado.
Funciona de otro modo poner encima las manos.

Todo esto es hielo abrasador, es fuego helado
Todo esto es un breve descanso muy cansado.

Digo la palabra que a la roca podría haber librado
pero mis mandíbulas se cierran de lado a lado.

Mi poder dormido listo está para dar el gran salto
salta con garras y dientes a un sueño más lejano.

El brebaje de amor que sibilina preparo
por quien no quiero es bebido y es tragado.

Aprendí el idioma de los pájaros;
cada árbol profetiza siniestro y enfadado.

En los pulmones de una estatua mi aliento se ha quedado.
Suspira, me abruma con el suspiro de una piedra rancio.

De mi respuesta al acertijo lo más extraño
es un acertijo más oscuro, un enigma más desesperado.

Todo se vuelve salvaje, todo salvaje y descontrolado.
De mi boca no sale oro sino un batracio.

Naomi Replansky



Quejas elevadas a la encargada, 
musa de la poesía lírica,
por el sindicato internacional
de los poetas líricos

1. Nunca nos dices qué debemos hacer,
pero sentimos tu repugnante desagrado
si no está hecho,
y bien hecho.

2. No nos pagas por hora
ni por semana, ni por año.
Podríamos bregar toda una vida
sin el premio de tu sonrisa,
pero hay que ver cómo bendices
al que un día vertiginoso
sacó una pieza de la nada.

3. Careces de instrumentos de precisión
que midan el valor de nuestras producciones.
(Tus inspectores cambian sin cesar
y algunos te profesan poco afecto).

4. Nos encierras en nuestro idioma
hasta cuando sentimos el frío de la patria.
Cuanto más justas son nuestras palabras,
más radiantes su música y encanto,
más arduo es para ellas
conservar su atractivo
cuando intentan cruzar una frontera.

5. Promueves a los jóvenes de entre nosotros.
¿Qué más pueden hacer los veteranos?
¿Aprender otro oficio? Si hasta esperas
que esos viejos decrépitos compitan
con la versión más joven de sí mismos.
Exigimos una pensión que dé Seguridad estética
y un pequeño subsidio de Sabiduría
para sobrellevar los males del invierno.

6. Debemos mantener la productividad
aun cuando no hay demanda.
Nuestras piezas atestan el mercado.
Nadie nos presta oído.
¿Debemos achacarlo a nuestra incompetencia?

7. Tenemos quejas. Nos quejamos.
Pero nunca nos pondremos en huelga.
Tememos por el cierre de tu fábrica
como tenemos nuestra muerte.
Hace tiempo, cuando nos diste empleo,
pensamos que sería de por vida.

Naomi Replansky






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