Clarín de la antigüedad angélica
(fragmento)

Será mi premio mayor
Por solo el divino honor
Un general concilio en rectos modos
Para que una Ley firme sigan todos.

Césares convoco y Reyes
Y estados de varias leyes
Para que todos con temor divino
Busquen lo celestial por un camino.

Contra el ateísmo inmundo
Desnude la espada el mundo
Hasta que sobre el suelo Rey del hombre
Uno sea el Señor y uno su nombre.

Diez caudillos campeones
De recíprocas naciones
El ala tomarán de Tierra Santa
Para ponerla en la loable planta.

Miguel de Barrios



Habla el cadáver de Adán

El primer hombre fui que por Dios hecho,
le semejé de todo cifra hermosa
y con ingratitud al cielo odiosa
el quererme hacer grande me ha deshecho.

Dominé el mundo a mi altivez estrecho
y por comer la fruta venenosa
de la muerte en la cárcel espantosa
me viene grande el más pequeño trecho.

Denominéme de Adamá (que tierra
denota), Adán (que es hombre), por tal modo
que he vuelto a mi materia inanimada.

Lo que esta losa hasta mi nombre encierra,
cuando Adán fue pensaba que era todo,
y leído al contrario ya soy nada.

Miguel de Barrios



"Ninguna de las obras que di a la estampa fue tan censurada como ésta -se refiere a Coro de las Musas- y la que estoy imprimiendo, intitulada Harmonía del mundo […] Ninguno es profeta en su patria. Yo ni en la ajena estoy seguro de los de mi patria. ¡Oh, nunca fuera yo tan venturoso con los extraños, para ser desgraciados con los propios!"

Miguel de Barrios y Valle o Miguel Daniel Leví de Barrios y Valle 



Si un puro afecto, y voluntad se admite,
admite el ruego humilde que te envío,
que el fervor que a tus ojos me permite,
consagrando a las musas mi albedrío,
Castalia a sus cristales me remite,
porque le beba el líquido rocío,
que chupando del Pindo flores tantas
me trae a ser estrado de tus plantas.

Quedó gustoso Apolo, y obligado,
y porque yo de sus grandezas fíe,
a Clío, dice, de Helicón sagrado,
de la fuente Castalia me rocíe.
Bajar luego me manda con cuidado,
antes que del intento me desvíe,
y al reducir en obra mi deseo,
despertóme ausentándose, Morfeo.

Miguel de Barrios
Con estas dos estrofas finaliza su «Panegírico a la Musas»



“Ya Daniel y Abigail Levi ajuntarse bolvieron. Por un Amor en las Almas, Por una losa en los cuerpos. Porque tanto en la vida se quisieron Que aun despues de la muerte un vivir fueron.”

Miguel de Barrios
Epitafio







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