Escrituras

IX

En la infancia, figuras en los cristales
empañados entre el adentro y el afuera.
Tenues figuras que revelaban un alguien
en el poderío del gesto, en el imperio de la inocencia.
Monigotes donde el yo se multiplicaba.
Monigotes antes del deber, de la actuada razón.

Ahora, figuras de lo humano vestidas de papel
y siempre la misma sensación
de haber tirado una piedra a la luna,
un puñado de tierra al sol.

Patricia Coto


I

Cada hombre tiene su olor,
no sólo el que viene del carro poblado de herramientas,
no sólo el del café aguado del amanecer
o el de su saliva amarga
frente al portón del taller.
Cada hombre tiene su olor, no sólo el de la novia emblemática
que lo esperó en los días incompletos,
no sólo el de la esposa
extinguida entre ropas viejas y tacones desmoronados.
Cada hombre tiene su olor,
aquél que respira el día por venir,
el día no escrito en calendarios,
el día ausente que aguarda
para dar un zarpazo a la esperanza.

Patricia Coto


País

I

Entonces, las figuritas del Billiken.
Belgrano, que no terminaba nunca de morirse,
dando su reloj a su médico de cabecera.
No le quedaba ni el hambre de ese día
y en Buenos Aires, descuartizaban el poder,
como si fuera el último caballo del fin del mundo.
Pienso en voces enmascaradas,
en archivos cuidadosamente guardados,
en gobernantes con maquilladores,
publicistas, asesores de imagen.
Pienso en un país donde los antifaces se desgarran
sobre otros antifaces
y nos da pánico llegar hasta la piel y rasgarla
y abrir los músculos, los cartílagos,
las enramadas de nervios
y encontrar el humo feroz
de los que incendiaron el pasado,
de los que sembraron sal sobre la memoria,
de los otros nuestros
que irguieron un país de vidrio.

II

País donde degollaron los por qué.
País donde peinamos el amanecer
para que la realidad se mire en el espejo.
País pasajero, país de la tormenta
y del pan en la ventana.
País como un sorbo de agua
que se escurre entre los sueños.

III

Un país. País paisaje. País de otros que
miran desde un avión, desde una
escalera de cristal.
País de abajo, de las raíces,
de la dormición de las voces.
País de los acordes futuros,
de una gran orquesta que avanza en el desierto,
que enciende una fiesta en la madrugada.

Patricia Coto



Silencios

V

Si yo mirara desde otro corazón
todo sería más fácil;
pero no tengo más posibilidades
que buscar el sol caído entre
los bordes de un pantano,
buscar la señal detrás de una corteza
que se pudre bajo la lluvia
o en nidos de hormigas obstinadas.
Sólo puedo mirar desde este corazón,
que no se acostumbra a la soledad del pecho.

Patricia Coto




"Un fenómeno es el taller de poesía.  Existe el peligro de que todos escriban como el coordinador; pero, si sobrellevan la influencia, es un diálogo con los textos, auxilio en el batallar por la palabra y  espejo  para  la autocrítica. Los poetas se enamoran de sus escritos y pierden objetividad. En un taller, cada uno lee para sí y para los demás y su texto, pura subjetividad, se objetiva y se convierte en una página legible. Ese proceso es la puerta  a recreaciones. Para un poeta, nada es mejor que la atención de quienes caminan a su lado, de quienes atraviesan crisis al escribir y re-escribir."

Patricia Coto







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