Historia

Ayer volví a ver el libro Historia de Brasil
que estudié de niño en el colegio.
Había una foto de la familia real: Don Pedro II,
la princesa Isabel, el Conde D'Eu. Esas personas
realmente existieron, un día, y hoy están muertas.

A la noche, releyendo Orlando Furioso,
pensé en aquel joven Roland, muerto
en 778, en una emboscada vasca
contra los francos de Carlomagno.
Ese anónimo Roland, que sin sospecharlo
inspiró la Chanson, el Innamorato, el Furioso,

Hoy estoy aquí, a la luz, pero la vida
con sus razones fugitivas, es arisca, y ya
(astutamente) la sombra se aproxima.

Renato Rezende


Paseo

Me demoro
en el centro de la ciudad,
en el Castelo, en el Passeio.
Me demoro
en Rio de Janeiro
como si fuese otrora
y se dijese:
Él se demoraba en el Centro,
al azar.
Me demoro como quien quiere
ser atropellado
perderse en un tropezón
olvidarse de sí mismo.
Me demoro como se demoran
los mendigos que viven en la calle
y esperan el día entero
que sus casas sean abandonadas.
Me demoro como un expulsado
cuya única felicidad
es un destello de luz en la cara.

Renato Rezende










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