El huésped

De la ventana que se abre hacia la noche
está rodando nítida dentro del espejo
la luz de la luna
fría y tangible como el mercurio.
¿Quién es el que me está observando
a través del cristal
con mis propios ojos?
Hace tiempo que aparté mi rostro
fugitiva de esa mirada
inclinándome sobre las aguas profundas y oscuras
de turbios ríos pluviales.
Veía tras los opacos vidrios del sueño
que se astillaban en miles de añicos
y auscultaba mis propios pasos
como los pasos de otro que me alcanzaban
una y otra vez
cuando en oníricos laberintos perseguida
de noche en noche y de sueño en sueño
giraba atormentada.
Ahora, la luz de la luna surge
rodando plateada en el espejo
mientras el huésped emerge más
y más desde adentro del cristal.

Mellissanthi


Resarcimiento

Cada vez que pequé pues una puerta abrió a medias
y los ángeles que no me habían considerado bella en mi castidad
inclinaron las vasijas de sus almas florecientes.
Cada vez que pequé una puerta pareció estar abierta
y lágrimas de compasión gotearon en la hierba.
Pero cuando la espada de mi arrepentimiento me empujó de los cielos,
cada vez que pequé una puerta se puso medioabierta:
la gente me consideró fea;
los ángeles pensaron que yo fue bella.

Mellissanthi

















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