POLÍTICA

Con una mano intento borrarte.
La otra me recorre en tu nombre.
Como siempre de un par de toques
la derecha deshace lo que
con esfuerzo
la izquierda (re)conquista.

Carmen Gc


Que se levanten los muertos

Que se levanten los muertos.
Ya que los vivos no parecen estarlo
que se levanten los muertos.
Pero no sólo a quiénes descerrajaron un tiro.
No sólo a los que fusilaron ante un pelotón.
No sólo quiénes murieron luchando
            por lo que creían o por lo que tocaban
en la guerra que los otros inventaron.
No sólo a los que mataron en las cárceles.
No sólo esos.
No.
Sino también
que se levanten también aquellos
a los que mataron la vida,
sobre todo aquellas a las que robaron
            la ilusión y la esperanza,
a las que robaron la posibilidad
            sólo atisbada
            de ser ellas.
Que se levanten aquellos
aquellos muertos
            que dejaron de enseñar,
            que dejaron de vivir,
aquellos muertos que volvieron a estar casados
            con hombres o mujeres
            con los que no querían;
aquellos hombres a los que les quitaron
            el pan, el sueño y la palabra.
Que se levanten todos.
Que se levanten todos
y por fin sin paciencia y con ira
les crucen la cara
en un gesto de duelo,
            de duelo por sí,
            de duelo por nosotros,
                        por sus hijos e hijas y nietos y nietas;
que les crucen la cara
a éstos
            que nunca dejaron de estar levantados;
a éstos
            que no sólo ganaron las armas
            sino que además de robarnos la historia
quieren volver a quitarnos el futuro.
Que se levanten los muertos.
Que se levanten los muertos
porque vivos y vivas
parecen estar
            debajo de un montón de paletadas
                        de tierra
                        de tierra yerma.
Que se levanten los muertos,
que los arrinconen y les recuerden
            ellos ya  muertos
            sin nada que perder
            sin nada que ganar
a los hijos y las hijas y los nietos y las nietas de esos otros
cuál es el espacio en que debieran estar
ellos que nacieron muertos.

Carmen Gc o Carmen del Río Bravo



RELIGIONES

I

Velas quemando mi vientre
ara y víctima y verduga
sólo no soy el oficiante.

II

Iba a iglesias
Amaba el aire consolador de su liturgia
                            y sus rituales
ese modo áspero de ayudar a enfrentar el mundo
                            reglas y manuales de instrucciones.

Iba a iglesias
Coincidí con gent que más que pertenecer las ocupaba
su iglesia era un lugar de estar.

Iba a iglesias
Empecé
a conocer el mal que yo encarno
mis cabellos enredaban
                          -ni pecho ni caderas-

iba a iglesias
¡A veces ser el mal excita!
                         dar de comer al malditismo deseado
A veces me ahogaba la ira
                         Si él era el que miró
                        ¿eran culpables todas las pastelerías?
La culpa, puta culpa
                        Plegándome.

Busqué iglesias
Cada vez más hombre cada vez más antiguas
Que me odiaran más
                        Sólo por ser.

Un día mi carne rechazada
obró el milagro
                       -mi mente ya sabía impotente-:
El calor del vientre era espontáneo
Si era mala, era mala.

Voy a iglesias
No hay que olvidar quién eres
                       de dónde vienes
Ni dejar de disfrutar la belleza
                       porque ellos la usurparan.


III

¿No habrá una iglesia sola que me quiera?
que vea en mí la fuente de la vida
y un lado del placer
¿No habrá una sola iglesia
                      que me folle bien?


IV

No me quieren
me temen
coño destino
los mismos que me nombran
virgen
coño origen.

Contra. Poesía ante la represión.

Carmen Gc





























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