¡Amigos, amigos! Quizás, pronto...

¡Amigos, amigos! Quizás, pronto,
No en sueños, sino en realidad,
De súbito cortaré el hilo
De las conversaciones vacías.

Obedeceré sólo el sonido
Del alma, que sin cesar canta,
Levantaré las manos al aire
Con la flor que en ellas crepita.

Yo miro y descubro
Un mundo, un camino de flores,
Si ustedes están de acuerdo
Juntos lo podemos cruzar.

Vladislav Felitsianovich Jodasevich



El alma canta, canta, canta
            En ella hay tanta dicha
Para la que no hay excusa
            En este tiempo
En las iglesias, las tumbas; en el país
            Hay peste, hambre, armas.
El solo saber que el sol está en mí
            Me pone muy contento.
Así debe ser, es mi estigma
            No importa si es que 
El alma, a pesar de todo, 
            Canta, canta, canta.

Vladislav Jodasevich


El crepúsculo

La nieve se amontonó. Todo se calma, ensordece.
Una casa desierta se extiende a lo largo del callejón.
Una persona camina. Apuñalarla con un cuchillo –
Se arrimará a la cerca y no dirá nada.
Después bajará y se acostará cara abajo.
Y la respiración nívea del viento,
y el humo apenas perceptible de la tarde-
los precursores de la tranquilidad hermosa-
con soltura se marearán sobre él.
Y las personas acudirán corriendo como hormigas negras,
de las calles, de los patios, y se pararán entre nosotros.
Preguntarán, por qué y cómo lo maté,-
nadie comprenderá cuánto lo he querido.

Vladislav Jodasevich



En la calle estaba medio oscuro...

En la calle estaba medio oscuro.
El brillo de la luz en la cortina ondeó.
La ventana golpeaba bajo el muro,
La sombra veloz de la pared huyó.

Feliz quien de cabeza hacia abajo cae:
Por un segundo para él el mundo es otro.

Vladislav Jodasevich



“En mi hay algo hermoso, pero me da vergüenza 
nombrarlo ante mi.”

Vladislav Jodasevich



"Es feliz quien cae de cabeza hacia abajo
por un instante el mundo para él es otro."

Vladislav Jodasevich


"Es necesario que nuestro pasado poético se convierta en nuestro presente y, en una nueva forma, en nuestro futuro. Pensemos en Robinson Crusoe: encontró en el bolsillo una semilla y la plantó en una isla desierta y gracias a ello pudo hacer crecer un buen fruto inglés. Pero, ¿y si no lo hubiese plantado, si se hubiese quedado mirándolo con el debido cuidado para que no se cayese al suelo? He aquí por qué hay que hacer con la tradición lo mismo que con esa semilla. Llevarla fuera del propio país, plantarla, trabajarla -o sea, continuar a crear. Pero lo más importante es sentirse absolutamente emigrados y no gente que la casualidad ha llevado desde Moscú hasta París. La literatura no puede sobrevivir en los hospicios ni en los asilos para la infancia abandonada."

Vladislav Jodasevich


Hoja

El niño que pasaba me dejó
una hojita en la ventana.
¡Cuántas venas y nervaduras,
qué complejo es su tejido!
Cómo se atormenta la semilla en la tierra,
antes de abrir su retoño,
qué difícil fluye en el tallo
el maleable y pegajoso jugo.
¿No es así cómo debo levantar
toda la carga de las pasiones, de las alarmas,
de las lágrimas, y de la felicidad –para conocer
la simple palabra– Dios?

Vladislav Jodasevich




La estrella arde, tiembla el éter,
la noche se esconde en las aberturas de los arcos.
¿Cómo no amar todo este mundo,
tu increíble regalo?
 
Me has dado cinco sentidos equivocados,
me has dado el tiempo y el espacio,
la inconstancia de mi alma
juega en la niebla de las creaciones.
 
Y yo creo de la nada
tus mares, los desiertos, las montañas,
toda la gloria de Tu sol,
que ciega las miradas.
 
Y de repente bromeando destruyo
todo este despropósito voluptuoso,
como un niño pequeño que derrumba
el castillo hecho de cartas.

Vladislav Jodasevich



Lluvia

Lluvia
Me alegra todo: que la ciudad esté empapada,
Que los techos ayer polvorientos,
Hoy luzcan como seda brillante,
Disipándose en chorros de plata.

Me alegra, que mi pasión esté agotada.
Miro sonriendo por la ventana
Cuan rápido pasas de largo,
Sola, por la calle resbaladiza.

Me alegro que la lluvia caiga más densa.
Que entrando en un pórtico ajeno,
Vuelques el paraguas mojado,
Sacudiendo la lluvia.

Me alegro que me hayas olvidado,
Que saliendo de ese porche,
No mires hacía mi ventana
Ni alces el rostro para verme.

Me alegro de que pases de largo,
Aunque para mi todavía seas visible,
Pues tan hermosa e inocente
transita la primavera apasionada.

Vladislav Jodasevich



Una vez más

Tarde otoñal. Una vez más lloro.
Y quizá la Tristeza está cerca.
Una vez más la mano pálida
vistió mi corazón con una mortaja blanca.

¡Qué difícil, doloroso y amargo!
Una vez más los días saldrán al encuentro.
Una vez más el alma divisará luces rojas
en la oscuridad infinita.

Y por mucho tiempo se oirá
en la última bruma, el llanto afligido.
Yo espero. Hacia mí, de la oscuridad,
viene el verdugo.

Vladislav Jodasevich


Y POR QUÉ NO EL YAMBO DE CUATRO PIES...

¿Y por qué no el yambo de cuatro pies,
amado desde antes del diluvio?
 ¿Y qué cantar, si no cantar
 el don del yambo, tan rico y bueno?

Los ángeles lo bajaron de las alturas
sobre las estrellas, donde moran las Musas,
más glorioso que todas las banderas rusas,
y más poderoso que un muro del Kremlin.

Consumidos por los años, los nombres de quienes
habían caído en Kotín, y por qué,
y todavía la "Oda sobre Kotín"
fue para nosotros el grito inicial.

Ese día surgió una musa rusa
sobre las colinas nevadas, y se detuvo
a cantar su primera y prodigiosa nota
a toda su distante hermandad.

Desde entonces en estricta diversidad,
como en la famosa "Cascada",
a través de los mismos cuartos de pasos
los versos rusos espuman y hierven. 

Cuanto más saltan desde los riscos,
más se retuerce el remolino
más secreto en sus armonías,
y más alto salta su centelleante rocío-

ese rocío donde, como un sueño radiante
suspendido feliz en su altura,
juega allí cromáticamente con sentido
el arco iris de ideal deleite.

***

Su naturaleza es misteriosa,
donde el espondeo duerme y el paeon canta,
una ley se sostiene en su interior libertad.
Libertad es la ley que nos trae...

Vladislav Jodasevich









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