Antes de soltarte

pon a los perros en la lista
de cosas difíciles de perder. Esos perros abandonados
en los páramos de North York o en las colinas de Sussex
o tirados como bolsas de arena desde coches alquilados
han seguido sus narices hasta pueblos con mercados
y como pelotas rebotado hasta los brazos de sus amos.
Escuché una historia de un perro que nadó
hasta la costa inglesa desde la Isla de Man,
y un perro que huevos y tocino cargó
y un diario matutino desde el pueblo
y apareció dos años e incontables leguas después,
con el tocino comido pero los huevos intactos
el diario seco como la leña, literalmente.
Un perro puede vagar lo ancho de un mapa
para enterrar su cabeza en el regazo de su dueño,
arrastrarse la última milla para pasar su pata ensangrentada
por su propia puerta. Para morir en casa,
un perro puede caminar hasta quedarse sin patas.
Le puedes quitar la chapa y el collar
pero un perro viste un pelaje y un color.
Un perro del que te deshaces —es un perro para toda la vida.
No hay perro que aúlle como el que echaste en la noche
Intenta mirar a un perro así a los ojos.

Simon Armitage


Capítulo y versículo


Fueron conducidos a la orilla del agua
para esperar. Allí, alguien, desde atrás,
les dijo beban, y bebieron, algunos
con las manos enconchadas, tomando el agua como los dioses,
y algunos arrodillados, lamiendo el agua
como perros.

Y los que se arrodillaron, echados
en cuatros patas, fueron apartados y juzgados
por caer tan bajo como una bestia, y peor aún
por besarse los labios en el lago.
Todos fueron culpables y a todos reunieron
y golpearon. En el rostro. Y aquellos que se salvaron
fueron recompensados con espejos y copas y elogios,
ya que en el lago habían hecho tan perdurable impresión.

Y así culmina la primera lección.

Simon Armitage



Chiste nevado

¿Te sabes el del tipo aquel de Heaton Mersey?
La mujer en casa, la amante en Hyde, la querida
en Newton-le-Eillows y dos lindas chicas
en Werneth, en tercero de prepa. Bueno

pues como iba ya tarde y en muy buen coche
desdeñó las señales de alarma y quiso sortear
las seis millas finales de nevada en los Altos;
y en cosa de minutos, dicen, se había atascado.

Se entretuvo pensando en la vida y en cosas así,
lo que hace el perro al morderse la cola,
o la serpiente que se devora a sí misma.
Lo hallaron recostado en el manubrio

con las letras de VOLVO marcadas al revés
en la frente escarchada. Y alrededor de un ponche
discutieron después en el pub
quién de ellos tenía el mérito mayor.

Si el que confundió la antena con una vara seca,
el que reconoció la silueta del coche,
o el que dijo que oyó el quejido de la bocina
como un despertar bajo la almohada.

Simon Armitage


el bautizo 

Soy un cachalote. Transporto dos toneladas y media de un aceitoso bálsamo
en mi descomunal cabeza con forma de ataúd. Tengo el cerebro del tamaño
de una pelota de baloncesto, y sobre esta base
solo tengo derecho a mis opiniones. Soy un cachalote.

Cuando inspiro, el fluido de mi cabeza se enfría como una densa cera
 y caigo en picado hacia las profundidades.

Mi canto, disponible en casete y disco compacto es un consuelo
para los divorciados, astrólogos y aquellos que tienen ”orientado el tembloroso lienzo
de la tienda de sus pensamientos al borde del oscuro cráter “.

El aceite de mi cabeza, es de gran valor comercial 
y ha sido utilizado por la N.A.S.A., incluso en los vacíos galácticos del profundo espacio
porque no se congela.

Me siento atraído por las políticas del Partido de los Verdes sobre el papel,
pero una vez dentro de la cabina de votaciones, 
mi mano es guiada por una fuerza invisible.

Algunas veces vomito grandes trozos de ámbar gris. 
Mi hermano, Jeff, es dueño de un camping y de una tienda de ropa
al aire libre en el distrito de Los Lagos, y es un consumidor aficionado de cannabis.

Los clientes que compraron libros acerca de mí también compraron
¿Las ballenas tienen ombligo?, de Melvin Berger
y planos callejeros de Cardiff.

En muchos sentidos, he visto todo. 
No admito mascotas. Quiero decir, 
por estar “anotando en mi bitácora” y “chapoteando” cuando me vuelvo y ofrezco
mi aleta caudal al horizonte con sensacional lentitud.

No se deje engañar por los delfines y su sonrisa encantadora,
son los carteristas del océano, los gitanillos de las aguas abiertas.
Y están riéndose durante todo el camino a Atlantis.

Basándome en “quien se fue a Sevilla perdió su silla” creo 
que los Mármoles de Elgin deben seguir siendo propiedad 
de la Corona Británica. 

Soy mi propio Dios – ¿Porqué no habría de serlo?.
Las primeras personas que me abrieron pensaron que mi cabeza 
estaba llena de esperma, pero eran hombres, 
y habían vivido sin mujeres durante muchas semanas, y estaban
lejos de casa. 
Las cosas se dicen sin pensar.

Simon Armitage



"La poesía es el lugar al que la gente va para tener un momento de contemplación. Siempre ha sido así, es algo fuera de lo cotidiano, es una alternativa. Ahora, como siempre, la poesía tiene una relevancia particular en estos días, vivimos en un mundo rápido y cambiante, incierto, lleno de información, lleno de oportunidades de comunicación, y hay más distracciones de las que podrías desear, y la poesía es una especie de oasis. Es tomarse tiempo fuera de ese ruido y creo que las personas todavía lo necesitan, lo quieren y lo buscan."

Simon Armitage



"La poesía parece ser algo difícil de matar. No es una sustancia sintética, manufacturada o comercial; es escrita por una persona que dice lo que realmente piensa y lo que tiene significado para él. Por eso siempre será valiosa."

Simon Armitage



Los poemas del mar muerto

Y yo viajaba ligero, descalzo sobre la roca,
y luego por tierras zurcidas
de manzanilla y bardana; o acaso

cadillo. Vivía de conducir
un torrente de cabras hacia las aguas claras,
cuando una de ellas se desprendió hacia una cueva

sobre los riscos. Para hacerla emerger hice
una honda con vendas de algodón
o acaso una sábana; tiré una piedra

hacia el blanco, y se oyó un estruendo;
un sonido que delataba objetos humanos.
En la cueva como un juego de bolos

se erguían doce urnas; y al ser abiertas
cada una resopló —un tanto teatralmente —
soltando un aliento a almizcle y a polen,

y al hurgar entre la arena fresca encontré
unos poemas escritos por mi propia mano.
Harto necesitado de ropa y comida, sin dinero,

me deshice de ellos por una bicoca;
pero esta primavera los he vuelto a ver,
expuestos al público e inalcanzables,

bajo rayos infrarrojos y ultrasonido,
y al parecer valuados en un dineral.
Ahora que sé el valor de mis primeras letras
he comenzado a tomármelo a pecho,
a llevarlo todo en la mente,
como plegarias que repito y repito,

por las noches; y canto toda mi obra
para mí mismo, cada página de esta inocente,
cotidiana versada, que comienza

con éste.

Simon Armitage


[Sin convicciones]

Sin la menor convicción: ése es mi gran defecto.
Nada que me tiente a gritar o a aullar, nada
que merezca un escándalo, una alaharaca o un baile.

Un hombre como yo podría ser algo serio,
y empaparse en gasolina por la noche
e incendiarse para salvar al mundo,
dejando que su sangre hierba y su cabello se rice.

Tengo un lunar cinco centímetros al sureste
de mi nariz, un corazón que vale tanto
como un reloj de cadena, un puño
que se abre como una buena navaja suiza;
y algunos trucos que han sabido
provocar el aplauso espontáneo.
Pero ninguna causa, ninguna.

Simon Armitage



Testamento

Dejo un testamento a favor de Salud Pública:
Les dono todo. Podrán usar fluidos y tubos,
melazas y pegamentos, la trama de nervios y venas,
el seso nutricio, un surtido de caries, emparches y heridas.
Sangre -un tazón lleno de sopa de arándano-,
el armatoste o la catedral de huesos.
Pero no el corazón, todo menos el corazón.

Lleven el paquete completo,
los aros y las bobinas, tuercas, resortes y varas,
engranajes y poleas, y hasta mi cara,
todo, mi caja entera y mis manos.

Pero no el péndulo del compás, el tic-tac.
Tendrán que dejarlo donde se detuvo o donde cuelga.

Simon Armitage



"Todavía necesitamos una voz que piense antes de hablar."

Simon Armitage



Un estudio sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones

Compilar esta emblemática antología de poesía en Inglés
sobre perros e instrumentos musicales es como nadar a través de ladrillos.
Hasta ahora, solo tengo “De la muerte del doguillo de Mrs. McTuesday,
asesinado por un piano que cayó”, una elección un poco obvia.
Es cierto, un arpa eólica susurra seductora
en el fondo de un soneto anónimo, “El sabueso del cazador,”
pero más allá de eso —silencio.

Debería soportar este trabajo pesado y degradante en favor de mi propia escritura,
donde seguramente la alegría yace.
Pero A. Smith mira engreído desde el reverso de un billete de veinte libras,
y cuando mi gerente de banco ríe,
pequeñas partículas de saliva chorrean como una lluvia de meteoros
a través del infinito espacio oscuro
entre su mundo y el mío.

Simon Armitage


¡Zoom!

    Comienza como una casa, la última de unos adosados
en este caso.
    Pero no se queda ahí. Pronto es una
avenida
    que dobla arrogante pasando el Instituto de Mecánicos,
gira a la izquierda
    en la calle principal sin mirar siquiera
y rápidamente es
.    un pueblo con los principales cuatro bancos comerciales,
un periódico diario
    y un equipo de fútbol luchando por el ascenso

    Y continúa, ajena a las leyes de planificación,
a los Green Belts,
    y antes de que nos demos cuenta está fuera de nuestras manos:
ciudad, nación
    hemisferio, universo, expandiéndose en todas direcciones
hasta que de pronto,
    piadosamente, es liberada por el centro de
un agujero negro
    y disparada hasta una galaxia vecina, emergiendo
más pequeña y más suave
    que una bola de billar pero más pesada que Saturno.

    La gente me para en la calle, me acosa
en la fila de la caja
    y me pregunta “¿Qué es esto, que es tan pequeño
y tan suave
    pero cuya masa es superior a la del planeta anillado?
Son solo palabras
    les aseguro. Pero no se lo tragan.

Simon Armitage











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