Ausencia

En una gruta de soledad crece
un trupillo, con un tronco en la intersección del destino.

Siente lo que la naturaleza
experimenta
desde el interior... un vacío.

Pon tu mano en esa rama
mira las olas que brotan.

Desde el interior como un cáncer
ignorando el símbolo,
lamentándose.

La flor de sangre sin tierra
para crecer entre ellos
creyéndose por encima de ellos.

Con el tiempo completamente podrida
la acústica que desaparece.

Despreciando
un sólido chubasco
apreciando
la decadencia de la persona.

un vacío... desde el interior.

Quito Nicolaas


Ciego

En la vista del ciego
se ve el pasado distante,
cargado de contratiempos
a cualquier lado
de la creación,
sin llegar nunca a disfrutarlo.

Surgen objetos,
vuelan independientemente
el uno del otro,
se anidan entre la masa,
en busca de concepto,
pero se condensan.

Retumban los pasos,
el eco de una discusión,
en el monte del menosprecio,
tentando el alma,
llena de vicios y de virtudes

El llanto del
recién nacido,
raro en otros,
caracterizado por sucesivas impresiones,
va dirigiéndose por el universo,
cometiendo un pecado.

En la vista del amo,
sólo eres diferente,
de su conciencia,
un contrasueño; un fraude,
que sólo tú puedes observar.

Tendrás que arrastrarte,
como ningún otro,
para la victoria
que determina
el destino de un ciego.

Quito Nicolaas


Consciente

Temo
expresar
las palabras
que alojan
mis sentimientos.

Tengo miedo
de volver a contar
las historias
que ocultan
mis pensamientos.

Temo
revelar
las declaraciones
que envuelven
mis experiencias.

Tengo dudas
de realizar
los sueños
que agotan
mis días.

Soy consciente
de que mi voz,
que echa al mundo
mis ideas,
las engendrará de nuevo.

Soy consciente
de que los sentimientos
que persiguen
mi vida,
los podré compartir.

Quito Nicolaas



Malvinas

El descubrimiento de una vida que nunca se vivió,
que sí podía ver sin poder volver a contarlo.

En mi sueño
te veo aparecer
        cada noche.

En el pasado te admiraba
en el rabillo del ojo
              durante el día.

Retirados el uno del otro
un deseo creció
              durante la noche.

Pero alguna vez
olvidamos el compromiso
                    al mediodía.

Hicimos el amor
dos cuerpos amargados
             en la mañana.

Quito Nicolaas


Pon tu mano en esa rama 
mira las olas que brotan.

Quito Nicolaas



Vida despejada

Nunca te
he encontrado,
para decirte algo,
como señal de despedida,
en mi corazón.

En la lejanía
me consolaste,
durante esas noches
de soledad,
sin abrazarme.

Con azabache en los ojos,
siento tu presencia,
en la cama y en los brazos
de otro,
que no te mima.

He esperado mucho
una señal; una señal de vida
envuelta en tu olor,
de cuerpo desnudo,
después de la medianoche.

Tus palabras,
que cada día llevo
en mi vida esotérica,
que nunca termina,
en nuestro sitio de encuentro.

Quito Nicolaas












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