Cotidiana 

La hermana pasa lentamente la escoba sobre el pequeño tumulto
de las hormigas
y no cesa de asombrarse de lo rápidas que acudieron
al saltamontes inesperadamente caído del techo
—Parece que supieran —dice

Cuánta minúscula y moviente voracidad sobre el cuerpo muerto
Cuánto vértigo de pinzas trincando, desgarrando, cargando
victoriosamente el animalejo

—Algo las llama —insiste sabiamente la hermana

Yo nada digo
Yo aparto los pies y dejo barrer
mientras miro la desorientación de las hormigas
que ahora no parecen saber tanto

Rómulo Bustos Aguirre


El carroñero

El carroñero hace bien su tarea:
mondar el hueso, purificarlo de la pútrida
                                                                         excrecencia
En algún lugar de la vida, algo
hace exactamente lo contrario: cubre el hueso
empuja la oscura floración de la carne
A su extraño modo
el carroñero también trabaja en la resurrección
                                                                        de los muertos

Rómulo Bustos Aguirre


El desilusionador

Mi oficio es el de desilusionador

Siempre he desilusionado a algo o a alguien

una piedra, una silla, un vendedor de baratijas
 

Cuando tenía siete años desilusioné a un pez

que  todos los días venía a tomar agua de mi mano

El agua brotaba de mi mano de una manera extraña 

Una vez el agua misteriosamente no salió de mi mano  y el pez

                                                                                                      murió

Me miró con ojos suplicantes y murió
 

Creo que era un problema del corazón (el mío no el del pez):

a veces confundía la sangre con el agua y mi sangre era

                                                                                                   sedienta 

El pez murió de la sed endémica que le producía mi sangre.
 

En realidad no era un pez, era un vampiro.

He ahí la razón de ser un desilusionador
 

La gente deposita sus ilusiones en mí

y yo las voy devorando lentamente

Cada día pido más ración de ilusiones

hasta que la persona o la cosa queda sin ellas y yo tampoco
 
¿Has visto un colibrí devorando una serpiente?

¿Has visto el último pedazo de la cola de la serpiente antes

de que la trague por completo el colibrí?

Entonces has visto el misterio y ya no hay nada más que decir
 
Espero haber desilusionado suficientemente con este poema

Rómulo Bustos Aguirre



Hay alguien que yo sé morándome

A J. Arleis

Hay alguien que yo sé morándome

Arrastra sus alas de ángel sonámbulo

como quien busca una puerta

                                      entre largos corredores

Triste de sí

Pulsando inútil las cuerdas más dulces

                                              de mi alma

Quizás me existiera desde siempre

¿De qué ancho cielo habrá venido

                         este huésped que no conozco?

Rómulo Bustos Aguirre



"Lo diré muy brevemente así, complementando lo ya dicho sobre este tema: las concepciones de la ciencia –pienso especialmente en las más revolucionarias especulaciones y paradigmas científicos- y la poesía moderna, vienen a ocupar el vacío que dejo la Teología y la Metafísica: ambas apuntan, de diverso modo, al problema del sentido. La ciencia así considerada y la poesía vienen a ser así una especie de hermanos siameses, herederos de la Teología y la Metafísica en la medida en que cargan sobre sí las preguntas que ya no puede encarar estas."

 Rómulo Bustos Aguirre



En realidad, en mi poesía la parodia se ejerce  solo sobre el fundamentalismo científico, sobre la supuesta objetividad del conocimiento científico… Por lo demás considero que Einstein, Hawking, Bateson, Capra, Damasio, Prigogine, Penrose y un largo etcétera que desconozo figuran entre los más altos poetas de nuestro tiempo.

Rómulo Bustos Aguirre


Lo eterno

Lo eterno siempre está ocurriendo
               ante tus ojos
Vivo y opaco como una piedra
Y tú debes pulir esa piedra
hasta hacerla un espejo en que poder mirarte
                              mirándola
Pero entonces el espejo ya será agua y escapará
                              entre tus dedos Lo eterno siempre esta en fuga ante tus ojos

Rómulo Bustos Aguirre



"Los géneros son como las brujas, nadie cree en ellos, pero de que los hay los hay. Son, en cierto modo, comodidades clasificatorias, que responden en todo caso a ciertos elementos “objetivos”. Casi nunca es posible en- contrarlos en toda su pureza: momentos de lirismo hay en toda épica. Eso es así, pero es verdad que la impureza genérica es en gran modo marca de la literatura moderna. Esa impureza sobre todo es perceptible en la poesía moderna, para la cual yo prefiero hablar casi de otro género: el “género poema”…el “género poema” es en lo que se transforma el género lirico en las nuevas condiciones que propicia la modernidad, en la cultura y en la configuración de los textos literarios…"

Rómulo Bustos Aguirre


Poema de las pertenencias

A la hermana pertenecía el lado izquierdo
                                                      de la casa
Y las piedras pulidas que parecen soles
También eran suyos el color amarillo
Y la palabra alamud pronunciada suavemente,
los botones en forma de pequeños emperadores,
el santo y seña para entrar y salir de los espejos
(una vez quedó aprisionada en el espejo de la sala
y debió revelarme su secreto)
Eran míos
el fulgor de las nubes que anuncian la lluvia,
el juego de la peregrina, el palo yaya, las telas
crujientes como las alas de las grandes moscas,
la mitad de la palabra para abrir el día...
La otra mitad era de la hermana
Subíamos a la ventana bajo los trompeteros
y repetíamos: sayana, sayana
y la luz se asomaba como doblando una esquina
                                                                    del mundo
A veces no despertábamos y desde el sueño
                                                         soñábamos sayana
Era entonces más brillante el cielo
Nunca nos preguntamos
a quién pertenecían los dados cargados
                                                      del tiempo

Rómulo Bustos Aguirre



Sacrificial 

El carnicero se va en lenguas
hablando de las bondades de cada una de las carnes del animal. Casi saborea las palabras
El cliente señala difuso un punto en el dibujo que se exhibe en la pared
donde sabiamente aparece seccionada la res en sus diferentes partes para golosa guía del comiente
Sin duda el comido no ha sido consultado sobre la publicidad de sus vísceras
Ah, el comiente
Con sus pulcros caninos, sus radiantes incisivos y sus 356 molares

Pero hay algo de torva beatitud en la demora con que, a veces, el carnicero
rasga una entretela, contempla al trasluz y retira delicadamente
                              un trozo de pellejo
Quizás, en esos instantes , alguien dentro de él ensueña :
un día cualquiera
un desorientado arcángel, confundido en el tiempo, vendrá y me relevará
de este sucio mandil, detendrá mi mano en el aire de la
mañana y dirá fulgurante : basta, ya ha sido probada tu fe

El cliente, recostado en el mostrador, lo mira con expectante fulgor
Y el ensoñador quisiera indagar ¿ acaso eres tú mi liberador ?
pero dice oferente : ¿ palomilla o punta de nalga ?

Ahora, el carnicero tararea indolente mientras pule sus enormes cuchillos

Rómulo Bustos Aguirre


Símbolo 

El símbolo tiene un pie en ninguna parte y el otro

                                                                                 aquí

cerca a esta piedra que sirve para atrancar la puerta

Todo él es aire

Yo lo llamo –en voz baja– diciéndole: símbolo

Y él se asusta

como si se sintiera descubierto en su invalidez

Ni siquiera se reconoce en su nombre

Ensayo a atraparlo con el viejo truco del espejo

como si pusiera un cuenco sediento a un animal

Trato de asirlo

y él se desliza desconfiado con su sola pata

Es increíble la agilidad con que puede reptar por las paredes

o quedar colgado del techo como un murciélago

siempre mirándome

Siento el crujido del espacio vacío

entre sus huesos

Puro aire el pobrecito

Me mira, siempre me mira

Me busca la mirada

Acaso intuye que su existencia depende del hilo de esta mirada

Sonrío

imaginando la indigencia de su sola pata

si dejara de mirarlo

imaginando la indigencia de mi sola pata

si él dejara de mirarme

No sabe que ambos somos equilibristas de una misma cuerda

suspendida en el aire

que sin él la puerta se desatrancaría y todo lo colmaría el abismo

                                                                                       como una ráfaga 

Mientras esto ocurre gozo del dudoso privilegio de saber su ignorancia 

Espero que no se entere tan pronto

Siempre hay gente indiscreta hablando de esas cosas por ahí. Borges

                                                                                                    por ejemplo

Rómulo Bustos Aguirre




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