Ctalamochita
21.

La escritura viene y va. Nos moja y deja en el silencio que nos escribe. Un silencio más acá de los árboles y las gotas de lluvia. Un silencio que pone afuera cada sonido del mundo.

22.

El olor a tierra húmeda se adueña del jardín y trae otras tormentas. Otros veranos en que todo podía perderse bajo el agua, hasta que dejara de ser el tiempo que promete. ¿Quién nos librará de lo que moja y vuelve?

23.

El pino y la rosa china conquistan el día y opacan el gris. Las hormigas insisten con mis zapatillas. Son dueñas de cada pared de la casa: un espejismo de este ciclo que llamamos vida.

28.

El poema se escribe a orillas del río. Cada palabra es una piedra mojada que produce sus propias ondas, sus propios recovecos.

29.

El motor de la heladera vieja establece continuos. El aire fresco se filtra por las ventanas y promete un mejor clima adentro. Desde el patio pueden verse relámpagos que miden el tiempo de la próxima tormenta. Ya no soy ese único sonido.

40.

Mi casa tampoco puede ser dicha.

Valeria Cervero



"El origen del poema siempre está en la poesía del mundo. Puede vincularse con una imagen, una lectura, un sonido, una palabra que simplemente aparece. Siempre es parte de la lucha contra las borraduras y los límites, por la imposibilidad de silencio. Pero desconozco cómo sucede exactamente. Y supongo que eso hace que el poema sea."

Valeria Cervero



en el cuarto de olvidos
la ría crece
hasta el deseo
o la luz

migaja
empecinada en ser
delante
para tentarnos sin dar

nuestra espera se reduce
a lo improbable
mezquino del no-viaje

ni la calma ni el fin
edifican el afuera
de esa sed

Valeria Cervero



marcas y claridades
a Javier Galarza

63.

¿Qué haré con este cuerpo que afirma cosas que desconozco? En medio de la rutina, un algo extraño, un dolor que no me pertenece.
Cada mal traza su propio dominio y dice.

64.

Un resplandor ocurre en algún lugar. Lo que maravilla y ciega por un instante deja su herida para siempre.

65.

Traspasar lo impredecible como la tormenta que cede. Sin únicas certezas. Una hoja que puede volar hasta esa tierra u otro cielo.

Valeria Cervero



"No busco liberarme de las influencias; solo intento encontrar una voz entre ellas. Pero sería difícil que existiese esa voz sin otras. Se puede ser más libre escuchándolas que tratando de evitarlas."

Valeria Cervero



olvido

12.

Las penumbras también nos hablan de los otros. De la espera puertas adentro, casi al borde del día. La voz parda para decir un nombre. La energía puesta en la tarde en que haya que volver.

15.

El tiempo ya no se parece a sí mismo. La vejez es una promesa que quién sabe si cumpliremos. Mientras la juventud se vuelve recuerdos de la época en que no sabíamos temer. El resto es una enramada que sigue creciendo en el fondo de la casa.

Valeria Cervero



pos-todo
Quise / mudar todo / mudé todo /ahorapostodo / extodo / mudo

Valeria Cervero




"Si pienso en la escritura actual de poesía en la Argentina, atendiendo a todo lo que llego a conocer y no solo a lo que parece predominar en ciertos circuitos, observo una cantidad de caminos variados. Si bien hay cierto sector de jóvenes que siguen una poética hija de los noventa, con mejores y peores resultados, creo que en la multiplicidad de voces tanto de los poetas de menos edad como del resto se puede leer una diversidad de búsquedas propias. De todos modos, más de una vez me puse a pensar si, en momentos de la llamada “generación de los noventa” (a mi entender un fenómeno más propio de Buenos Aires, Rosario y Bahía Blanca), no sería así también, pero el fenómeno no se notaba. Lo diferente tal vez sea la circulación de la poesía actualmente por medios electrónicos, lo que permite lecturas que antes no estaban disponibles, así como cierto fenómeno de poetas que, si bien escribían hace tiempo, han publicado sus primeros libros ya pasada la tercera década (en contraste con los que se apuran a publicar muy jóvenes). Quizá la tendencia de la época no esté tanto en la producción de poesía en sí sino en la forma de acceso a ella, las posibilidades de lectura."

Valeria Cervero



Tal vez lo que quede...

Tal vez lo que quede simplemente sea el hueso,
el que hizo de sostén todo este tiempo,
antes y después de la caída,
de la aparición en medio de la tarde
–como una maravilla
de puro olor a jazmines–,
el hueso, en medio de un cielo
que no es cielo ni arte.
¿Porque cuántas vidas abarca una vida?
¿Cuánto amor puede guardar un cuerpo?
Pero el hueso sigue ahí,
en la espera, en la dicha,
en el borde de tanto,
como el ojo del tigre en la espesura
o un destello infinito
en el desierto.

Valeria Cervero









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