deshabité muchas casas
pero ninguna como esta:
cada tanto regreso
para regar las plantas que dejé
para recoger algunos restos que dejé
a propósito olvidados
para sentarme al lado del amor que dejé
y debo desanudar
para contemplar las fotos que te dejé
para cuando vuelvas.
la casa está muy flaca
quizá ya no te acuerdes de que viví
quizá la sonrisa blanca de nuestra despedida
se aparezca a tu regreso
ojalá te diga: abre el cajón,
piérdeme,
bienvenido a casa.

Sara R. Gallardo



Mi poesía es fruto del dolor
no de la primavera.

Sara R. Gallardo



nighthawks 

Estamos aquí apoyados pero qué te tengo que decir si la noche está
entrando a todas luces con su aire de vino italiano y sus noctívagos tú y yo
preguntas en alto tú y yo preguntas preguntas quizá si puede haber un
si puede haber un
yo.

Estamos mirándonos el ombligo einander mirándonos nocturnos
mirándonos nerviosos y me gustaría pedirte sí vale que duermas conmigo
pero pedirte
pedirte
que te despiertes
que la mañana
la mañana
es tuya
y no solo los remolinos inconclusos de la noche.

Puedes llamarme como quieras tienes mi permiso pero
despierta
la mañana es demasiado clara
y mis retinas son sensibles son demasiado sensibles a la oscuridad y
tus ojos son los pasos de los búhos y tienen las patitas de las ardillas la
palabra
la palabra
puedes cambiarme el nombre
sustantivos comunes
llamarme ardilla
o polilla
o merecedora de la luz
o mariposa suicida
puedes llamarme
animal o cintura
pero

despierta donde estés
despierta
no solo la luz es tuya
despierta esta vez.

Sara R. Gallardo



Tampoco yo

Los periódicos locales
no publican noticias
que hablen de suicidios.

Voy aprendiendo el oficio.
Aprendo a callar.

Qué huérfanos
se quedan los muertos
arrojándose
desde los puentes de Norma Jeane
desde ese puente herrumbroso
que huele a azufre.
Ese puente feo.

Tú tambaleante,
un bebé en tu vientre:
simbólicamente yo.

Los periódicos
nada dijeron
cuando quisiste morir, madre.

Tampoco yo.

Sara R. Gallardo










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