DÍAS

Mientras las abejas, las hiladas de la uva, el calor,
los manojos de albahaca, las miradas,
los cuatro girasoles y el pensar,
los mosquitos, el aire de menta, todo
va directo a deshacerse en las alturas

en tanto nosotros estamos en paz
bajo el olivo más viejo del huerto—
cuerpos, para retener aquel encanto.
Nadie jamás tocó el tema.

Silvia Bre


En la isla, que es oscura y te desnuda y te besa
tus manos invadidas por el diseño musical de la forma
y te habita si pisas las ciénagas, estúpida
en la luz de marzo, deja hasta lo que no tienes
en el umbral etrusco, el deseo feroz invoca,
prepárate.

Silvia Bre



NO HAY COSA que yo digo que no diga
que yo vivo otra vida que es más viva
de esta misma mía que vivo y digo.
Es como estar un palmo bajo la tierra,
entre semillas que tal vez florecerán—
un poco más abajo es donde yacen los muertos
pataleando eternamente más allá de la vida.
Y allí permanezco muda: espero,
sigo esperando, todavía espero,
no me detienen ni el sol ni la luna,
hasta que llegue el verde y cubra todo
hasta mi corazón abierto a la gran vista.
Parece ser así la dicha dura
de un ermitaño en la cima de una columna
en el desierto.

Silvia Bre


Si nuestro lugar es donde

Si nuestro lugar es donde
el silencioso mirarse de las cosas
necesita de nosotros,
decir no es saber, es la otra vía,
siempre fatal, de ser.
Tal la geografía.
Se está así en el mundo,
pensativos aventureros de lo humano,
se es la forma
que se forma ciegamente
en su decir de sí
por vocación.

Silvia Bre



Y a quien te dice designa tu centro
la sorda dominante que te agita, a ti que no te bastas
para coronar el rengo arrepentimiento de las tardes
cuando la coexistencia silenciosa se desgarra
y no puedes con tanta ceniza en tus brazos
descalza en el más allá de las tumbas, en los rostros desfigurados por el granizo,
declara el centro, acusan, qué fuego envuelve a una que llora,
entra en tu especie como ganado de árboles,
entre los intersticios del cómo, el bosque de la boca
cuando duermes, la tensión extraña que te engancha
en la demostración, lo desconocido que te conoce y te dilapida,
declara triunfante que no estás allí, que no tienes corazón,
es otra la unidad a pronunciar, analfabeta,
y no sabes cuál, no sabes hacerlo.

Silvia Bre












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