El exilio de los sueños
Descender en espiral por las vértebras del tiempo
Cruzar antiguos laberintos
Descender hasta el más lejano de los círculos
Contemplar en cada círculo la duda
En silencio arrancar al silencio la respuesta
Ver surgir del silencio otra pregunta
Buscar a lientas los fragmentos,
Y en la búsqueda labrar la ruina
Profesar que no hay más luz que la que arde
Y no volver
del abismo
de la sangre
y los recuerdos
Al instante
A la vida
Al origen
Al futuro.
Salomón Villaseñor
El Faro
I
Alto destello de palabras
—lo imprevisto—
Se abre cataclismo
donde nada —mar— sucede
Antiguo movimiento
Diario desliz de sol
—TrazoSombraReino—
II
En el vértice
Soberbio
Te complace mirar tu territorio
Inmóvil
Manso
Ardes
y a lo lejos
un extraño resplandor
prolonga el límite de tu reino
Qué inmensidad la que le ciñe
Qué canto de aves frescas corona la mañana
Cuánta quietud en tus muelles.
Salomón Villaseñor
Elegía del instante
Va y viene
Viene y va
Sin parar
Nunca llega
Por eso va
Y si viene
No llega
Se va
Oscila del tic al tac
De un lado luz
Del otro nada
Y tu sombra
en el borde dibujada.
Salomón Villaseñor
En la mira
Dichoso el ojo que mira lo que mira
más dichoso aún aquello que es mirado
pues el iris expande la retina
y despoja de su velo lo velado
y se ve
se ve-la
se ve-la-imagen
imagen
en la fuente que se aclara
que sea clara
y es-tán-tan pero tan-tan
clara
que remueve la memoria de sus ruinas.
Salomón Villaseñor
Quiero, entorno al fuego,
conservar intocable en la memoria
algunos nombres
algunas voces
algunos pasos que resuenan en las vértebras del día
algunas calles en las que ciertamente nadie me espera
pero tal vez alguien me recuerda
como se recuerda la geografía y la vegetación de ciertos cuerpos
como se recuerda el sabor de la melancolía
de ciertas tardes que incendian la memoria
que se hunde en las llamas del recuerdo.
Salomón Villaseñor
Romance del clérigo
Desnudo
bajo tu sombra
veo pasar las nubes
Y me asombra
que dudes
que la sombra
me nombra
Me extraña
la entraña
y me crece la duda
Desnudo
Desato
Te anudo
y te ato
bajo tu sombra
desnuda
que anuda mi sombra
al ver pasar las nubes.
Salomón Villaseñor
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