Autorretrato con mucho potencial

Soñando con un día ser tan intrépido como un mango.
Tan amable como un tomate. Despiadado con barbillas y camisas.
Dándome cuenta de que odio la palabra "sorbo".
Pero eso es todo lo que hago.
Yo bebo. Muy lento.
Y digo que lo estoy saboreando. Cuando sencillamente soy malo tomando líquidos.
No soy un mango ni un tomate Soy un bostezo oxidado en un año rumoreado. Soy un ático ártico.
Comible y & ampersand en el resbaloso ambiente polar.
No soy el heterosexual maniático de la limpieza que mi madre me crió para ser.
Soy un gay sorbedor, y mi madre ha puesto lo que queda de su esperanza en mis [hermanos.
Ella quiere que se traguen el mundo, que escupan sólidos títulos, nietos responsables,[preparados para comer.
Serán mejores que los mangos, mis hermanos.
Aunque me cuesta imaginar qué podría ser eso.
Mangos voladores, tal vez. Voladores híbridos mango-tomate. Bellos hijos.

Chen Chen



Cuando sea grande quiero ser una lista de otras posibilidades

Ser un buen
ex/amigo actual de R. Ser un último
                                                                       
intento inspirado de desquitarme de R. Ser el consejero
de pareja de L. Ser el consejero

de mi madre. Ser una más cómoda
cama de hospital para mi madre. Ser

no más camas de hospital. Ser, en mi tiempo libre,
América para mi tío, que quiere ser China

para mi. Ser un país de carreteras sin tráfico
y un carro deportivo para mi tía, a quien le gusta ir

rápido. Ser un ciclón
de risa cuando mis padres dicen

que su nuevo compañero de trabajo es así, lo saben
porque usa unas medias rosadas, y tú no, entonces tu no puedes,

no puedes ser uno de ellos. Ser el
que mis padres me criaron para ser-

una temporada del planeta
de tormentas del tamaño de planetas.

Ser una mochila de mantequilla de maní y mermelada y todo
lo que sé, para mis hermanos, que se están volviendo

sus propias tormentas. Ser, para mí mismo, nadie,
hogareño don nadie en la cama mirando televisión. Volverme 2D

y ser una pintura, la cima y las estrellas hechas por un aficionado,
decoración simple para el nuevo departamento

contigo. Para estar cerca, J.,
a todo lo que está cerca de ti-

la manta azul, la taza roja, los zapatos verdes
con cordones rosados.

Para ser el azul y el rojo.
El verde, el rosa fuerte.

Chen Chen



Poema en ruidosos bocados

No puedo dejar de comerlas, palomitas de microondas con extra mantequilla.
No puedo dejar de verte, película alquilada sobre una familia de inmigrantes
Libaneses. No puedo evitar llorar, viendo a la familia decir

adiós a los parientes en el aeropuerto de Beirut - lágrimas saladas mezclándose con
la sal de las palomitas. No puedo ocultar mi descomposición, del amigo a mi lado.
No pude responder a su pregunta. ¿Te recuerda a tu familia cuando salieron de China?

Quiero decir, No, es completamente diferente, que en muchos sentidos lo es, pero
realmente estoy recordando lo que un amigo escritor me dijo una vez, Todo lo que escribes es sobre ser gay o chino- de cómo no puedo superar eso, y me pregunto si es verdad,

si todo lo que escribo es de alguna manera una narración de inmigrantes u otra
historia sobre salir del closet. Recuerdo un poema reciente, sobre pescateros en Seattle, y eso me hace feliz; está claro que ese no va sobre ser gay o chino.

Pero luego recuerdo que un gran número de inmigrantes chinos
vive en Seattle y cómo encontré a varios de los pescateros de Pike Place
bastante atractivos cuando lo visité, así que supongo que ese poema trata sobre ser gay

y chino, también. Entonces le digo a mi amigo, No estoy seguro, y sigo comiendo las palomitas. Gracias a Dios elegimos la bolsa gigante "tamaño familiar". No puedo parar los puñados grasientos, los bocados ruidosos. No puedo comer palomitas de maíz en silencio.

Más tarde, cuando mi amigo sale a fumar, todavía no se me ocurre una digna
respuesta a su crítica queer radical de la homonormatividad, de la monogamia,
de la domesticidad, de la gloria del jardín delantero. Estos gays de clase media escogiendo

gnomos de jardín, ignorando todo el trabajo descolonizador antirracista
que todavía sigue pendiente, ¿no crees que son aburridos? Yo digo, Sí, seguro, 
pero pienso, matrimonio, casa, 1 niño, 2 gatos, ¿cuánto tiempo he deseado eso?

¿Podría renunciar a eso en nombre de ser un verdadero maricón? Probablemente no pueda.
Y es otro mal hábito al que no puedo renunciar. Comer basura, no puedo. 
Procrastinar, no puedo. Quitar postillas, no puedo. Ser amigo de gente que desafía

mis creencias y planes de vida, no puedo. Sin embargo, ¿leer y creer en Ayn Rand? Puedo. ¿Breve fase como cristiano porque me gustaba la cruz como accesorio? Puedo. ¿WWJD? Puedo. ¿Patriarcado heterosexista blanco? Puedo. América... no puedo.

No puedo evitar pensar, cuando volvemos a la película, cómo fue  de mi padre la decisión de mudarse aquí, no de mi madre, igual que los padres en la pantalla. No puedo dejar de reproducir la caminata de mi madre hacia el avión, cargándome,

aunque ya era demasiado grande para eso, abrazándome, mi rostro presionado contra su cabello y su cuello, mientras ella lloraba, silenciosamente -no puedo dejar de regresar a esta escena de la partida,
no puedo dejar de pausar la escena, pensando que he olvidado algo de nuevo,

algo más que mi madre me contó. Como cuando mi abuela en el aeropuerto,
viendo mi pequeño cuerpo tan atado al cuerpo de mi madre, y como ella todavía dudaba, le dijo, Mejor que no lo pierdas allá, y mi madre cumplió esa promesa

hasta que no pudo, ella me perdió, en el nuevo país, pero acaso eso 
no le sucede a todos los padres y sus hijos, de una forma u otra,
¿no necesitamos perdernos? Perdido, mareado, con un vello incipiente, caliente, torpe,

Wao, así es como se sentía, a los 17, besar a un muchacho por primera vez.
No puedo olvidarlo. No puedo olvidar cuando mi madre se enteró y dijo:
Esto nunca hubiera pasado si no hubiéramos venido a este país.

Pero sí hubiera sucedido, el mismo mareo, igual de perdido, en China.
No sucedió por culpa de Estados Unidos, sucios estadounidenses. Fui yo, mi necesidad.
Mi padre dijo: Tienes que cambiar, pero no pude, no puedo

renunciar a ustedes, muchachos calientes, desaliñados y dulces. No los puedo olvidar. Trato de superar lo que dijo mi amigo escritor, Todo lo que escribes es sobre ser gay o chino.
Ojalá se me hubiera ocurrido decirle: Todo lo que escribes es sobre ser blanco

o un imbécil. Ojalá le hubiera dicho, No, ya escribo sobre todo-
y todo es sal, ruido, lucha, cabellos,
cargando, besos, partiendo, mitos, palomitas de maíz,

madres, malos hábitos, preguntas.

Chen Chen









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