Capturar la luna

Vestido de una túnica de brocado imperial, con un porte soberbio
y emanando superioridad, el poeta Li Bai viajaba por el río Caishi.
Borracho, se lanzó al agua, queriendo apresar la luna, y se ahogó.
Según Tang Zhi Yan [Palabras escogidas de la dinastía Tang]

1.

La superficie del río es muy plana,
parece que en ella pudiera sostenerse
una mesita baja para tomar licor.
Lo más difícil tal vez sea lo siguiente:
insertar en el agua sosegada un ictiosaurio
y su corazón arcaico de hondura insondable.
El soberbio torrente
antaño fue domado por un leve tarareo y de pronto
destruido con un salto impulsivo.
Matar, es desperdiciar de antemano
la narrativa de los sentimientos.

2.

Ligeras ondas se pasean. Quizás las interrumpa
una fila repentina de olas gigantescas…
Ningún poema puede hospedarse en la luna; y no hay un río
que pueda ser mejor hecho que un poema. Mientras uno vive
sumido en la confusión de estar cercado por peligros,
oh, la hora de su muerte ha llegado.
Tu última hora ya llegó: tu vida entera, fúnebre, tan solo es digna
del licor desenfrenado, las tierras baldías y los senderos tortuosos.
No importa cuánto hayas tenido antes entre tus brazos, nada de ello
podría convertirse en una clara luna.

3.

Como gastadas por el uso frecuente, las estrellas
se han encogido un poco más. Avanza la luna,
mientras la oscuridad inmensa va chupando su resplandor.
Parece una botella de licor y, al mismo tiempo,
un huésped que viene de lejos
Mengua poco a poco, al otro lado de la ventana que da al oeste,
en medio del río, luego vuelve a llenarse, hasta que
el dolor agudo se transforme por completo en una angustia oculta.
Según la estética antigua, ella es un tormento
que se extinguió porque no hubo quien lo reclamara,
abandonó aquel cielo de transformaciones, remolinos y reajustes.
Para salvar su inocencia, se escabulló del mundo humano
por la brecha más profunda
y evadió las manos extendidas hacia ella.

4.

En la quieta superficie del río, la luz quemada
parece una capa de ceniza.
En el fondo del agua, la bóveda celeste se arquea lentamente
siguiendo las parábolas que dibujan las curvas de un esquife.
La luz del sol se volvió ceniza. La calma es un padecimiento crónico.
Con su aliento intoxicado, el viento infla esa gran manga solitaria.
Los labios ya inválidos
chocan sin parar contra el cielo y el agua.

Hu Xian



Ferry

Hay gente que puede ver la cruz sobre el río:
el cruce entre la estela del ferry que va de orilla a orilla
y el rastro de los buques de carga que transitan río arriba y abajo.
Las marcas desaparecen en el agua,
pero la gente que ve la cruz
ha visto antes el incendio en el fondo del agua,
también el abismo que se desliza sobre la espuma
A veces en la superficie aflora una neblina,
señal de la espesa bruma que la cruz ha bloqueado.
Un silbato de vapor, un barco de pasajeros rompe la neblina,
como si saliera de una época perdida en la inmensidad del tiempo
También hay gente capaz de ver cruces de mucho tiempo atrás
cuando las olas del río eran grandes, pocos los navíos,
y las religiones todavía no nacían.

Hu Xian











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