Dedicado al Lago del Este

Me gusta esta agua que se esconde en todas partes
y los honrados montes a su lado:
Luojiashan, Nanwangshan, Moshan
Me gusta este sitio ritual que guarda su indómito semblante
Qué veleidoso es nuestro mundo; prefiero erguirme en la orilla,
¡como un recién nacido! Con los ojos turbios, embriagados
y con el cuerpo leve y ágil de un pez,
acataré el plan trazado por la luz y por el viento

Chen He


Mi impresión del río Han

El río Han no es ni ancho ni estrecho;
a veces el nivel del agua es muy bajo,
 tanto que deja al descubierto el suave lecho del río.
Tiene un aspecto mediano. Entrañable y sosegado.
Desde esta orilla con relativa claridad se puede ver la otra:
 árboles, maleza, alguna que otra persona…
Aun así se siente la distancia intangible,
cual si en medio hubiera una reencarnación.
Alguna vez grité hacia la otra orilla. No hubo respuesta.
 Parecía que la arena se tragara mi clamor.
Alguna vez agité las manos hacia la otra orilla; una nube llegó flotando.
Las aves del río Han no cruzarían a buscar comida. Tampoco las vacas.
Los dientes de león de ambos lados no llegarían muy lejos en su vuelo.
A cada dos-tres kilómetros hay un embarcadero.
Soy aquel que, al tocar la orilla opuesta,
dio la media vuelta y vino de regreso.

Chen He




Sin título, o El agua fluye

La cercanía en el espacio no remedia la lejanía en el tiempo
Prefiero esperar, y luego esperar de nuevo
Aceptar el tormento del agua
que lentamente se escurre entre mis dedos
y tal vez ya alcanza el mar abierto, mientras yo
sigo aquí
Quizás no sea suficiente
envejecer y convertirse en un sauce
Quizás tampoco sea suficiente
envejecer y convertirse en una piedra 

Chen He
















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