"Dentro de nuestras religiones, cuando nos ponemos a reflexionar sobre las interrogantes profundas del universo, lo hacemos dentro de un contexto fijado en el tiempo cuando las escrituras clásicas tomaron forma escrita. No adoramos ni contemplamos dentro de un contexto del universo como lo conocemos en estos últimos siglos, un contexto que incluye la diversidad de especies, la evolución durante millones de años del ecosistema, los detalles intrincados de la  genoma humana, las dinámicas estrellares que dieron vida a la Tierra hace 5000 millones de años, o cualquier otra cosa específica y verdadera sobre la Tierra y el universo. Todo eso se considera como “ciencia”, algo separado, que no tiene que ver con los asuntos de valor y significado de que se trata las religiones."

Brian Thomas Swimme



"Mi punto de partida es la cosmología, me parece importante comenzar con el universo como un todo. Ciertamente, pienso que las dificultades de hoy están enraizadas en la forma en que estamos atrapados en un mundo humano; pareciera que no podemos librarnos del antropocentrismo. Preguntarnos “¿Cuál es la mejor historia que podemos contar?” es un buen punto de partida. En ello consiste básicamente la cosmología: es la historia fundamental en la que viven las personas. Margaret Mead dijo en cierta ocasión que cada cultura que ella había observado tenía un “sentido cósmico”, y necesitaba saber cómo se relacionaba con el cosmos como un todo, cómo se relacionaba con el sol o con el mar. Mircea Eliade señaló que para los pueblos tribales, su patrón central de organización era el mito cosmogónico, la historia de la creación. Una cosmología viviente permite al ser humano mantener estas realidades en mente. Sin una historia cósmica, se nos escapan. Nos preocupamos por la producción económica, mientras que ignoramos este vasto reino en el que nos encontramos.

Lo que necesitamos en la actualidad es nada menos que una reinvención de lo que significa ser humano. No me refiero a hacer un ajuste; me refiero a una reinvención completa. Como especie, hemos habitado el planeta por unos dos millones de años, y durante ese tiempo nos hemos reinventado constantemente. Hoy necesitamos reinventarnos de una nueva manera, y mi propuesta es que la forma más efectiva de reinventar al ser humano es dentro de la historia cósmica. Después de estudiar las grandes culturas del mundo durante cincuenta años, Thomas Berry llegó a una conclusión que me sorprendió. Dijo que en la historia de la humanidad, la investigación científica es la meditación más sostenida que se haya realizado en el universo. Por otra parte, sostuvo que lo que se ha descubierto en la era científica debe ser considerado tan importante como las revelaciones de las grandes religiones. Es un enfoque que bien vale la pena tener en consideración.

Thomas Berry no es la única persona que ha llegado a esta conclusión. Stephen Toulmin, filósofo de la Universidad de Chicago, autor de El Descubrimiento del Tiempo, dice que el descubrimiento por parte de la ciencia de esta evolución cósmica debe ser considerado como el logro más significativo de la mente humana. Parece una gran pretensión, pero merece ser considerada. ¿Por qué el cambio es tan vasto, porque es tan enorme? Porque recién ahora estamos comenzando a considerar lo que la historia cósmica podría significar para nosotros. Esta fascinante historia está irrumpiendo en la conciencia humana; recién ahora estamos cayendo en la cuenta de lo que ella significa.

¿Y por qué recién ahora estamos cayendo en la cuenta? Porque era necesario que cayéramos en una especie de trance chamánico para llegar a esa historia cósmica. Durante los últimos dos siglos, el ser humano ha tenido que cortar con una enorme cantidad de susceptibilidades y sensibilidades para obtener la historia correcta, para focalizar puramente en la evidencia empírica y la comprensión científica sin ninguna interferencia de la tradición religiosa o del pensamiento espiritual. Por lo tanto, la interpretación que yo hago del momento presente es que la ciencia está ahora saliendo de ese trance para volver a enfocarse en la cultura humana y, más importante aún, en el planeta en su conjunto. Así, hoy puede describir la historia del universo como una realidad que nace de una gran explosión hace veinte mil millones de años.

He dedicado mucho tiempo a estudiar los mitos de la creación de las distintas religiones, ¡y hay algunas cosas bastante curiosas! ¡Las historias que se cuentan unos a otros! Quien las escucha pordría pensar, “¿cómo es posible que crean tales cosas?” Sin embargo, ninguna de esas historias es tan increíble, tan fantástica como la historia que cuenta la ciencia. Lo que quiero enfatizar aquí es que la historia que cuenta la ciencia tiene todas las características del mito. ¿Por qué entonces no la consideramos un mito? Precisamente porque es empírica. Esto se volvió obvio para mí cuando enseñaba física en la universidad. Los estudiantes aprendían acerca de mitos en las clases de religión, de filosofía o de literatura; y sin embargo cuando me escuchaban a mí, ni siquiera me preguntaban si lo que les enseñaba era un mito o no. Yo les podía decir que los fotones nacieron en el principio del tiempo, hace dieciocho mil millones de años, o les podía decir “todos provenimos de las estrellas”, y los estudiantes lo absorbían sin ningún reparo.

Yo diría que la historia cósmica en particular no es propiedad de la ciencia occidental. Tal consideración es errónea, ya que la ciencia en sí es un logro humano. Nunca habríamos llegado a ningún lado sin la idea del cero, y tal idea vino de la India. La ciencia necesitó además el concepto de los números, que provino del Islam, y las prácticas de ingeniería que vinieron de Egipto. El esfuerzo científico no habría comenzado de no tener la evidencia empírica de los cielos que provino de Babilonia. Creo que es importante considerar que el esfuerzo científico es el trabajo de la especie humana en su conjunto. Las guerras se libran contra las personas que viven fuera de nuestra propia historia. Decimos: “no vivimos en la historia comunista; ellos no viven en la historia capitalista”. Sin embargo, por vez primera en cada continente se está enseñando esta historia cósmica, la historia de la especie humana en su conjunto. Es un momento magnífico para el planeta.

Pero hay una dificultad. La historia siempre es relatada en un lenguaje unidimensional; en ese sentido, todos somos de algún modo fundamentalistas. Los científicos en particular son fundamentalistas; tienen la noción de que el lenguaje tiene una correspondencia uno a uno con el significado de las cosas. Por eso, es necesario que haya un relato más completo de la historia para que así sus dimensiones más amplias puedan ser apreciadas. Cuando Charles Darwin se encontraba en la cima de su carrera, se le preguntó, “¿Es necesario para un científico perder la capacidad de apreciar la belleza?” Él respondió, “De joven me gustaba la poesía. Ahora la veo simplemente como un sinsentido.” Por lo general, el rito de iniciación a la ciencia elimina gran parte de las capacidades del ser humano. Por lo tanto, mientras esta historia cósmica no sea relatada en toda su dimensión, no se producirá ningún cambio en las relaciones humanas. Por otra parte, veo lo que está ocurriendo en muchos lugares diferentes; especialmente, veo muchas mujeres en el campo de la ciencia. Lo veo como algo muy esperanzador."

Brian Thomas Swimme



"No sabíamos que la energía corriendo por nuestros sistemas respiratorio y nervioso fue dada a nosotros por el Sol y que nuestra vitalidad es dependiente de la vida del Sol. Por eso, en vez de presentar nuestros hijos al Sol, se quedaron separados. Se quedaron convencidos que el universo era una colección de objetos muertos, y así fue, de generación en generación en el mundo moderno. En la cosmología nueva este regalo extravagante de energía se ve como una manifestación espectacular de un impulso fundamental en todo el universo. En las estrellas el impulso se revela en la donación de energía, en el corazón humano se revela en el deseo de dedicar la vida al bien común de la comunidad. La generosidad humana es posible solamente porque en el centro del sistema solar hay una generosidad estrellar dando con abundancia día y noche, sin reclamos y sin ningún indecisión. Esa es la manera del universo, la manera de la vida."

Brian Swimme


"Por insignificantes que nos podamos sentir respecto a la edad y las dimensiones del universo, somos seres en los que el universo se estremece de asombro frente a sí mismo. Siguiendo las huellas de este asombro hemos descubierto la historia del universo, una historia que contamos, pero una historia que también nos cuenta»

Brian Thomas Swimme y Mary Evelyn Tucker 
La aventura del universo,  (Brian T. Swimme –1950– es divulgador científico; Mary E. Tucker –1949–, fundadora del Foro sobre Ecología y Religión en Yale)


“Por vez primera en cada continente se está enseñando esta historia cósmica, la historia de la especie humana en su conjunto. Es un momento magnífico para el planeta.”

Brian Thomas Swimme

















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