El maestro Fuyo Dokai del monte Fu Jung en cierta ocasión pregunto lo siguiente a su maestro, el monje Toshi Gisei:

– Las palabras de los patriarcas del Buda son tan normales como el té y el arroz que tomamos cada día pero ¿acaso existe alguna otra cosa que pueda ayudar a la gente?
– Dime – replicó Toshi Gisei – ¿acaso los decretos de nuestro emperador dependen de los decretos de los antiguos emperadores Yao, Shun o T´ang?
– En el momento en que Fuyo Dokai iba a responder, Toshi Gisei le golpeó en la boca con su hossu y prosiguió diciendo:
– Apenas concibas un solo pensamiento serás merecedor de treinta golpes.
En aquel mismo instante, Fuyo Dokai alcanzo el despertar.

Fuyo Dokai

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