"¿”Influencia” es copiar, es tratar de que lo que uno hace se parezca a lo que hace otro, o es algo así como una marca, un rastro, que uno u otras personas perciben en lo que uno escribe y que recuerda a lo que otros hicieron? Si eso aparece en el poema porque uno necesitó ponerlo, si está encarnado en uno, ¿cómo podría uno ser más libre al sacudírselo? Tendría que mutilarse, que fingir, que falsear. Si el resultado de forzar un estilo u obligarse a escribir a la manera de Equis o Jota es más bien feo y contrario a la creatividad poética, por qué no habría de serlo forzarse a ser “diferente”, imponerse una originalidad impostada. Escribir poesía, escribir poesía en serio, es escribir del único modo en que uno puede hacerlo en ese momento en que está escribiendo, y ahí no importa para nada a qué otra escritura puede parecerse la mía o quién tiene el título de propiedad de tal o cual recurso. ¿Es necesaria esa palabra para mí, tiene algún peso en mi ánimo, alguna sugerencia? ¿Me está pidiendo esa frase que la ponga en el verso, o que la deje si apareció ahí? ¿Me resulta necesario mantener un ritmo, sostener una entonación, jugar con ciertas repeticiones, balbucear, rimar, instalar zonas de silencio? Si es así, entonces, ¿por qué voy a hacerlo de otro modo, aunque otros lo hayan hecho antes? ¿Escribo porque quiero escribir poesía, o para entrar en la historia de la literatura? Si de verdad estoy escribiendo en vez de cultivar una imagen de escritor, si de verdad estoy embarcado en una lucha o un juego amoroso con las palabras, y viendo qué pasa en esa impredecible confrontación en vez de simplemente cumplir con una función o un rol, o de andar fijándome que pueden decir los demás de lo que escribo, si escribir es descubrimiento y búsqueda, y juego y desconcierto, eso que va a aparecer ahí escrito va a ser mío, va a ser lo que yo y nadie más puede dar, aunque se parezca mucho, poco o nada a lo que hicieron otros. ¿Es que hay algo que uno pueda hacer en poesía que otros no hayan hecho ya? ¿Voy a ser menos yo si mirándome al espejo encuentro en mis ojos la mirada de mi viejo y en la boca la expresión de mi mamá? ¿Qué nos importa cuando estamos ante un poema: a qué se parece o qué es lo que tiene para dar?"

Daniel Freidemberg



“La escritura sabe más que yo.”

Daniel Freidemberg


Lo espeso real

Ahora que fuimos expulsados,
gracias a Dios, del Paraíso,
se largó a llover
un agua débil que se alarga
en redes de grisura y música.
"Esto" dijiste "no debía ser así"
pero es así. Más que
maneras de filtrar la luz, más que
armarle al alma un orden suave
de lo que se presenta ¿pasos?
¿algo así como pasos? ¿un
              lento acercarse
del fondo de la materia a los ojos?
¿a algo que mira detrás de los ojos? "Ya
no vamos a volver", te dije, pensaba "esta es mi casa",
"lo que se mueve -pensé- afuera y adentro es lo mismo".
"Estás pensando demasiado", dijiste, y mirabas
esa otra agua, la de mis palabras,
también cayendo, quebrándose también
contra la piedra de todas las cosas,
ni transparente agua ni opaca, agua de aire confuso.

Daniel Freidemberg


Mirada de perro

Urdía el rumor de una mujer la calma
una mujer
         que contaba los ángeles del cielo
como si condensara el mundo en sí
y yo era como un perro a la siesta, mirando
                  el sucederse de las cosas
que ah sí estallaban sí y también
       sabían recomponerse
       como diciendo "a ver qué pasa"

y eran los días y las noches, y era
   la nitidez de una naranja al sol
   como diciendo "una naranja"
   "¿Sí?" dice la mujer pregunta "¿naranja?"
   "Sí" dice el coro
                                      ¿Sí?
Ni ella ni yo lo comentamos, ni ella ni yo
   sabríamos alcanzar
                                    ciertas palabras
tal cual los ángeles del cielo que ah estallaban
   al roce de un cambio de luz
y eran caídas plumas de ángel que
         los dos juntábamos
                como diciendo "algo a juntar"

Y esa es la historia ¿esa es la historia? un hombre
   a su manera ordena el caos
           que resplandece ante sus ojos
y la mujer cuenta los ángeles, los hace danzar
           al ritmo de sus lentos modos
           como reflejos de oro lento en las nubes
           que anuncian tormenta
Y ella sospecha
               que entre ángeles y perros
hay un secreto que debe descifrar
     "todo ángel es terrible" dice y
                           me rasca la cabeza

Daniel Freidemberg



"No estoy a favor de ser un improvisado o un espontáneo. Todo lo contrario, hablo de un trabajo. Uno tiene que manejar muy bien los instrumentos, y tener la mayor cantidad posible de instrumentos para ese trabajo, que es difícil y necesita dedicación. Pero el trabajo mismo requiere, al menos para mí, admitir que uno no sabe bien de qué está hablando ni hacia dónde va. Y cuanto menos sepa, mejor: más va a descubrir. Te hablo de mi experiencia: escribir desde un no saber, incluso no saber aquello que se creía saber, abre un enorme campo de posibilidades al trabajo poético. Ver poéticamente lo conocido es verlo como si no fuera conocido, o volverlo desconocido. Ahí está lo que desata el movimiento de la escritura: qué o cómo sería eso que no sé qué es, cómo me acerco. Desconocer lo que se conoce para abordarlo mejor, para probar otros modos de relación, e incluso para que uno pueda librarse de sí mismo, de ese “yo” que suele ser tan aplastante: no saber y hasta no ser. Dejar de ser, no ser ya nada, al menos mientras uno escribe o mientras uno piensa al poema: todo se vuelve más interesante o extraño, y se puede avanzar así, abierto a ver qué pasa."

Daniel Freidemberg


"Suele pasar que una frase o una imagen se formen y empiece a ver qué puedo hacer a partir de eso, si le encuentro consistencia o vida propia. Pero no siempre: son muchos los modos que los poemas tienen de surgir y hacerse, cada poema tiene el suyo. Lo que sí hay, en todos los casos, es mucho trabajo de “corrección”, que más que corrección es consideración de distintas posibilidades, puesta a prueba de lo escrito o tanteos de variantes, de las que a veces salen inesperadamente otros poemas. Una gran parte de esa tarea no la hago en el escritorio sino en la cabeza, mientras estoy haciendo otras cosas  –algo así como una escritura mental–, y después anoto en papel o en Word. Dato curioso: los momentos de mayor creatividad verbal se me suelen dar mientras camino por la calle o mientras me baño."

Daniel Freidemberg


Tanguito

La heroína dice que se va
"Quiero tu bien", me dice
"nada más que por salvarte"
y en su caída
quiere dejarme a un lado
Se pone el casco de amazona y
dice que se va
Tan orgullosa está consigo misma que
se lleva la puerta por delante
Esa es una prueba concluyente de
la impenetrabilidad de la materia
Ella lo sabe, ella lo sabe, pero
debe cumplir con su papel
Eso está bien y yo
que no seré feliz
me arrincono pa mirarte.

Daniel Freidemberg







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