" “La raíz de la religión”, dijo el rabino Abraham Heschel, “es qué hacer con respeto a la admiración y el asombro.” Una idea maravillosa ya que desde la raíz de la maravilla y el asombro crece la religión, incluso si uno no es religiosa. Desde la raíz misma del asombro crece la planta de la oración y la adoración. Sin el asombro Dios se convierte en algo que imaginamos que podemos manipular por los trucos de la piedad, el ayuno, encender velas, o echando agua bendita. Para acercarse al misterio divino sin un sentido de asombro Dios se convierte con facilidad en un concepto filosófico o teológico definible. Sin embargo, es imposible definir lo que no sea un misterio desconcertante."

Edward Hays

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