Acaricio su rostro con el pie.
Su piel es fresca,
aun cuando afuera
puede oírse el alarido del aire
incendiándose.
Ahora interpone su cuerpo
entre la lámpara
y esto que la mira,
entonces la luz es una forma,
una delicada ondulación de la carne,
un eclipse presentido
y esperado por siglos.

Macky Corbalán




"Antes que la religión, el amor es materia de fe."

Macky Corbalán



Domingo

El vecindario vocinglero
ha ido declinando

con el color del día,
las hojas secas, en desordenada
carrera, se han aquietado
al margen de las calles despobladas;

aquí, algo
le sugiere al alma
que no debiera ser la desolación
el lenguaje universal,
ni el tiempo un escondite
del que nadie ha venido a librarnos.


Es posible pensar en la muerte...

Es posible pensar en la muerte
como en un largo corredor;
hacia lo alto, el interminable
verde; delante, una extraña
perspectiva, otro dibujo de
las calles, unna
numeración indescifrable;
la sensación de una tarde
que cae con más prisa que
la acostumbrada,
en las espaldas.

Macky Corbalán



El fin del deseo
también es un umbral

Macky Corbalán



Esa mujer

Quisiera ver la nueva casa
llenarse de colores y que ella,
la que jamás supo de soledad
de gente, se sintiera acompañada.
Ahora sabe de esa soledad, pero no
de aquella que supo pegársele de
niña: con sombra, con juegos, con
amargos vientos en las piernas, se creía
acompañada, pero era nada
más la rojiza caricia
del sol en la siesta de la chacra.
Da pena el solo pensarlo. Ahora
anda por esos cuartos nuevos y
pone cosas aquí y allá, como si
esas cosas no fueran ella. Como si
fuéramos algo más allá de los objetos:
ese sillón arañado de gatos, las ropas
colgando desoladas en el aire
del patio, el balde de plástico abandono.

Se le llena la cabeza de las voces
del miedo, por eso apela a los juegos
con animales que le saltan y ensucian, ríe
fuerte, alto, piensa en comidas
que hará, en llamar a la radio por quejas
de todos, hace y rehace la cama
que ocupa sola.

Mientras pela redondas papas sucias
de tierra, piensa en cómo, de pronto, todo
se volvió cercano, accesible, incluso
la finitud. Más tarde, come a solas
lo que a solas concibió.

¿Será así? ¿desde ahora todo hacia abajo si
abajo es resignación y vacío y muerte?

Las luces de patios vecinos se han apagado,
ahora ellos, esposos, amantes, niños, duermen
acunados, vigilados por el insomnio
intermitente de quien teme.

Toda quien es madre espera
no estar sola un día, esto no desmiente
las noches en vela, la vida entregada,
el aturullamiento de los sueños.

Ahora,
las plantas son hijos.

Macky Corbalán



Humanos

Leo en ellos como páginas escritas.
Atravieso sus órganos opacos, su piel,
el susceptible hilado de los nervios.
Es lo de siempre, lo de cada época:
rencillas, acuerdos y desánimo.
Una cosa,
no entiendo: esa oscura,
repentina agitación
cuando recuerdan.

Macky Corbalán



La danza

1

Una danza el amor, en la que cambia
la coreografía a cada paso. No hay certezas
con los años, las figuras se aprenden
en la práctica, aunque nunca han variado.
No es preciso entender, solo copiar
la regularidad de su dibujo, hacer
lo que todos: mantenerse en movimiento.

2

Y la música. Se escucha y no,
como cuando se dice sí,
con la cabeza y con furia se piensa
otra cosa. Y sentimos el asesinato
escocer los dedos.

3

A veces, la danza se interrumpe. Puede
hacerlo un instante o más, pero siempre
parecerá una vida.

Macky Corbalán
El acuerdo, La Mondonga Dark, 2012



La llave

La miro con detenimiento,
con fruición. Es diferente: brilla
con luz y oscuridad, su forma
quiso parecer un corazón
pero quedó a la mitad.

Sonríe y mira.

"La llave de mi corazón" decís al
ponerla sobre mi mano,
y vuelvo a mirarla por si fuera cierto,
como si sólo debiera elegir
el momento, el modo de la entrada.

Creer en las palabras, en el
latir que las empuja hasta la dicción,
que lo que dicen es cierto,
de alguna manera.
Creer en lo que se ve, en lo que el cuerpo
recibe, agradecido, y que el sudor deja
más que sal piel adentro.

Antes que la religión, el amor
es materia de fe.

Macky Corbalán



La mordedura

Anda, en apariencia,
indemne. No advierte
aún el rastro de sangre,
la herida ni el sigilo del paso
tras de ella.

Macky Corbalán



“Lo que no se dice no es silencio.”

Macky Corbalán



“Poesía es siempre estar contra el poder… ser poeta es ser disidente.”

Macky Corbalán


Regalos

1

Te di una piedra, fantástica
combinación de brisa, sol
marino, arena y tiempo.
Y creíste que te daba el corazón.

2

De apuro, con las ruedas de
la bicicleta apenas detenidas,
trajiste manzanas. Y seguiste,
rauda, el camino que no has
de cambiar. Pero, pequeña,
las manzanas eran rojas, brillantes,
abrían su corazón dulce al
mordisco, al ansia, a
la sed de mi urgencia.

Macky Corbalán



Se ama el cuerpo ausente, el cuerpo
que se escatima, el que se acerca a
distancia prudencial. ¿Qué desanima
a la amante: un gesto imperceptible,
o es la piel la primera, única barrera
que importa? El fin del deseo
también es un umbral. 

Creías que conocías el lenguaje
del amor, esa manera de disponer
el cuerpo, un brillo apenas más
vehemente en la mirada, la morosidad
de esa lengua humedeciendo
te.

Hasta que la sequía llega y lo
verde se vuelve opaco, se retira
la luz brillante de cada abertura,
y la sangre, que se arremolinaba
ante una puerta ahora lo hace
ante otra.

Macky Corbalán


Veo su rostro...

Veo su rostro
entre la agitada multitud,
con el horror del 
mutilado,
que siente carne
donde no la hay.

Macky Corbalán



Voy a decirte lo que vi:
sobre la noche cayó el silencio
y cubrió los rostros dormidos,
mientras los perros aullaban
de clarividencia y frío, sumando
al sueño otro sueño.
Recorrí las calles y una luz blanca
desde el cielo lo alumbraba todo,
todo lo volvía visible: las delgadas siluetas
de los árboles tocándose en las sombras;
pasos apagándose de pronto en las esquinas; y
los duros hombros de las casas, unos contra
otros apoyados, dándose ánimo.
Sólo el miedo daba al sonido de mis pasos, eco.
El vacío del mundo.
Un grillo haciendo sonar sus alas.
Los brotes nuevos, bajo tierra, tocando
la música más maravillosa
que yo hubiera oído.

Fuera de esta habitación,
los perros inician su inacabable
perorata nocturna, los gatos se hacen
uno con el muro y crece, en el mundo,
una jerga animal que no me es extraña:
sube por tus ojos antes
de tocar mi cuerpo.

Algo clama por la atención del gato
que, desde su somnolencia, se yergue
y husmea el aire; como en el resto
de las cosas esenciales,
no hay nada allí que nosotros
podamos ver.

Apenas los ojos
humedecen su pábilo, los objetos
recuperan el orden
de su universo sin gentes.

Macky Corbalán










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