Aquí está todo bien...

aquí está todo bien
cuando acabe el invierno
y la primavera llegue pronto
pero pasado el veintiuno
y sus saludos abiertos ya
los regalos cuando los haya
entonces antes del verano
quiero que nos vayamos
del campo quiero las tardes
buscando la posibilidad
nuestras mentes despejadas
y a eso llamar salud
por la mañana haga frío
demoremos nuestra salida
bajo las sábanas entre juegos
definamos a quién
le toca preparar el café
o evitemos hablar
de cómo la vida de uno
en la vida del otro
el domingo la radio
anuncie resultados, vos
duermas y yo
la mirada pierda aunque atento
siga el cambio de intensidad en el relato:
cuando el hablar se acelere
en suspenso quedaré a medio levantarme
preparado para saltar de la silla
y si así lo requiere el final de la jugada
con puño apretado gritar gol
y si sigue tu siesta
entonces yo salga a caminar
para descubrir esto que duele
no es el pájaro sino el ruido a roto
que hace su pico al clavarse en la tierra
con toda
esa violencia de la caída no anunciada
al volver de tu excursión al pueblo
me descubras sobre mi cuaderno
a un costado dejes las bolsas
y propongas
que yo escriba algo
sobre la gaseosa cola
el lugar que ocupa
digas
el lugar que ocupa
en estas nuestras vidas
¿hallaremos tal vez
solución a esto
que hoy aquí
suele llamarse
estabilidad de pareja?
¿quién diga
esta vacación ha concluido?

Mariano Blatt



“Descubrir mi tono fue intuitivo y de algún modo natural. Me doy cuenta cuando escribo qué es poesía y qué no. La naturaleza de cómo me llegan esas palabras es la señal. Es un vínculo que trato de no forzar.”

Mariano Blatt


“Me parece interesante haber influido a lectores de poesía que no necesariamente escriben. Siento que es positivo derribar el mito de no leer poesía. Creo a veces que mi libro sirvió para eso. Y esa es mi única intervención en el campo literario argentino.”

Mariano Blatt



No me di cuenta

Estoy con Brian
en Arata.
Son las seis
las siete
algo así.
Venimos de tomar md
con la punta de los dedos.
Va saliendo el sol
por atrás del globo de Malvinas.
Estuvimos toda la noche
en la terraza de la casa de Juanjo.
En un momento
yo entré al baño
pensando que no había nadie
pero estaba Brian.
Le dije perdón
él me dijo no importa
quedate.
Tenía md en la punta del dedo.
Se lo chupé.
Ahora
Brian tiene las manos en los bolsillos.
Le pregunto si le quedó algo.
Saca una bolsita
sucia pero vacía.
Saca el Motorola.
Brillan la pantalla del touch
y el piercing plateado de arriba de la boquita.
Creo que se escuchan unos teros.
Siento que me voy quedando dormido
de parado
y empiezo a ver algo turquesa
verde agua
una forma
violeta
que gira
y hay como unos delfines
que van saltando
adentro de...
adentro de...
adentro de unas gorras
adentro de unas gorras de baseball.
Digo la palabra “submundo” en voz alta.
Brian dice ¿eh?
Todo pasa muy lento
y liviano.
Por un momento
no sé bien dónde estamos
ni a dónde queremos ir.
No me acuerdo si Brian me agarra de la muñeca
o yo lo hago por mi cuenta
pero al rato
tengo la mano
metida adentro de su pantalón.
Entonces
vemos cómo
dando la vueltita por arriba del viaducto
Constituyentes-Chorroarín
van viniendo
dos cuatris de la Metropolitana.

Mariano Blatt



Papelitos de locura

estaban tirando
papelitos de locura
así que todos íbamos caminando entre
papelitos de locura
algunos
papelitos de locura
estaban escritos
pero otros
no
simplemente
estaban en blanco
después de un rato
llegamos al barrio
nos subimos a las bicis
y a medida que pasaba el tiempo
pasaba también el paisaje
por adelante de mí
ahora
por ejemplo
pasaba una casa de tejas rojas
y piedras a la vista en el frente
una casa tipo chalet
según se dice
lo loco es que yo ya no estaba en la bici
estaba sentado en la vereda
y la calle giraba como cuando gira el mundo
pero en cámara rápida
lo lindo es que así pasaban las estaciones
y la casa tipo chalet también
estaba ahí
otoño casa chalet invierno casa chalet
verano casa chalet primavera casa chalet
árbol con hojas verdes
árbol con hojas amarillas
árbol sin hojas
después
despacito
caía el sol
y en la vereda se prendían otros fuegos
que iban iluminándonos las caras
y cuando salva  le daba mecha
y cuando nahuel le daba mecha
y cuando kevin  preguntaba si tiraba
siiiiiii, tiiiiiira
y cuando kevin le daba mecha
y cuando brian escribía en la pared
“briam”
y cuando elías me miraba de reojo
la vida era entonces una cosa real
porque pasaba una parte adentro mío
y otra un poco más afuera
justo arriba de la cabeza
como un tubito de luz amarillo
que a veces crecía
y a veces se achicaba
hasta casi casi desaparecer
y cuando elías caía con una birra helada
porque las guardaba en el freezer del kiosco
era una botella de quilmes con escarchitas en el cuello
que yo acariciaba
con la yemas de los dedos
esa imagen
se sostuvo
un instante
recién
acá
dibujada
en un papelito de locura
que me encontré
en el bolsillo de atrás
así que quiero levantar
esta tarde mi voz
para dar las gracias
al estado
por haber planeado alguna vez construir una autopista
expropiar todos estos terrenos
y después nunca más construir ninguna autopista
miren cómo quedó la calle donado:
y quiero dar las gracias
también
a elías
por guardar siempre las cervezas en el freezer del kiosco
por usar esas remeras
por tener unos brazos como los que tiene
sin pedir nunca  nada a cambio
y quiero dar las gracias
por eso alzo mi voz
a salva
por jugar tan bien al fútbol
y por ser mi amigo
y quiero agradecer
una vez más a dios
que hizo
como todos sabemos
todo
y que hizo
como todos sabemos
nada

Mariano Blatt



“Sigo sin saber qué es la poesía pero sigo sabiendo que no hay necesidad de saber qué es. Las definiciones, las pistas que tengo, son las mismas que cuando empecé. Creo que hay un verso de Girri que dice que a la poesía es imposible definirla pero en cuanto la ves te das cuenta de que es poesía. La poesía es sumamente misteriosa. Yo me acerqué a la poesía porque una vez agarré un libro de una poeta que se llama Andi Nachón y hubo una atracción totalmente misteriosa de no saber qué era eso pero saber que me fascinaba. Y esa es la misma experiencia que sigo teniendo con la lectura, con la escritura y con lo que puedo decir de la poesía. Sé lo que es, pero no puedo decir qué es más que mostrarla. En algún punto, no hay mucho más para decir de la poesía.”

Mariano Blatt



Tranquilo, no vas a poder describir en este momento este momento

Traaaanquilo, Mariano
no vas a poder describir en este momento
este momento.
Aunque ahora
que mi 111 semi vacío
deja atrás Federico Lacroze
me acomodo contra el vidrio
y apenas
miro
pasar
la Avenida Guzmán
la Avenida del Campo
la calle Llerena
la Avenida Constituyentes.

Hace un rato
no hace mucho
hace un rato
a ese skater flaco y tranquilo
que viaja sostenido
del pasamanos
le sonó el celular.
Algo me puso contento:
iba a escuchar cómo hablaba.
Pero no,
por suerte.
Se llevó el aparatito al oído,
sí,
y vi que hablaba,
sí,
aunque suave, inaudible.
Qué alegría
el chico que me gusta
habla bajo cuando está con desconocidos.
Qué tristeza
el chico que me gusta
tiene los ojos oscuros
y hundidos.
Además,
para peor
o para mejor
el sol entra oblicuo y naranja.
Siempre estarás conmigo
querido barrio de Parque Chas.
Antes de bajar
paso bien cerca suyo.
Le huelo el cuello y apenas
con la punta de la lengua
le toco el lóbulo de la oreja.
Yo me bajo acá,
amigo,
esa es mi casa.
¿Vos seguís?

Mariano Blatt









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