"Después de nuestra muerte la conciencia emerge alarmada, a un vacío expectante; poco a poco, horribles criaturas lo pueblan. Advertimos luego que estamos suministrando las formas y los actos que allí ocurren: las horribles criaturas son el producto de nuestro pavor. Para los que están en el Paraíso esa fantasmagoría —no menos real que el mundo de los vivos— es dócil; estar en el Infierno es padecerla en ilusoria impotencia, como en los sueños. Finalmente, dejamos el tejer de los recuerdos, y… "

E. Soames
Negations (1889)
Tomada del libro El libro del cielo y del infierno de Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares, página 21

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