“La mujer es un mal necesario.”

Aulo Gelio


“La verdad es hija del tiempo.”

Aulo Gelio



“Mala es la opinión que no puede mudarse.”

Aulo Gelio



Mujer cara

Lais la Corintia, cuya elegancia y belleza eran famosas, obtenía mucho provecho del comercio de sus perfecciones: los hombres más opulentos acudían a su casa desde todos los puntos de Grecia; pero no se les admitía hasta después de haber pagado el precio que ella misma fijaba, siendo muy exigente en estas peticiones... Un día fue secretamente Demóstenes a su casa y solicitó sus favores. Lais pidió diez mil dracmas, o un talento, lo que hace diez mil denarios de nuestra moneda. Confundido Demóstenes por el descaro de aquella mujer, asustado por la magnitud de la cantidad, se rearó en seguida, y dijo al marchar: "No quiero comprar tan caro el arrepentimiento."

Aulo Gelio
Noches áticas


"No hay unanimidad sobre la edad de Homero y de Hesíodo. Unos, entre ellos Filócoro y Jenófanes, han dejado escrito que Homero era mayor que Hesíodo; otros, entre los que se cuentan el poeta L. Accio y el historiador Éforo, dicen que era menor. Sin embargo, M. [Terencio] Varrón, en el libro I de Las imágenes, afirma que no hay constancia suficiente de que uno naciera antes que el otro, si bien no cabe duda de que durante algún tiempo fueron contemporáneos, lo cual se demuestra por el epigrama escrito en el trípode que, según la tradición, colocó Hesíodo en el monte Helicón. Por su parte, Accio, en el libro I de sus Didascalias, recurre a argumentos inconsistentes, con los que cree demostrar que Hesíodo nació antes. “Porque -escribe-, cuando al principio del poema dice Homero que Aquiles era hijo de Peleo, no añadió quién era Peleo, cosa que sin duda alguna hubiera hecho si no viera que ya lo había dicho Hesíodo”. “Así mismo -sigue diciendo-, respecto al Cíclope no hubiera pasado por alto el importante dato de que tenía un solo ojo, si no hubiera sido igualmente divulgado por los poemas de Hesíodo, que le precedió”.
Las opiniones son también muy dispares respecto a la patria de Homero. Dicen unos que nació en Colofón, otros que en Esmirna, otros que en Atenas, y no faltan incluso quienes defienden que era egipcio. Aristóteles escribe que procedía de la isla de Íos. En el libro I de Las imágenes, Varrón coloca junto a la imagen de Homero este epigrama: “Esta cabrilla blanca indica la tumba de Homero, pues los habitantes de Íos ofrecen este sacrificio al difunto poeta”.
[...]
Cuenta el filósofo Aristóteles que Policrita, famosa mujer noble de la isla de Naxos, murió repentinamente al conocer una buena noticia inesperada. También Filípides, reputado autor de comedias, siendo ya de edad avanzada, al obtener, contra lo que esperaba, el triunfo en un certamen poético, experimentó una alegría tan desmesurada que en medio de ella murió de repente. También es conocida la historia de Diágoras de Rodas. Tuvo este Diágoras tres hijos jóvenes, uno púgil, otro pancratiasta y el tercero boxeador. A todos ellos los vio triunfar y ser coronados en Olimpia en el mismo día, y, cuando los tres jóvenes lo abrazaban y lo besaban poniéndole sus coronas sobre la cabeza, mientras el público lo felicitaba lanzándole flores desde todas partes, allí mismo, en el estadio, a la vista de los espectadores, entre los besos y abrazos de sus hijos, expiró.
Leemos, por otro lado, en nuestros libros de historia que en la catástrofe de Cannas, en que fue derrotado el ejército del Pueblo Romano, una madre anciana, al recibir la noticia de la muerte de su hijo, experimentó un gran dolor y tristeza; pero la noticia no era cierta, y poco tiempo después de la batalla el joven regresó a la ciudad: la anciana, al ver de súbito al hijo, abrumada por tan enorme y turbadora impresión y, digámoslo así, por el alud de una alegría inesperada, murió."

Aulo Gelio
Noches Áticas



“Si hicieres alguna obra virtuosa con trabajo, el trabajo pasa, y la virtud persevera mas si hicieres alguna cosa torpe con deleite, el deleite pasa y la torpeza permanece.”

Aulo Gelio











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