"Para concebir el infierno y el cielo, no debemos pensar en dos estados o lugares que se excluyen, sino en un solo mundo espiritual, que es el infierno o el cielo, según la condición de las almas. Como es improbable que alguien merezca una dicha infinita o un tormento infinito, habrá para todos algunas experiencias que pueden llamarse infierno y otras que pueden llamarse cielo."

Leslie D. Weatherhead
Tomada del libro El libro del cielo y del infierno de Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares, página 29


La otra noción de las jubilosas experiencias que hemos llamado Cielo es la de servir, es la de una plena y libre participación en la obra de Cristo. Esto puede hacerse entre otros espíritus, tal vez, en otros mundos; o quizá nos permitan colaborar en la salvación de éste. Para los servidores de Cristo la gloria celestial no consiste en dejar el trabajo y entrar en la bienaventuranza. Lo que casi todos entienden por bienaventuranza resultaría intolerable, después de quince días, a una persona inteligente. Como dice Tennyson (Wages, 1868):

Ella no desea las islas felices, ni los tranquilos asientos de los justos,
Descansar en un vergel de oro, o dormitar en un cielo de estío;
Que su jornal sea proseguir el trabajo, y no morirse.

Leslie D. Weatherhead
Tomada del libro El libro del cielo y del infierno de Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares, página 35


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