"¡Qué cuadro, mi querido Teófito! ¿Podéis contemplarlo sin temblar? Sin embargo, nada es más cierto: es Jesucristo quien ha pintado estos horribles tormentos que esperan a los réprobos. Sería acusar de mentira a la Verdad misma, sospechar que hay alguna exageración en esas descripciones tan claras y precisas que nada puede oscurecer. Es él quien pronunció contra los réprobos esta formidable sentencia: «Alejaos de mí, malditos, id al fuego eterno, que ha sido preparado para el Diablo y para sus Ángeles». Es Él quien nos habla de las lágrimas infructuosas y del inútil rechinar de los dientes de los condenados. Es él quien pone entre Lázaro y el rico un abismo infranqueable, y quien hace que Abraham niegue, a ese infeliz sumido en las llamas, una gota de agua. Es él quien promete que el fuego del Infierno no se apagará y que el gusano que roe a los condenados no morirá nunca."

Charles François Lhomon
Tomada del libro El libro del cielo y del infierno de Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares, página 27

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