"Cuando me dije que no haría más cine de ficción, me pregunté qué película todavía no hacía. Inmediatamente pensé en ésta; esta era la película que quería hacer, donde intenté declarar con toda la lealtad posible que mi interés recae en vivir, en ser capaz de comunicarme con otros, de relacionarme con otros. Y no en el cine. Mi razón de vivir no era hacer películas, sino vivir y luego contar cosas a través de películas."

Ermanno Olmi


"El cine siempre ha sido para mí algo importante, pero no lo más importante en mi vida. Lo más importante en mi vida es ser capaz de vivir. No soporto asistir a conferencias de intelectuales en que hablan todo el tiempo acerca de libros, y las respuestas se basan en citaciones de libros. Es muy peligroso separar la vida que imaginamos a través de los libros de la vida que vivimos realmente. El cine también conlleva ese riesgo. Siempre tenemos que estar conscientes de la diferencia entre la película que vemos y nuestra relación con las personas. Es muy fácil estar de acuerdo, especialmente con ideas políticas que se expresan en un libro o en una película. Pero ¿de qué sirven, si no, los libros y películas si luego nos engañamos y no hacemos aquello en lo que creemos? Al final, Cristo ha hecho lo mismo. Al principio era un rabino que estudiaba textos secretos y en cierto punto dijo '¿cuál es el sentido?' y dejó todo eso y decidió vivir su vida, tal vez no tomando café pero sí vino, con amigos."

Ermanno Olmi



"El comienzo de esta historia se inicia en su epílogo. Comienza con la muerte del protagonista, Felice Lasco, víctima de la suerte de dos disparos, en plena juventud, debidos a aquél que había sido su mejor amigo.
[...]
Aquí, en esta instancia, es donde él ansiaba encontrar al fin un hogar, porque la salud proviene como en ninguna otra parte del propio vientre materno, primogenitura, principio de un luengo tiempo pretérito nunca del todo acaecido, silencio y tumulto de un fuego ígneo que aún se debate bajo las cenizas."

Ermanno Rea
Nostalgia




"En el cine, si quiero mostrar un árbol, busco el árbol real. Si quiero mostrar un coche, o una casa o una calle, salgo con mi cámara y no paro hasta encontrarlos. Y si necesito a un chatarrero que se gana la vida buscando restos de metal de la Guerra Mundial en los montes... busco a alguien que hace ese trabajo."

Ermanno Olmi


"Entre los amores finitos hay aquellos que en realidad nunca terminarán: seguimos amando a las personas que hemos amado."

Ermanno Olmi


" (Centochiodi) es la interpretación de las frases 'una caricia vale más que un libro' y 'todos los libros no valen un café con un amigo'. No estoy contra los libros y no creo que impidan la comunicación entre nosotros. Estoy en contra de los libros cuando se convierten en la razón de la vida, cuando absorben la existencia. Entonces se transforman en una limitación peligrosa para nuestra habilidad de vivir una vida plena. Pienso que los libros pueden mejorar nuestro comportamiento y nuestra comunicación, pero cuando una página escrita no se transforma en una vida vivida, sino que se queda como una página muerta, en ese caso es peligroso y estoy en contra, pues no está bien que se transformen en la razón de vivir. Por ejemplo, cuando se enamora, ¿prefiere ser acariciada por su amante o leer un libro sobre cómo poder amar mejor? Luego de leer una bella novela de amor, ¿quiere leer otra bella novela de amor o vivir una historia de amor como la que imaginó al leer? Lo importante es que los libros no nos impidan vivir una vida natural. Al principio de la película está la cita 'los libros, aunque necesarios, no pueden hablar por sí mismos'. Ésa es la clave para mí, mi actitud hacia los libros."

Ermanno Olmi


"Este cambio no se relaciona con ninguna de las revoluciones que han marcado la historia, no ha habido guillotinas o cabezas cortadas, ni dictadores colgados por los pies; no ha habido violencia, como por cierto nunca la debería haber. La época que nosotros vivimos la llamo un renacimiento. Renacimiento en el significado de cambio profundo, de deseo de renovar nuestra relación con la vida y con todo lo que tenemos a nuestro alrededor."

Ermanno Olmi


"Había un muchacho que siempre iba retrasado: pese a que se esforzaba al máximo, siempre, irremediablemente, resultaba ser el último. ¡Y cuántas veces tuvo que sufrir, como siempre ocurre en esos casos, las bromas del grupito de los mayores! La broma más frecuente era la de desengancharle el somier de la cama y dejarlo colgado de un hilo para que, en cuanto se apoyara, se desplomase del todo; y mientras los otros sofocaban las carcajadas bajo las sábanas, se oía la voz de nuestra vigilante, que gritaba desde detrás de su cortina: «¡Bertinotti! ¡Siempre el mismo!». Y Bertinotti, sin decir nada, recomponía su cama, ya resignado a las bromas y a ser el último. Es más, los compañeros hacían todo lo posible para perjudicarlo en todas las ocasiones: le tiraban los libros al suelo, de modo que, mientras él los recogía, cerraban la puerta y lo dejaban fuera; no le dejaban acercarse al lavabo para lavarse hasta que fuese el último; le escondían los zapatos; le ataban las mangas del jersey. Cuando la vigilante daba una orden, al final añadía sin falta: «Y tú, Bertinotti, ¡a ver si dejas de ser siempre el último!».
Una noche, alguien vio una luz moverse en la obscuridad. Avanzaba desde el tupido bosque de detrás de los dormitorios y después desaparecía tras la esquina del edificio. «¿Qué será?», nos preguntamos. Uno dijo: «A lo mejor es un guarda nocturno». «Sí, hombre. Un guarda que se pasea con una linterna, ¡ahora que está prohibido encender las luces!». Como de costumbre prevaleció la tesis de Tiberio: «¿Y si fuera un espía?». «¿Cómo que un espía?», preguntó uno, un poco emocionado. Tiberio prosiguió, complacido con su suposición: «Los aviones enemigos que vienen a bombardear pasan precisamente por encima de nosotros. ¿No los habéis oído nunca, de noche?». «Yo una vez oí aeroplanos, pero creía que eran de los nuestros». Tiberio concluyó: «¡Seguro que es un espía que hace señales a los aviones!». Yo añadí: «He oído decir a mi papá que de noche se ve incluso una cerilla a kilómetros de distancia».
Decidimos poner turnos de guardia para la noche siguiente y, como la luz desaparecía siempre detrás del edificio, Tiberio decidió buscar también otro puesto de observación para ver hasta dónde seguía, pero, para hacerlo, debíamos llegar hasta los servicios del otro dormitorio atravesando un pasillo totalmente a obscuras: era una empresa para los más valientes. Tiberio dijo: «Si conseguimos la captura de un espía, nos concederán un premio». Otro dijo: «En mi libro de lectura había una fotografía del Duce, que entregaba un premio a un niño». «Si nos dan un premio, yo me voy a casa». Estábamos todos muy excitados e incluso durante el día no hablábamos de otra cosa, pero manteniéndolo todo en el máximo secreto entre el grupo de los mayores. Tiberio y los otros habían olvidado incluso el juego con la vigilante de la «R», hasta el punto de que ella pareció decepcionada por aquel extraño y repentino cambio."

Ermanno Olmi
Chico de barrio


"La pintura perdió su objetivo de representar la realidad del modo en que la veían todos con sus propios ojos cuando fue desafiada por la fotografía. Y por supuesto que la pintura no se podía rendir ante la fotografía, sino encontrar nuevas formas, otro espacio para expresarse. Creo que el cine está en la misma situación hoy en día. Literalmente está siendo asediado por otras formas de comunicación visual. Un cineasta o cualquiera que es capaz de usar una cámara hoy en día, ha tenido que encontrar otra función, porque el cine ha perdido su función de representar el mundo a través de imágenes en movimiento como lo ha hecho hasta ahora. No desaparecerá. Tiene que encontrar su propia alma, especialmente cuando se ve desafiado por todas estas otras formas de comunicación, y volver a sus orígenes y a su esencia como todas las artes figurativas están haciendo hoy en día. De algún modo volver a las cavernas con sus grabados en la roca, la pintura rupestre. Tiene que ser capaz de deshacerse de todo lo que es inútil, que no pertenece a sus formas de expresión. Por eso ya no haré más cine de ficción… para hacer cine."

Ermanno Olmi


"La sencillez es la necesidad de distinguir siempre, todos los días, lo esencial de lo superfluo."

Ermanno Olmi


"Las religiones no han salvado nunca al mundo, han sido siempre motivo de división. Dios ha sido utilizado como excusa para los delitos más crueles y como instrumento de prevaricación sobre los más débiles... la Iglesia ha permitido que Dios se utilizara como instrumento de poder. Son los famosos sacerdotes del templo..."

Ermanno Olmi


"Mire las olas del mar. Tienen un ritmo propio, que se ve alterado cuando hay demasiados yates. ¿Qué ritmo prefiere? ¿El natural de las olas o el ritmo alterado debido al alto tráfico de yates y naves?"

Ermanno Olmi


"No tengo tantas películas, tengo una sola. Es como la vida con sus dolores y alegrías: es una sola. He hecho un solo film."

Ermanno Olmi


"Si llegáramos a poseer la conciencia de la experiencia de un hombre adulto y fuéramos libres como los niños, quizás entonces tendríamos una mayor capacidad de comunicación con los demás."

Ermanno Olmi













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