Maitines y alabanzas

Emocionada como un chico sofisticado frente a su primera
pasión intelectual, consciente y plenamente libre
habiendo perdido el título de libertad absoluta;
lúcida, por una vez, como siempre lo estaré;

Es de día y aún temblando, todavía segura, mira
no es un llamado mágico ni fe en la satisfacción del sexo
lo que me hace tu mujer; imprime nuestros libres
e independientes deseos de una vez; coloca
mi opción anterior en una cúspide deslumbrante
y en la nada, cancela, paga, todas las deudas.
Inquieta, incauta, quiero hablar la violencia,
decir poemas salvajes, silencio, quédate quieta, reza por la gracia
sujeta para siempre; y luego, descansa en el denso
oscuro abrazo, dormida entre la tierra y el cielo.

Marie Ponsot



Uno es uno

Corazón, matón, gamberro, estoy hundida
tiesa. Y tú? Tú te empeñas en gobernar el mundo, aunque
te tengo: identificado, muerto de hambre, encerrado
en una jaula de la que no podrás salir vivo,
por mucho que la odies, aporrees las paredes
y llenes de mensajes los corredores.

Bruto. Espía. Confiaba en ti. Ahora das vueltas y gritas
en tu celda, pero no oigo tus rabietas, 
tus ansias de lanzarte en solitario, tus elocuentes
amenazas de cosas horribles que (conociéndome)
podrías hacer.
Me asustas, alardeando de ser un agente doble
pues los carceleros también son prisioneros
de los prisioneros.
¡Piensa! ¡Refórmate! Seamos uno. Únete a nosotros,
que reine la alegría y experimente con nosotros.

Marie Ponsot
Al diablo con el amor: Poemas para arreglar un corazón roto, Barcelona: Punto de Lectura, 2007
Edición y selección de Mary D. Esselmann y Elizabeth Ash Vélez
Traducción de Raquel Vázquez Ramil









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