"Algunos testigos confiesan que sólo poseen (los Arctuarianos) tres dedos en cada mano y los describen como seres muy amorosos; seres sin prejuicios y de mente muy abierta, siendo capaces incluso de mover objetos con la mente. Se entiende de ellos que viven en un planeta que está cerca de la estrella Arcturus el cual es un sol gigantesco, unas 18 veces el tamaño de nuestro sol y que está situado a unos 37 años luz de la Tierra. El psíquico norteamericano llamado Edgar Cayce (1877-1945) dijo de ellos que eran la raza más evolucionada y desarrollada de nuestra galaxia. Los Arctuarianos se encuentran en quinta dimensión, por lo que se piensa que sus naves no son propiamente físicas, tal como entendemos, sino de una forma de luz, habiéndose podido crear por vías de la mente. Los Arctuarianos dicen que para acceder a la quinta dimensión donde ellos se encuentran, los seres humanos tenemos tres barreras que lo impiden: 1) La negatividad, 2) El miedo, y 3) La culpa. Si vibramos en cualquiera de estas tres tendencias emocionales destructivas seguiremos con un arnés que nos atará a esta tercera dimensión permanentemente. Dentro de su jerarquía, en la cúspide, se encuentra los ancianos a quienes se les adjudica la sabiduría. Su longevidad estaría cercana a los 400 años como promedio; pero su capacidad de regeneración es tan alta que podrían vivir mucho más. Sin embargo, se comenta que algunos, los más avanzados han podido trascender el espacio y el tiempo y no existe para ellos ni el envejecimiento ni la enfermedad."

David Parcerisa
Tomada del libro Ufología volumen I de Esteban Peretz


Hace 445 000 años llegaron a la Tierra unos seres procedentes del exterior del sistema solar.
En tablillas cuneiformes halladas en Irak, está escrita la verdadera historia y origen del ser humano. El especialista en lenguas muertas Zechariah Sitchin (1920-2010), dedicó más de 30 años a la traducción de las tablillas sumerias, y en 1976 publicó el libro “El Duodécimo Planeta”. Sitchin descifró los textos y descubrió que los sumerios conocían la existencia de todos los planetas del sistema solar, incluyendo un duodécimo astro, llamado NIBIRU, “El planeta del cruce”, cuya órbita elíptica realizaba un paso próximo a la Tierra cada 3 600 años.
 Sus habitantes, los anunaki, vinieron a la Tierra hace miles de años en busca de oro y minerales. El destino quiso que ellos nos crearan por medio de una avanzada ingeniería genética. Esta es la historia ignorada por la ciencia oficial, porque aceptarla, significaría admitir la invalidez de la teoría evolucionista de Darwin, cuyas bases son indemostrables pero ciegamente aceptadas por el sistema. Un principio basado en la manipulación, para encubrir las evidencias de nuestros orígenes extraterrestres.
Todos los datos aquí reportados no son mitos ni leyendas, sino hechos comprobados por científicos y arqueólogos que han arriesgado sus carreras para revelar la verdad que nos ha sido vedada.
Que cada cual juzgue a su modo, la historia que la cultura más antigua del mundo nos dejó escrita.
Hace 3900 millones de años, nuestro astro sol con su fuerza gravitacional atrajo a un planeta intruso dentro de nuestro sistema planetario, un astro de aspecto rojizo y de un tamaño tan colosal como Júpiter que los sumerios llamaban NIBIRU (El planeta de cruce).
Un astro que se había formado en otro sistema solar se había infiltrado en el nuestro, invitado por nuestro sol.
Al desviarse así la trayectoria de Nibiru sucedió un desastre cósmico sin precedentes, pues el paso errático de este nuevo astro estaba en rumbo de colisión contra otro coloso, otro planeta llamado “TIAMAT” (El astro acuoso) formado por océanos en su totalidad, Tiamat constaba de 11 satélites, el mayor de ellos se llamaba “KINGU”.
En esa época en nuestro sistema solar solo había 8 planetas que los sumerios designaban así:
MUMMU (Mercurio), LAHAMU (Venus), LAHMU (Marte), TIAMAT, KISHAR (Júpiter), ANSHAR (Saturno), ANU (Urano), EA (Neptuno). Al Sol lo llamaban ABZU.
En los textos se relatan cómo algunos planetas surgieron de otros cuerpos celestes más grandes y más complejos. Se dice que ANSHAR (Saturno) generó una nube estelar de la que surgieron Urano y Neptuno, los astros gemelos.
Cuando NIBIRU pasó cerca de ANSHAR, arrancó a uno de sus satélites con su campo gravitatorio y lo arrastró hacia las afueras del sistema solar; ese satélite era conocido como “GAGA” nuestro actual Plutón.
En esta primera incursión de Nibiru en nuestro sistema solar, se produjo una colisión entre uno de los satélites de Nibiru con Tiamat, después una segunda embestida, dos lunas de Nibiru terminan por agrietar a Tiamat. Así nos lo cuentan los textos sumerios: “Tiamat estremeció sus raíces, un rugido poderoso emitió, lanzó hechizo sobre Nibiru, lo envolvió con sus encantos. La suerte entre ellos estaba echada, la batalla era inevitable. Cara a cara se encontraron, Tiamat y Nibiru avanzaban uno contra otro. Se acercaban a la batalla buscando el singular combate. El viento malignó cargó contra su vientre. Se abrió paso en sus entrañas. Sus entrañas sangraban, su cuerpo se dilató. La boca se le abrió, a través de la abertura Nibiru disparó una flecha brillante. Un relámpago divino, la flecha le despedazó las entrañas. Le hizo pedazos el vientre, le desgarró la matriz, le partió el corazón. Nibiru contempló el cuerpo sin vida, Tiamat era ahora un cadáver masacrado.”
Pero no terminó ahí el castigo contra Tiamat, 3600 años después Nibiru regresaba otra vez hacia el sistema solar para cruzarlo nuevamente entre Marte y Júpiter. Así que en esa segunda incursión, Nibiru embistió con su masa al ya tocado Tiamat. Esta vez fraccionándolo en dos porciones.
“El señor Nibiru volvió más tarde, se encaminó hacia él. Se detuvo a ver su cuerpo sin vida. Estuvo planeando en su corazón dividir hábilmente al monstruo, después como un mejillón, en dos partes la dividió. Separó el tronco de las partes inferiores. Separó los canales internos de ella, maravillado contempló sus venas doradas, pisando su parte posterior, el señor cortó su parte superior. El viento norte, su ayudante a su lado llamó que se llevara a la cabeza cercenada. Le ordenó al viento que la pusiera en el vacío. El viento de Nibiru se cernió pues sobre Tiamat, barriendo sus chorreantes aguas. Nibiru disparó un rayo, al viento norte le dio una señal, en un resplandor la parte superior de Tiamat fue llevada a una región desconocida. Con ella también fue exiliado el encadenado KINGU (Luna), para que fuera compañero de la parte seccionada.”
El hemisferio sur de Tiamat quedó convertido en pequeñas secciones de rocas, convirtiéndose en el actual cinturón de asteroides. Que separa al grupo de los planetas interiores, del grupo de los planetas exteriores. El hemisferio norte de Tiamat acabó convirtiéndose en nuestro actual planeta Tierra, y su Luna (Kingu), atrapada en su campo gravitatorio como compañero eterno.
Nibiru se dirigió a Abzu, diciéndole así: “Con tus cálidos rayos das a luz a las heridas, y a la parte rota nueva vida le sea dada. Que sea en tu familia como una hija. Que las aguas en un lugar se reúnan. Que aparezca Tierra firme. Ki (Tierra) será su nombre a partir de ahora. Abzu hizo caso a las palabras de Nibiru. Que la Tierra se una a mi familia, Ki, tierra firme del abajo, que Tierra sea su nombre a partir de ahora, que con su giro halla día y halla noche. En los días la proveeré con mis rayos curadores. Que Kingu sea una criatura de la noche. Lo designaré para que brille en la noche compañera de la Tierra, para siempre Luna será.”
Los anunaki contaban un año nibiruano como 1 Shar lo que en el tiempo terrestre equivaldría a 3600 años. Justo lo que tarda Nibiru en dar un giro completo en su órbita alrededor de nuestro sistema solar. Pero esos 3600 años, para los anunaki en Nibiru sólo habría transcurrido 1 año.
Hace 500 mil años, en Nibiru, ya hace mucho tiempo que habita una avanzada civilización. Unos seres conocidos como los Anunaki. Sobre Nibiru, en los textos se dice que sobre su órbita elíptica con la que cruza el sistema solar, transcurre un tiempo alejado del sol y otro ciclo en que se aproxima y se calienta con intensidad. Durante el periodo gélido, Nibiru era capaz de conservar el calor interno y hacer viable el curso de la vida.
En los textos se describe a Nibiru como un planeta de exuberante vegetación, con abundantes lluvias y mucha fauna habitando ríos y mares.
Cuando surgió la vida, los anunaki se dividían por clanes y progresivamente en tribus; hasta conformarse dos naciones. La nación del norte y la del sur. Ambas enfrentadas en una guerra larga y feroz. El planeta estaba sumergió en una destrucción y desolación constante. Después, se declaró una tregua y más tarde se hizo la paz. Que las naciones se unan, se dijeron los emisarios entre sí. “¡Qué halla un trono en Nibiru, un rey que reine sobre todos! ¡Qué halla un líder del norte o del sur elegido a suertes, un rey supremo ha de ser!”
El bando del norte salió elegido a suertes como el rey, entonces una reina del bando del sur se casó con él. Norte y sur por matrimonio se unieron. Este primer rey que gobernó Nibiru se llamaba AN (El Celestial), quien decretó nuevas leyes y construyó una hermosa ciudad llamada Ágade (Unidad) y que simbolizaba la unión entre norte y sur.
Del rey AN fue descendiendo un largo linaje real. El cuarto en reinar fue AN.SHAR.GAL que decretó unas leyes de sucesión que generaron gran escándalo y polémica por ser bastante confusas.
Lo que AN.SHAR.GAL y su esposa decretaron fue que cada rey que gobernara tendría derecho a más de una mujer, es decir concubinas. Luego podría elegir a una como primera esposa. Sin embargo la sucesión del trono no recaería en el hijo primogénito, ni necesariamente el hijo de la primera esposa; solamente tenía validez la llamada “Ley de la Simiente”, según esta ley, por encima de esposas o concubinas o hijos primogénitos, lo que prevalecía verdaderamente era el lazo de sangre más estrecho. Que por lo general venía dado por unión de sangre entre dos hermanastros. Es decir, el rey se casaba con su hermanastra.
“Que en lo sucesivo, el hijo de una hermanastra, cuando quiera que nazca, por encima de todos los demás hijos, alcance la sucesión”.
Cuando llegó el 7mo reinado a manos del rey DU.URU el planeta Nibiru empezaba a sufrir unos trastornos que nadie comprendía. Los contrastes térmicos eran cada vez más acuciantes, en algunas regiones el calor era sofocante, en otras el frío diezmaba las cosechas y enfermaba los pueblos.
En Ágade, la ciudad del trono, se reunieron los máximos eruditos y sabios en todas las áreas para averiguar las causas del desastre: “En la atmósfera se ha hecho una brecha” ese fue su hallazgo. La atmósfera se había creado por las erupciones volcánicas, su herida había tenido lugar por la disminución de erupciones.
Mientras tanto, la fertilidad en el palacio estaba ausente, el rey DU.URU no concebía hijos; y así se interrumpía la sucesión al trono por simiente.
Un día la esposa del rey encontró un bebé en la puerta del palacio y lo adoptaron. Le llamaron LAH.MA, cuando creció el rey le nombró heredero legal. Con lo cual generó serias protestas entre los príncipes del consejo. Era la primera vez que se violaba la ley de la simiente cediendo el trono a alguien fuera del linaje real.
LAH.MA ascendió al trono como el 8vo rey de Nibiru pero para entonces la civilización se estaba enfrentando a una lenta extinción debido al debilitamiento de su atmósfera. Las lluvias se negaban, los vientos soplaban más fuerte, las plagas en el campo eran mayores que nunca. En las tierras había una maldición, los pechos de las madres se secaron, el aire de Nibiru se había hecho más tenue. El escudo protector había disminuido.
Los sabios reunidos aportaban distintas alternativas para sanar la atmosfera. Si estaba tan débilmente dañada, tanto los rayos cósmicos como los del sol podrían pronto aniquilarles a todos. Había que buscar una solución cuanto antes.
“Los remedios se debatían con avidez, se consideraron formas de vendar la herida urgentemente”
Se intentó un nuevo escudo que envolviera al planeta, pero todo lo que se lanzó hacia arriba cayó de vuelta al suelo. Estaba claro que los gases de los volcanes contenían los elementos que conformaban la atmósfera de Nibiru, pero al haber disminuido no sabían cómo activar más erupciones. “¡Que con invenciones se potencien nuevas erupciones! ¡Que los volcanes escupan de nuevo!” decían los sabios.
Pero el rey LAH.MA no actuaba y el pueblo comenzó a acusarle de ser pasivo e incapaz de tomar decisiones. Poco a poco la comida y el agua comenzaron a escasear. En la corte real crecía la tensión entre los consejeros. Los príncipes presionaban al rey para que tomara una decisión. Pero LAH.MA ignoraba sus quejas y súplicas, refugiándose únicamente en las débiles palabras de su asustada esposa. “Supliquemos al Gran Creador de todo. Suplicar, no actuar, es la única esperanza”.
Mientras el rey rezaba asustado sin querer afrontar la situación en el palacio ya se estaba gestando un golpe de estado para destronar al rey. Un príncipe llamado ALALU fue el instigador y el primero en alzar las armas contra el rey. “¡Que LAH.MA ya no sea más el rey!- gritó- ¡Que la decisión sustituya a la vacilación!”, los príncipes hicieron caso a sus palabras. Las puertas del palacio abrieron con violencia, a la sala del trono como aguas en avalancha llegaron. El rey escapó a la torre del palacio, ALALU fue en su persecución. En la torre hubo lucha. LAHMA cayó muerto.
Entonces ALALU se sentó en el trono y sin derecho ni consejo se proclamó rey. Mientras para algunos ALALU era un héroe para otros era solo un asesino. ¿Con qué derecho este príncipe había matado al rey para proclamarse heredero legal?
ALALU fue convocado ante los 7 que juzgan, ante el tribunal declaró lo siguiente:
“¡Del rey AN.SHAR.GAL desciendo! De una concubina, mi antepasado le nació a él; ALAM era su nombre. ALAM fue el primogénito; a él le pertenecía el trono. ¡Por una confabulación, la reina dejó a un lado sus derechos! La ley de la simiente de la nada se inventó, para que su hijo obtuviera la realeza. Y a ALAM se le privara de ella. Por descendencia soy el continuador de las generaciones de ALAM: ¡La semilla de AN.SHAR.GAL está dentro de mí!”
El consejo revisó minuciosamente los anales reales de la casa de registros. Comprobaron que efectivamente, después de AN.SHAR.GAL la ley de sucesión fue cambiada por la ley de la simiente. De este modo el hijo de AN.SHAR.GAL llamado ALAM no pudo reinar aún siendo el primogénito y ascendió al trono el hijo de KI.SHAR.GAL por ser esta la hermanastra del rey.
Después que DU.URU no concediera hijos y se diera el trono al niño adoptado LAH.MA, la ley de la simiente quedaba interrumpida, por esto ALALU era por ley el descendiente más directo para reinar. Todos estuvieron de acuerdo y le nombraron rey. Pero ALALU ni siquiera tuvo tiempo para saborear este dulce momento cuando se alzó en pie un príncipe reclamando el trono. Decía llamarse ANU por ser antepasado de AN, el primer rey que gobernó Nibiru. Hubo una gran exclamación, aquellas palabras levantaron una gran exclamación. ANU afirmaba ser el descendiente del gran rey AN y por lo tanto, procedía de una simiente más pura.
Cuando informaron a ALALU éste se plantó delante de ANU y le abrazó diciéndole: “Aunque de diferente descendencia, de un único antepasado descendemos ambos. Vivamos en paz, juntos devolveremos la abundancia a Nibiru. Déjame conservar el trono, conserva tú la sucesión. ALALU pidió a ANU que un hijo suyo se casara con su hija para así unificar la sucesión. ANU aceptó el trato y así se inscribió en los anales reales.
Conservando pues ALALU el trono se puso a actuar con inmediatez para reparar la atmósfera dañada de Nibiru, para ese fin, los sabios le aconsejaron que sólo un metal podía molerse hasta el polvo más fino para dejarlo suspendido en la estratosfera y crear así una barrera protectora para su atmósfera. Sólo el oro reunía las propiedades idóneas para ese fin. El problema era que casi no había oro en Nibiru. Los científicos habían detectado grandes cantidades en el cinturón de asteroides del sistema solar, ellos lo llamaban: “El brazalete repujado”.
“¡Qué se construyan naves celestiales para buscar oro en el brazalete repujado y que sea traído hasta Nibiru!”
ALALU era un rey impulsivo y valiente, aunque la orden que había expelido no dio ningún fruto. Todas las naves enviadas al cinturón de asteroides para capturar el oro fueron destruidas por impactos y ninguna regresó.
Entonces ALALU, sin esperar, puso en práctica un plan B: Activar a los volcanes para que sus erupciones repararan la atmósfera.
“Se armaron carros celestes con las armas de terror, proyectiles de terror golpearon a los volcanes desde los cielos. Las montañas se balancearon mientras grandes resplandores estallaban con estruendo. Pero las lluvias se negaban a caer y los vientos soplaban con más fuerza”
Las erupciones de los volcanes no aumentaban, no sanaba la brecha en la atmósfera. El pueblo de Nibiru dejó de venerar a su rey. En vez de alivio había traído miseria. Pero después de 9 años, ALALU seguía en el trono. Hasta que ANU se cansó de esperar y desafió a ALALU en combate. Mano a mano, como era tradición con los cuerpos desnudos. Vencería aquél que quedara en pie. Forcejearon entre sí en la plaza pública. Las jambas de las puertas temblaron y las paredes se remecieron. ALALU hincó la rodilla, al suelo cayó sobre su pecho. ALALU fue derrotado en combate. Por proclamación ANU fue hecho rey. Entonces, en medio de la agitación de las masas, ALALU se escabulló sigilosamente por miedo a terminar muerto como LAH.MA, pensó que ANU vendría por él. ALALU se dirigió a “el lugar de los carros celestiales”, y se subió en uno. Subió la puertezuela y ocupó el asiento del comandante.
En  los textos se dice que ALALU activó un dispositivo que se llamaba: “Lo que muestra el camino”, y una gran cámara se llenó con un aura azulada. Lo que hoy en día podría interpretarse como un sistema de pantalla, un GPS o un mapa estelar. “Levantó las piedras de fuego, el zumbido de estas, como la música, era cautivador. Avivó el gran quebrantador del carro. Arrojaba un resplandor rojizo. Sin percatarse nadie de ello ALALU escapó de Nibiru en la nave celestial. Hacia la nívea Tierra puso rumbo ALALU, por un secreto del principio eligió su destino”
ALALU se disponía a escapar de Nibiru por miedo a represalias y presa del disgusto por haber sido destronado. Pero embarcaba rumbo al planeta Tierra porque solo ahí tendría una última oportunidad para recuperar el trono. Si encontraba oro en la Tierra en grandes cantidades salvaría el destino de Nibiru y se convertiría en un héroe para la eternidad y volvería a reinar.
¿Pero cómo sabía ALALU que en la Tierra había oro? La respuesta se hallaba en el cinturón de asteroides. Varias sondas habían revelado gran cantidad de oro entre esas rocas que habían pertenecido al antiguo planeta TIAMAT. El astro acuoso que Nibiru había partido en dos mitades, y ahora la Tierra era todo lo que había quedado de él. La gran aventura estaba a punto de empezar.
En los textos sumerios se describe el viaje de ALALU de Nibiru hasta la Tierra, revelando detalles muy interesantes del recorrido por el sistema solar; describiendo planeta por planeta con un grado de precisión que no deja lugar a dudas que esta raza extraterrestre estuvo en la Tierra y dejó constancia escrita de su historia. Cuando ALALU alcanzó Neptuno los textos lo describen así: “Azul como las aguas puras era su color”; y de Urano se dice: “Como el doble de su esposa por un verde azulado se distinguía  Anu”. Cuando ALALU alcanza Saturno los textos describen incluso su fuerza gravitatoria: “Acelerando el carro, ALALU pudo vencer la insidiosa atracción de ANSHAR, con anillos brillantes de fascinantes colores hechizaba el carro. Más reveladora resulta la descripción que hacen de Júpiter: “Era un monstruo gigante, tormentas de remolinos obscurecían su rostro y movía manchas de colores de un lado a otro”, estos textos citan inclusive los satélites de Júpiter: “Una hueste innumerable, unos rápidos, otros lentos, circundaban al dios celestial”.
Cuando ALALU alcanza el cinturón de asteroides se describe una batalla celeste para sobrevivir: “Las siniestras rocas cargaron contra el carro”, ALALU soltó un proyectil portador de muerte hacia ellas, y después otro y otro: “Las armas de terror arrojó, como por hechizo, el brazalete repujado le abrió una puerta al rey”, ALALU entonces pudo ver los cielos con claridad y apareció entonces KI (La Tierra) llamado el 7mo planeta. ALALU dirigió hacia abajo el “rayo que penetra” para detectar las interioridades de la Tierra. “¡Lo he conseguido!” gritó.
ALALU había detectado oro en grandes cantidades, no solo bajo la Tierra sino también bajo las profundidades marinas. Entonces ya no había dudas, ALALU se disponía a aterrizar su nave en la Tierra; pero la tecnología de los anunaki, no les permitía, al menos en ese momento, de tomar Tierra gradualmente. En los textos se describe que cuando los “carruajes” de los “dioses” se disponían a abandonar un planeta daban vueltas a su alrededor para impulsarse con el campo gravitatorio y cuando deseaban aterrizar hacían lo mismo, daban vueltas para desacelerarse.
Se describe el aterrizaje de ALALU en la Tierra como un impacto violento y ruidoso, un choque atronador. Antes de salir extendió un “palo” desde el carro, “con un probador estaba equipado”. El probador respiró el aire del planeta e indicó su compatibilidad. Entonces salió y llenó sus pulmones. El aire era compatible. Cuando salió de la nave, ALALU se puso un casco de águila y un traje de “pez”, se sorprendió al ver la espesa vegetación del entorno y las frías aguas pantanosas que lo envolvían. Sintió miedo, el temor de la soledad al ser exiliado en un planeta extraño. Pero pronto se vio sorprendido por un resplandor amenazante, la luz del amanecer era cegadora y le abrumaban los rayos del sol.
Regresó al carro y se colocó una “máscara” para cubrir sus ojos. Acto seguido, se puso al borde de una ciénaga e introdujo el tomador de muestras bajo las turbias aguas pero los datos indicaban que el agua no era potable. Entonces, nervioso, se internó en lo profundo de un bosque en donde comió de jugosos frutos que colgaban de los árboles y finalmente sumergió de nuevo el tomador de muestras en un algo. Ahí por fin dio señales de que el agua era compatible.
El aire era puro, los frutos deliciosos y tenía agua potable. Ya solo faltaba encontrar oro para considerar un éxito la misión. En un pantano introdujo el probador. Este indicaba el contenido del agua, con símbolos y números develaba sus hallazgos y después el latido del corazón de ALALU se detuvo; hay oro en las aguas estaba indicándole el probador. Eufórico entró en la nave y levantó el “hablador de palabras” para enviar sus palabras a Nibiru: “Las palabras del gran ALALU hacia ANU en Nibiru se dirigen. ¡En otro mundo estoy he encontrado el oro de la salvación! ¡La suerte de Nibiru está en mis manos, debes escuchar mis condiciones!
ANU y toda la corte real no daban crédito al comunicado. Algunos creían que ALALU había muerto, otros que se había escondido en alguna remota región de Nibiru. El rey ANU le saludó alegrándose de que se encontrara en buen estado. Esperaba impaciente más noticias.
ALALU no faltó en responder: “Si vuestro salvador he de ser, que el consejo me nombre rey para sustituir a ANU en el trono”; la gran consternación afligió al consejo. Alterar la realeza era un asunto grave, y más aún cuando se sospechaba que ALALU disponía de armas de terror en su carro celeste. Era una amenaza para ANU y el consejo, pero al mismo tiempo ALALU podía ser la salvación de su planeta.
Se reunieron los ancianos más sabios y empezaron a debatirse, pero en plena asamblea, un joven príncipe tomó la palabra, su nombre ENLIL (significa “dios del viento”), hijo del rey ANU, que dijo: “ALALU no puede hablar de condiciones. Perdió el trono en combate singular. Si es cierto que ha encontrado oro en la Tierra, hacen falta pruebas de ello”
ALALU no tardó en ofrecérselas, del probador sacó el cristal de sus entrañas, del tomador de muestras sacó su corazón de cristal. Insertó los cristales en el hablador para transmitir todos los hallazgos. “Ahora que se han entregado las pruebas declaradme rey, inclinaos ante mis órdenes”
El terror se adueñó del palacio, entonces otro hijo del rey ANU se levantó para hablar; su nombre ENKI (significa “aquél cuyo hogar es el agua”; también se le conocería como EA) que dijo: “Dejadme ser el emisario de ANU ante ALALU, dejadme ser el que de soporte a los descubrimientos de ALALU. Dejad que vaya en viaje a la Tierra en un carro, dejad que obtenga de las aguas el precioso oro; a Nibiru se enviará de vuelta”
ANU y todo el consejo escucharon admirados las sabias palabras de ENKI y aprobaron su propuesta. Además ANU acordó que si ALALU y su hijo ENKI encontraban oro, aceptaría enfrentarse en combate contra ALALU por segunda vez para disputarse el trono. ENKI preparó el viaje durante muchos años, le ofrecieron el carro más grande para la misión. Dentro le acompañarían 50 anunakis más, incluido el comandante de la nave llamado ANZU (a quién más tarde se le llamaría Pazuzu y significa “aquél que conoce los cielos”).
Una gran multitud se congregó en el momento de la partida, ANU bendijo a su hijo y pronunció estas palabras: “Mi hijo el primogénito un largo viaje has emprendido para ponerte en peligro por todos nosotros, ¡Que tu éxito destierre de Nibiru la calamidad! ve y vuelve con vida” Su hermano ENLIL le abrazó con fuerza y le bendijo, deseando su regreso algún día.
En los textos se dice que ENKI y su comandante cruzaron el sistema solar rumbo a la Tierra, pero cuando atravesaron el cinturón de asteroides utilizaron un extraño método para repeler las rocas. Técnicamente desconocemos su significado, pero se describe como una especie de propulsor de agua que proyectaba un extraño líquido que desviaba las rocas y la nave podía avanzar sin peligro de colisión. En un momento dado ENKI cae en la cuenta de que el suministro en el depósito de agua se ha terminado, de modo que para llegar a la Tierra tendrán que hacer una escala en Marte. Una vez allí, los héroes extendieron “lo que aspira agua”; las entrañas de la nave se llenaron con las aguas de un lago. Se describe a Marte como un planeta con cimas nevadas y grandes lagos. Su aire podía respirarse y sus aguas beberse.
Cuando por fin se aproximaron a la Tierra ANZU gritó: “El carro debe frenarse o perecerá en la gruesa atmósfera de la Tierra”, con lo cual ENKI le ordenó: “Haz círculos para frenar alrededor del compañero de la Tierra (La Luna)”.
Entonces el carro celeste circundó la Luna hasta que empezó a frenarse y entonces se dirigió hacia la Tierra. “La red de atracción de la Tierra es demasiado poderosa para descender en tierra seca” dijo ANZU, de modo que EA (ENKI) le ordenó que descendiera sobre el océano. La nave flotó como un barco y se deslizó hasta llegar a una zona pantanosa. En el hablador se escuchó una voz: “Sed bienvenidos a la Tierra” estaba diciendo ALALU. Siguiendo sus instrucciones, EA, ANZU y el resto de la tripulación se vistieron con trajes de “pez” y se sumergieron en las aguas hasta que por fin vislumbraron la nave de ALALU y a este que les estaba saludando con los brazos extendidos. EA (ENKI) salió del agua y ALALU llegó corriendo hasta él, le abrazó con fuerza y le dijo: “Bienvenido a un planeta diferente”, ALALU se erigió como comandante de la Tierra y les dio la bienvenida a todos. Pero los recién llegados se asustaron al ver la puesta del sol. ALALU les tranquilizó: “Sólo marca el fin de un día en la Tierra, echaos para un breve descanso; una noche en la Tierra es más corta de lo que podáis imaginar. El sol pronto hará su aparición”
Pero esa primera noche en la Tierra nadie pudo dormir. Aterrorizados por aquella gran obscuridad.
Cuando salió el sol, todos se relajaron y se sintieron aliviados; pero no hubo descanso para nadie, había mucho por hacer. ENKI ordenó construir campamentos, edificando casas con ladrillos de arcilla. A un ser llamado ENKINDU le encomendó que elaborara una “frontera” frente a los pantanos. Un lugar donde reunir las aguas que llovían del cielo, así se separaron las aguas de debajo de las aguas de arriba. Se separaron las aguas de los cenégales de las aguas dulces. El visir de EA (ENKI) llamado ISIMUD se encargo de clasificar y seleccionar las plantas y frutas que iban descubriendo. En el quinto día, EA ordenó construir un barco de juncos para valorar la extensión de los pantanos, hizo construir redes y trampas para pescar las distintas acuáticas que pululaban esas zonas para cazarlas y estudiarlas. Hizo lo mismo para cazar aves y así proveerse de alimento. En el sexto día, ENKI le asignó a ENUZAG la tarea de distinguir lo que se arrastra por el suelo de lo que camina sobre pies; pronto descubrieron animales feroces de los que tuvieron que protegerse levantando una valla de protección alrededor del campamento.
Cuando llegó el séptimo día, ENKI congregó a todos los héroes y les dijo: “Hemos emprendido un viaje peligroso desde Nibiru hasta el 7mo planeta. Muchas cosas buenas hemos conseguido, hemos establecido un campamento. ¡Que este día sea de descanso a partir de ahora! ¡El séptimo día será siempre de descanso!”
“Que a partir de ahora se le llame a este lugar: ERIDU (Hogar en la lejanía); que se mantenga una promesa, que ALALU sea proclamado comandante de ERIDU”
Durante esa primera expedición de los Anunaki en la Tierra se diseño a través de ENKI un sistema para extraer los metales que contenían las aguas. Según los textos, el agua era drenada a un recipiente de cristales que clasificaba cada tipo de metal. Había hierro y había cobre, además de otros metales. Mientras tanto, EA (ENKI) estaba fascinado por los movimientos de la Luna, entonces empezó a estudiar sus ciclos y acuño la palabra “mes” para designar una vuelta lunar completa alrededor de la Tierra. Después estudió el sol y observó que cada 6 meses ingresaba a una estación que bautizó como: Invierno y Verano. A la vuelta solar completa la llamó Año.
El rey ANU no tardó en preguntar por el oro, pero ENKI preocupado reconoció que no habían obtenido gran cantidad a través de los pantanos; al finalizar el año se hizo cuenta del oro acumulado. No había mucho para enviar a Nibiru. “Las aguas de las ciénagas son insuficientes, que se traslade el carro a lo profundo del océano” así dijo EA.
Nibiru se estaba acercando a la Tierra, pasando entre Marte y Júpiter, momento clave para enviar en una nave el oro conseguido. Sin embargo ENKI tuvo que suspender la entrega, no había suficiente oro. “¡Que pase otro Shar (3600 años terrestres), que se doble la cantidad!” le aconsejó EA a ANU.  Se siguió obteniendo oro de las aguas del océano. El corazón de ENKI se llenaba de aprensión.
Cuando por fin había transcurrido otro Shar, y Nibiru volvía a aproximarse, por fin se había acumulado suficiente oro para enviarlo pero había un problema, sólo podían viajar con la nave de ALALU que estaba averiada. Cuando ENKI la inspeccionó descubrió las armas de terror que albergaba en su interior. De modo que sin decir nada, EA las sacó y las escondió en una cueva. Cuando el piloto ANZU descubrió que las armas habían desaparecido pidió explicaciones a ENKI. “Es un peligro utilizar estas armas- dijo EA- jamás deben ser armadas ni en los cielos ni en las tierras firmes”, ANZU dijo: “Sin ellas será peligroso atravesar el brazalete repujado”. ALALU también apoyó las palabras de ANZU. Sin las armas no podían cruzar el cinturón de asteroides sin colisionar; pero EA mantuvo en secreto su escondite. No quería que esas armas fuesen descubiertas. Entonces entró en escena un anunaki llamado ABGAL (el que sabe pilotar) que adelantándose audazmente hacia los líderes dijo: “yo soy piloto, afrontaré los peligros valerosamente”; así se tomó la decisión. ABGAL será el piloto. ANZU y EA se quedarán en la Tierra. Antes de partir, ENKI sacó de su carro una “Tabla ME” y se la dio a ABGAL; le dijo: “será para ti lo que muestra el camino, con ella encontrarás un camino abierto”
Una vez reparada la nave de ALALU el piloto ABGAL despegó con fuerza con el primer cargamento de oro hacia Nibiru, dio vueltas alrededor de la Luna para ganar velocidad y luego alrededor de Marte. Luego burló con maestría los asteroides hasta que alcanzó Nibiru sin problemas.
Cuando aterrizaba pudo ver la enorme brecha en la atmósfera. Cuando tocó tierra, abrió la puertezuela. Había una multitud reunida. ANU se adelantó hasta él, le estrechó los brazos, pronunció palabras de bienvenida. Los héroes se precipitaron dentro del carro, sacaron los cestos de oro. Llevaban los cestos encima de la cabeza. ANU exclamó palabras de victoria entre los reunidos: “La salvación está aquí”.
El oro, una visión de lo más deslumbrante, se lo llevaron los sabios rápidamente para convertirlo en el más fino polvo. Para lanzarlo hacia el cielo se transportó. Su elaboración llevó todo un Shar, en otro Shar llevaron las pruebas. Con proyectiles llevaron el polvo hasta el cielo, con rayos de cristales se dispersó.
Una gran aclamación se podía escuchar. La gran brecha se estaba reparando y el oro había funcionado como escudo. Pero la celebración duró muy poco cuando Nibiru se aproximó hasta el sol, la brecha volvió a extenderse. Entonces ANU ordenó a ABGAL que regresara a la Tierra en busca de más cantidad.
ABGAL volvió a la Tierra con más héroes y más equipos.
ENKI empezó a rastrear el oro por la Tierra a través del llamado “explorador”, EA viajó sobre montañas y valles sobre la cámara celeste. Examinó con el explorador, las tierras separadas por los océanos. Una y otra vez se encontraba la misma indicación, donde la masa de tierra tomó la forma de un corazón, en la parte inferior de la misma, las venas doradas de las entrañas de la Tierra serían abundantes.
ABZU, del oro el lugar de nacimiento le puso por nombre “EA” a la región. Luego ENKI transmitió a ANU palabras de sabiduría: “En verdad la Tierra está llena de oro, de las venas y no de las aguas hay que conseguir el oro”
ANU organizó una asamblea en Nibiru, su hijo ENLIL se alzó y poniendo en duda las palabras de EA se ofreció voluntario para tomar el mando de la misión a través de un plan elaborado. ANU y el consejo apoyaron su decisión, y enviaron a ENLIL a la Tierra para ocupar el puesto de ENKI.
“ENLIL estaba ahora al mando de la misión, su palabra será orden” dijo ANU. Cuando ENLIL llegó a la Tierra, EA estrechó los brazos cálidamente con su hermanastro. ENKI le dio la bienvenida a ENLIL como hermano.
Sin embargo, EA se sintió ultrajado y decepcionado, ahora había perdido el mando de la misión. Su especialidad eran las aguas, pero el oro no se encontraba en abundancia en ellas. ¿Debía sentirse culpable de ese fracaso? pensaba, ¿Y por qué no le ofrecieron una segunda oportunidad?
Grandes cantidades de oro yacían bajo el Abzu, Enlil describió un gran plan, estaba proponiendo una gran misión, traer más héroes. Fundar más asentamientos para obtener el oro de las entrañas de la Tierra para separar ese metal de la mezcla y transportarlo en naves celeste y carros, para llevar a cabo trabajos en lugares de aterrizaje. Entonces las preguntas se agolparon.
EA le preguntó, quién construiría los asentamientos y quién tomaría el mando en el Abzu. ALALU por su parte preguntó por la ampliación de ERIDÚ, y Anzu preguntó: “¿Quién comandará las naves celestes y el lugar de los aterrizajes?”. Enlil, agobiado por tantas cuestiones respondió: “Que venga ANU a la Tierra, que tome él las decisiones”.
La llegada de ANU tuvo que ser un acontecimiento histórico para los anunaki y su recibimiento espectacular. Sería la primera vez que el gran monarca pisaría el 7mo planeta. Su nave aterrizó en las pantanosas aguas, y su hijo EA fue a recibirle en un barco de juncos. Ambos se abrazaron con emoción. Después ANU fue llevado a la ciudad de ERIDÚ, donde toda la comitiva de héroes le dieron una calurosa bienvenida.
ALALU no supo qué hacer cuando tuvo al rey en frente, apartó su mirada; pero ANU le abrazó amistosamente y sin rencores. Se organizó una asamblea para que se decidiera como ANU repartiría el trabajo de sus dos hijos.
Enki quería comandar Eridú y otros emplazamientos del llamado EDIN (La morada de los rectos), por ello propuso que ENLIL se ocupara de las extracciones de oro en el Abzu. Pero ENLIL entró en cólera y dijo: “El plan es improcedente, de la Tierra y sus secretos, mi hermanastro, EA es conocedor; él descubrió el Abzu, ¡Qué sea él el señor del Abzu!”
Los dos hermanos tuvieron una acalorada discusión. ANU se asustó temiendo que un grave conflicto entre ellos dificultara la obtención del oro. Echémoslo a suertes, dijo ANU, que la decisión venga de la mano del Hado.
Y las suertes eligieron. Enlil heredó el Edín y todas las ciudades, comandaría las naves celestes y a sus héroes. A Enki le concedieron los mares y los océanos y todas las tierras del Abzu, se haría cargo de las extracciones y de todas las ciudades del Edín solo la de Eridú seguiría conservando bajo su dominio.
ANU pronunció estas palabras para EA: “Qué se recuerde siempre que fue el primero en amerizar, que se conozca a EA como el señor de la Tierra. ENKI “Señor de la Tierra” sea su título.
Enki aceptó con una inclinación las palabras de su padre.
Enlil asintió y dijo a su hermanastro Enki: “Enki Señor de la Tierra sea su nombre, yo seré conocido como el Señor del mandato”. Todos asintieron y aceptaron sus funciones.
ANU satisfecho anunció su partida, las decisiones ya estaban tomadas y ahora se disponía a regresar a Nibiru para seguir gobernando, pero ALALU se interpuso; recordándole a ANU que seguía en pie el trato de ser el comandante de la Tierra por haber sido él quien descubrió el oro. Además le recordó la promesa de enfrentarse en combate por segunda vez por el trono.
ANU enfurecido gritó: “¡Que nuestra disputa se decida en una segunda lucha! ¡Peleemos aquí, hagámoslo ahora!”
Con desprecio ALALU se quitó la ropa, del mismo modo ANU se desnudó. Desnudos, los dos miembros de la realeza comenzaron a forcejear, fue una poderosa lucha.
Pero de nuevo la habilidad de ANU se hizo patente y derribó por segunda vez a ALALU. ANU puso el pie encima del pecho de ALALU y proclamó con ímpetu su victoria: “¡Yo soy el rey! ALALU no volverá a Nibiru”
Aprovechando la distracción de ANU, como un rayo ALALU se levantó del suelo y derribó a ANU por las piernas, abrió la boca y de un bocado le arrancó su hombría a ANU [113] . ALALU se tragó la hombría de ANU. Presa de un dolor insoportable, ANU lanzó un grito agónico. Enki se abalanzó sobre su padre para socorrerle. Enlil se echó encima de ALALU para apresarle. Este último no dejaba de arrojar una siniestra carcajada.
“¡Qué se haga justicia!” gritó Enlil a su lugar teniente “¡Que con tu arma rayo ALALU sea muerto!”
“¡No! – Gritó encarnizadamente Enki, - la justicia está dentro de él, en sus entrañas ha entrado el veneno”
El semen de los anunaki era un tóxico corrosivo que al ingerirse significaba una muerte lenta y dolorosa. ANU estaba muy mal herido y Enki lo llevó a su cabaña para curarle.
ALALU fue atado de manos y pies y se lo llevaron para ser juzgado. Enlil haría todo lo posible para que su ejecución fuese inminente.
Después de que ALALU cometiera la atrocidad de arrancarle los genitales al gran soberano ANU se generó una terrible disputa entre Enlil y Enki sobre cual había de ser su destino final, nadie dudaba de que la muerte se cerniría sobre él por haber ingerido el semen corrosivo que acabaría destrozando sus órganos internos como un acido.
Los primeros síntomas empezaron a manifestarse: “En sus entrañas, la hombría de ANU era como una carga. Sus entrañas se habían impregnado con el semen de ANU. Como una hembra en el parto, el vientre se le estaba hinchando”.
Mientras ALALU empezaba a convulsionarse por la agonía, Enlil exigía una y otra vez aplicarle el castigo capital; pero Enki no quería que ALALU tuviera que sufrir doblemente, ni mucho menos que se recordara bajo la humillación de haber sido ejecutado bajo esas condiciones.
ALALU fue llevado a Eridú, allá en mitad de una plaza se celebraría un juicio que determinaría su castigo ante los “dioses”. “En la plaza de Eridú, los héroes se reunieron en asamblea para presenciar el juicio de ALALU. Para los 7 que juzgan se pusieron 7 asientos. Para ANU presidiendo se preparó el asiento más alto, a su derecha se sentó Enki, Enlil se sentó a la izquierda.
El atormentado ALALU escuchó las acusaciones de Enlil: “Habiendo sido vencido, ALALU perpetró un abominable crimen; la hombría de ANU mordió y tragó. La muerte es el castigo”
Entonces ALALU admitió su delito, pero intentó defender hasta el último momento cuales habían de ser sus motivaciones.
“Yo, ALALU, descubrí en un planeta extraño la salvación de Nibiru. Se me prometió que volvería a Nibiru para reponerme en justicia en el trono. Después vino EA a la Tierra, el que por compromiso fue designado el siguiente para reinar en Nibiru. Después vino Enlil, reivindicando para la sucesión de ANU. Después vino ANU, a suertes se engaño a EA, Enki el señor de la Tierra fue proclamado. Para ser el señor de la Tierra, no de Nibiru.
Se le concedió a Enlil el mando, al distante Abzu fue relegado Enki. De todo esto se dolía mi corazón, el pecho me ardía de vergüenza y furia. Después ANU puso su pie sobre mi pecho, mi dolido corazón estaba pisando”
Entonces ANU interrumpió la confesión: “Por la simiente real y por la ley, en justa lucha gané el trono, mi hombría mordiste y tragaste para interrumpir mi linaje”
Todos los líderes sentenciaron a muerte a ALALU, con gritos e indignación. Sólo Enki se mantuvo cauto y exigió piedad. También el piloto Anzu se unió a Enki pidiendo sólo que lo encarcelaran hasta su momento final, pero la decisión final sólo vendría de la mano de ANU. Pues ahora además de ser víctima de ALALU también sería su verdugo, cuando dictó sentencia todos enmudecieron: “Morir en el exilio, que esa sea la sentencia dijo ANU”, sorprendidos los jueces se miraron unos a otros. No entendían lo que ANU estaba diciendo.
“Ni en la Tierra ni en Nibiru será el exilio” dijo ANU. Lo que ANU propuso fue llevar a ALALU hacia Marte y abandonarlo a su suerte en sus áridas tierras. ¿Pero por qué Marte? Aquél no había sido un destino elegido caprichosamente, ANU pensó en Marte porque entraba en sus planes levantar una gran base marciana, una estación de paso para recibir los embarques de oro de la Tierra. ANU ordenó que la nave que le regresaría a Nibiru hiciera escala allí para abandonar a ALALU.
“Sólo en un planeta extraño exiliado estará, para que cuente por sí mismo sus días hasta su último día” pero cuando la nave llegó a Marte y desterraron a ALALU ocurrió un suceso inesperado por todos, el piloto Anzu se ofreció voluntario para permanecer ahí y asistir al enfermo ALALU hasta el momento de su muerte. De este modo le ofrecería su apoyo para hacer más llevadero aquel terrible final. ANU no solo lo aceptó, sino que se sintió además tan conmovido por aquél gesto que le prestó alimentos para que sobreviviera hasta el momento en que vinieran a recogerle. La promesa que le hizo ANU a Anzu fue que cuando regresaran por él, construirían la estación de paso y le nombrarían comandante en jefe de dicha base operativa.
Desde la Tierra enviaron una solicitud de ayuda hacia Nibiru. Los anunaki que habían colonizado la Tierra sufrían trastornos de todo tipo, debido a que los giros de la Tierra eran demasiado rápidos como para adaptarse tan rápidamente a sus ciclos. Sentían fuertes jaquecas y se quejaban de la pésima calidad de los alimentos. Enlil pidió ayuda médica y asistencia para los enfermos. El propio Enlil se sentía sofocado por el fuerte calor que azotaba las tierras del Edín, razón por la cual solía acudir a zonas montañosas y frescas para recuperarse.
Desde Nibiru partió una nave con 50 anunakis más. Esta vez la tripulación estaba compuesta por enfermeras que portaban medicamentos, alimentos y semillas para plantar árboles frutales. La nave estaba comandada por la oficial médico en jefe de la misión NINMAH (La dama elevada), también conocida como Ninhursag, que era la hermanastra de Enki y Enlil. Mientras la nave de Ninhursag se dirigía a la Tierra se recibió una señal de socorro procedente de Marte. Supusieron que se trataba de Anzu que pedía ayuda. Probablemente por la falta de alimento. Aún seguía en Marte desde el destierro de ALALU. Cuando aterrizaron encontraron el cuerpo desvalido de Anzu postrado en una arenosa región marciana completamente desnutrido y sin signos vitales. Anzu estaba literalmente sin vida.
Ninhursag, experta en reanimación, le aplicó un remedio para recuperarle: “Sacó el pulsador de su bolsa, lo dirigió sobre el latido del corazón de Anzu, sacó el emisor de su bolsa. Dirigió sobre el cuerpo de Anzu las emisiones dadoras de vida de cristales. 60 veces dirigió Ninhursag el pulsador, 60 veces dirigió el emisor. En la sexagésima vez Anzu abrió los ojos, movió los labios. Con mucho cuidado Ninhursag derramó agua de vida sobre su rostro.
Los anunaki eran expertos eruditos en biomedicina y reanimación. Este tipo de milagros médicos eran conocidos en la antigüedad como los dones divinos que permitían la resurrección de los muertos. Un conocimiento que solo Enki y unos pocos conocían, y que lograron prodigarse principalmente en el antiguo Egipto.
Cuando Anzu recuperó el aliento le comentó a Ninhursag cual había sido el destino final de ALALU, describió una muerte espantosa. Les contó que poco después de haberles abandonado en Marte, ALALU empezó a sufrir unos horribles dolores con los cuales no podía hacer nada para ayudarle. Mientras aquél ácido le estaba disolviendo por dentro, ALALU gritaba entre convulsiones mientras vomitaba partes de sus órganos.
“En la gran roca encontré una cueva, dentro de ella oculté el cadáver de ALALU, cubrí su entrada con piedras” así les dijo Anzu. Ellos lo siguieron hasta la cueva, quitaron las piedras, entraron en la cueva.
Dentro encontraron lo que quedaba de ALALU. El que una vez fuera rey de Nibiru, yacía ahora en una cueva convertido en una pila de huesos.
Entonces Anzu pidió que antes de irse levantaran un monumento en honor al que había sido un día rey de Nibiru. Cubrieron la entrada de la cueva con piedras. Sobre la gran montaña rocosa tallaron con “rayos” la imagen de ALALU. Le mostraban llevando un casco de águila y le dejaron el rostro descubierto.
“¡Que la imagen de ALALU mire para siempre al Nibiru que gobernó, hacia la Tierra cuyo oro descubrió!”
Al cabo de poco llegaron 20 anunakis más, eran los IGIGI, que a partir de ese momento trabajarían en la construcción de una estación de paso, y ANU nombró a Anzu comandante supremo para dirigir aquél proyecto.
La gran incógnita de este relato reside precisamente en el rostro grabado en piedra de ALALU. Según Zechariah Sitchin, la famosa cara marciana que en 1976 la sonda Viking mostró de la región de Sidonia, pertenece indudablemente al rostro de ALALU.
Después de que el gran soberano ANU decretara a suertes el relevo de Enki al Apsu africano y la supremacía de Enlil como comandante en jefe de la misión terrestre. Enki dejó de lamentarse por aquel desgraciado suceso y asumió con resignación sus nuevas funciones como encargado de minas del Apsu. No tardó en darse cuenta de que necesitaba un gran equipo de perforación e instrumental de primera línea para poder escarbar bajo tierra. Sitchin y otros expertos creen que los anunakis no solo extraían oro de las minas, sino otros minerales que reunían propiedades de alta conductividad eléctrica para su tecnología. Ya fuera para sus naves espaciales o microchips.
También en los textos aparecen las llamadas “piedras azules que hacen enfermar”, sin duda se refieren a la extracción de minerales radioactivos como el uranio o el cobalto.
Por fin la nave de Ninhursag aterrizaba en la Tierra, desembarcando a toda una legión de enfermeras y personal sanitario, para atender a los enfermos y afectados por los ciclos terrestres.
Trajeron más naves, alimentos, medicamentos y semillas para plantar grandes árboles frutales.
A Enki le trajeron aquellas herramientas pesadas que había solicitado y empezó a crear grandes túneles bajo tierra y las minas pronto empezaron a ser llenadas por trabajadores. Cuando Enlil vio a Ninhursag desembarcar de la nave fue a recibirla con galantería, ella le estaba esperando con un ardiente deseo. Tras el encuentro, ambos se dispusieron a pasar una romántica velada en el llamado “lugar de los aterrizajes”, en el monte de los cedros. Ahí hicieron el amor apasionadamente.
El gran amor de Ninhursag fue su propio hermanastro Enlil. Cuando se separaron, ella no tuvo más amantes ni se casó jamás.
En un momento dado, Ninhursag le cuenta a Enlil que el hijo de ambos Ninurta, que en esos momentos habita en Nibiru, se siente ya preparado para honrar a su padre: “De nuestro hijo Ninurta te traigo noticias, es un joven príncipe, está dispuesto para la aventura, está preparado para unirse a ti en la Tierra”
Enlil se siente emocionado por sus palabras y le responde: “Si te quedas tú aquí que traigan a Ninurta, nuestro hijo”
Entonces Enlil sube a Ninhursag a su carro celeste y la invita a sobrevolar las tierras de Sumeria, para mostrarle las regiones de la Mesopotamia meridional en donde se edificarán las 7 ciudades funcionales para la gran misión terrestre.
Siete ciudades base que conformarán una red operativa para la extracción de oro. Después de Eridú vino Bad Tibira (Lugar brillante donde el mineral se finaliza); Bad Tibira era el centro metalúrgico de fundición en donde se tenía que refinar el oro. Al frente del cual estaría al mando otro hijo de Enlil, Nanarsin (el dios lunar masculino). Cada una de esas ciudades estaba alineada a una constelación zodiacal.
Bad Tibira estaba regida por el signo de Géminis, y precisasmente en dicha ciudad Nanarsin tuvo a sus dos hijos gemelos: Utu (Shamash) e Inanna (Ishtar). Dos “dioses” que desempeñarían un papel determinante en los acontecimientos futuros.
La tercera ciudad sería Larak (viendo el brillante fulgor), la misión de dicha ciudad era guiar a las “lanzaderas” espaciales a través de un “corredor de luces” (¿Una pista de aterrizaje?). La correspondencia zodiacal de Larak iba asociada a Sagitario y esta ciudad fue comandada más adelante por el hijo de Enlil, Ninurta, quien pertenecía al signo de sagitario; es por ello que su símbolo era el arco.
La cuarta ciudad sería Sippar (ciudad pájaro), una ciudad situada a orillas del río Éufrates. Indispensable para la misión ya que era el puerto espacial en donde aterrizaban o despegaban las naves espaciales con los cargamentos de oro a través de una pista de vuelo. Mucho más adelante en el tiempo, Sippar estaría comandada por el nieto de Enlil, Shamash (dios del sol y la justicia). Una deidad considerada sabia y benévola.
A Shamash lo representaban con alas de águila y era conocido por sus elevados vuelos desde donde podía vislumbrar todo cuanto sucedía en la Tierra. Shamash era “dios” del sol y estaba vinculado al signo de Leo.
La quinta ciudad fue Shurruppak (el lugar del supremo bienestar), era el centro médico de la misión liderada por Ninhursag. Este lugar estaba vinculado a la constelación de Virgo. Y Ninhursag reunía todas las características de minuciosidad e inteligencia del signo de la virgen.
La sexta ciudad sería Nippur (el lugar celeste de Nibiru), era el centro de control de la misión, al frente del cual estaba Enlil, el comandante supremo de la misión. En Nippur había una cámara luminosa que llamaban “DUR.ANKI” (El enlace Cielo-Tierra”. Era pues el centro de transmisiones con el cual se comunicaban con su planeta natal Nibiru y con los transbordadores espaciales que orbitaban la Tierra.
La cámara secreta estaba ubicada en lo alto de una cima artificial y estaba provista de sofisticadas antenas. En Nippur surgió el primer calendario terrestre a través del cual comenzaron a contar los años basándose en los ciclos de la Tierra, y no en Shars, que eran las cuentas cíclicas de Nibiru.
Cuando surgió dicho calendario se hallaban en la era de Tauro. De modo que tanto Nippur como Enlil estaban asociados al signo del Toro, y efectivamente Enlil era conocido por la testarudez propia del signo.
En Nippur se custodiaban las famosas tablas “ME” o tablillas de los destinos. Algo así como nuestros actuales “chips”, y que el piloto Anzu acabó robando para rebelarse contra sus líderes.
La séptima ciudad fue Lagash (viendo el halo en seis), que sería la primera ciudad que guiaría la ruta de vuelo.
Pronto llegaron noticias desde Nibiru, los cargamentos de oro que iban llegando de la Tierra empezaban a dar sus frutos y la atmósfera dañada de Nibiru estaba sanando. Pero quedaba claro que los envíos no debían interrumpirse bajo ninguna circunstancia. Aquella fase de restablecimiento era solo el principio y se requerían grandes cantidades de oro para seguir cerrando la brecha.
Sin embargo, la mayor amenaza empezaba a gestarse desde el eje mismo de la misión. Concretamente en las minas, los anunaki que traían el oro trabajaban noche y día bajo unas condiciones muy duras, expuestos a una prisión constante y a las altas temperaturas. Ahí dentro se acumulaban las quejas y la desesperación.
Pero ningún líder parecía darse cuenta de lo que estaba pasando.
Enki que era el encargado de mantener el orden en las minas se hallaba completamente absorto en sus estudios y en sus experimentos. Confiado de que los mineros cumplían fielmente su trabajo.
Enki estaba fascinado con las creaturas que frecuentaban los alrededores del Apsu africano. Estudiaba sus ciclos vitales y su comportamiento. Y de todas las formas de vida presentes se centró en la de los monos y en sus formas de aparearse. Capturó varios ejemplares del homo erectus para determinar cómo había sido la evolución natural de los primates, en vista de que estos ya empezaban a caminar erectos.
Zechariah Sitchin pensaba que Enki había elegido al homo erectus , pero otros expertos creen que se trataba del Neanderthal a quien Enki estudió.
En poco tiempo Enki realizó varios experimentos que consistían en mezclar a esos homínidos con otras especies de animales. Cuando su investigación ya estaba muy avanzada, llamó a Ninhursag y le mostró varios seres enjaulados. Ella se asustó al verles cómo golpeaban los barrotes de las jaulas.
“En las jaulas había extrañas creaturas, algo que nadie había visto en libertad. Tenían la parte superior de una especie, la parte inferior de otra creatura”
Enki le mostró a Ninhursag creaturas de dos especies combinadas por sus esencias. En muchos sellos cilíndricos, es recurrente ver a extraños homínidos con cabezas de león, de toro o incluso de pájaro.
En base a esta revelación, ahora podemos comenzar a entender el origen de las distintas mitologías asociadas a creaturas fantásticas como los centauros, los minotauros, los cíclopes, las sirenas, los orcos o los gnomos.
Que no serían otra cosa que el resultado de la combinación de varias especies de animales manipulados genéticamente por este dios que le gustaba tanto experimentar en busca de nuevas especies perfeccionadas.
Sin embargo, el clamor en las minas no tardó en llegar a sus oídos para interrumpir todos sus proyectos. Algo terrible estaba a punto de estallar para poner en peligro todo aquello en lo que habían estado trabajando hasta ese momento.
La llamada misión terrestre de los anunaki, consistía en una compleja infraestructura de ciudades operativas en la Mesopotamia meridional. Todas realizaban una función en ese proceso de extracción de oro, pero el centro de control de la operación era Nippur . Los IGIGI, que eran los astronautas de la misión, orbitaban la Tierra a bordo de transbordadores esperando las órdenes que se daban desde Nippur para embarcar las lanzaderas espaciales y llevar el oro  hacia Nibiru.
En Nippur se transmitían las órdenes a través de unas antenas llamadas DUR.ANKI; en ese punto se encontraba una cámara secreta llamada DIR.GA (el sagrado entre los sagrados), era la estancia más custodiada ya que en su interior se hallaban los “ME”, o también llamados las tablas del destino . Estos “ME” serían algo así como nuestros actuales microchips y contenían una fuente de información vital para los anunaki. Estas tablas eran la llave para activar el armamento destructivo, controlar naves espaciales o dirigir cualquier dispositivo tecnológico anunaki. Además los “ME” contenían leyes, decretos para gobernar, las más letales estrategias de guerra, instrucciones de armamento, capacidades defensivas para resultar invulnerable, planes para someter a pueblos y ciudades, así como muchas más claves. Había unas 60 tablas “ME”. Aquél que se apoderase de las tablas “ME” tendría el poder de gobernar el mundo.
En los textos sumerios aparece un relato llamado: “El Mito de ZU”, un anunaki considerado como un demonio, de un clan diferente al resto. No están muy claros los orígenes de este ser, también conocido como Pazuzu.
Según Zechariah Sitchin, los IGIGI encontraron a Pazuzu cuando era sólo un pequeño huérfano y lo adoptaron. Le enseñaron todos los secretos del espacio y cómo utilizar las naves de transporte alrededor de la Tierra. Pazuzu o ZU significa: “Aquél que sabe”; también conocido como ANZU (el que conoce los cielos).
Era el dios del viento maligno y las tormentas, aquél que era portador de plagas, pestes y fiebres.
Los sumerios representaban a Pazuzu con un estilizado cuerpo con garras de ave en los pies, alas de águila y cabeza parecida a un dragón o león tal vez. Aunque algunas características físicas de este podrían ser reptilianas.
Todo empieza cuando los IGIGI exigen a Enlil la construcción de un centro de recreo y ocio, para aliviarles de permanencias en el espacio. Un lugar donde pudieran divertirse o simplemente descansar y explayarse. Todos los astronautas IGIGI se reunieron en un convenio para suplicarle a Enlil que les escuchara.
Entonces los IGIGI eligieron a Pazuzu como portavoz de sus exigencias y lo enviaron a Nippur , el centro de operaciones de Enlil.
Enlil era consciente que los IGIGI sentían verdadero recelo por los anunaki en Tierra, sabía que tarde o temprano emprenderían una revuelta contra ellos. De ahí viene el mito de los Titanes según Sitchin, que serían los primeros IGIGI, los astronautas, los ángeles caídos que luego fueron los demonios.
Pero intervino Enki para aliviar las sospechas de su hermano. Aunque Enki y Enlil eran rivales, su relación de amor-odio les llevaba en ocasiones a dialogar, pactar y ponerse de acuerdo debido al lazo de sangre que inevitablemente les unía.
Enki le dijo: “Deja que Pazuzu entre a tu servicio en el santuario, en el asiento más interno, deja que sea él quien construya el camino”
Enki le aconsejó pues que si aceptaba a Pazuzu como sirviente en el DIR.GA, eso apaciguara las peticiones de los IGIGI y quizás con el tiempo se olvidarían de su exigencia.
Estaba claro que Enlil jamás aceptaría construir ese centro de recreo y esa estrategia era un ardid para entretenerles.
Poco a poco, Pazuzu empieza a conocer a profundidad los recovecos más secretos de sus instalaciones. La cámara del DIR.GA, ahí concibe un plan: Robar las tablas del destino y destituir a Enlil de su reinado:
“Tomaré las tablillas del destino, gobernaré los decretos de los dioses, estableceré mi trono, seré el amo de los secretos de los dioses. Comandaré a los IGIGI en el espacio”.
Pazuzu estaba atento a los pasos de su señor Enlil, para encontrar el momento apropiado para el robo y lo encontró en el momento en que Enlil se estaba tomando un baño. Pazuzu se apoderó de las tablillas del destino y en su nave despegó. Voló a ponerse a salvo en la UR.SAG.MU (La montaña de las cámaras del cielo). Tras el robo saltaron las alarmas.
Sus equipos y sistemas quedaron inutilizados. Había que dar caza a Pazuzu cuanto antes, en los “ME” habían rutas estelares en donde estaban trazadas no solo las órbitas de los planetas sino las coordenadas de navegación de los transbordadores IGIGI y las rutas de sus naves espaciales. Suspendidas quedaron las fórmulas divinas, la encendida luminosidad se extinguió. El silencio prevaleció. En el espacio los IGIGI estaban aturdidos, se habían llevado el brillo del santuario.
Cuando el gran soberano ANU fue informado del desastre, las órdenes fueron claras: Capturar a Pazuzu y recuperar los “ME”. Para ese fin Enlil reunió a los dioses más jóvenes pero todos temían fracasar pues Pazuzu había robado también el llamado brillo de Enlil que debía de ser algún tipo de arma que lo hacía doblemente letal e impenetrable. Tan poderoso como Enlil.
En ese instante Ninurta, hijo primogénito de Enlil dio un paso al frente y se ofreció para la misión. La madre de Ninurta era la médico en jefe Ninhursag, quien quiso darle algunos consejos antes de la batalla: “Acércate a Pazuzu tras una pantalla de polvo, para ello, te cedo mis siete remolinos de viento que agitan el polvo”
¿Qué clase de arma era esa?, en cualquier caso el texto sugiere que era un arma que podía acoplarse a una nave espacial, tal y como a un helicóptero o caja de combate se les puede adosar misiles o sistemas defensivos de todo tipo.
Ninurta equipó su nave con las siete armas, los siete remolinos del viento que agitan el polvo; y acudió hacia la montaña de las cámaras del cielo, que era el monte HAFI. Cuando Pazuzu le vio llegar, se puso en contacto con él. Suponemos que por medio de algún sistema de radio y gritó: “Me he llevado toda la autoridad, los decretos de los dioses. ¿Quién eres tú para venir a luchar contra mí?”
Ninurta embistió su nave hacia él sin temor alguno y disparó un rayo contra su enemigo, pero aquel disparo no le alcanzó. Pazuzu era impenetrable, y ningún arma o proyectil podía afectarle. Ninurta retrocedió, se sentía a merced del poderoso Pazuzu, entonces pidió ayuda a su hermano menor ISHKUR para que acudiera donde Enlil y le trajera nuevas armas para combatir. Enlil le dijo a Ninurta: “No desfallezcas en la batalla, demuestra tu fuerza”
Ishkur, regresó junto a Ninurta y le trajo un “tilo”, era algo como un proyectil, entonces dispuesto a dispararlo, Ninurta apuntó hacia los piñones del remolino de viento de Pazuzu; tuvo que realizar una maniobra de aproximación y situarse ala con ala. “Cuando el misil vuele como un relámpago, cuando el ardiente brillo llegue a los piñones sus alas vibrarán como mariposas. Entonces Pazuzu será derrotado”.
Ninurta disparó el proyectil y dio en el blanco. La Tierra se estremeció, los cielos se tornaron negros. Los piñones de Pazuzu fueron derrotados. Las tablas del destino fueron devueltas al DIR.GA y se pudo restablecer todo luego del caos.
Pero Pazuzu fue capturado con vida y entregado a una corte marcial compuesta por 7 altos mandatarios anunaki. El juicio le consideró culpable y fue condenado a muerte. Existe un relieve hallado en la sumeria mesopotámica en donde se ilustra la ejecución de Pazuzu. En este se le viste como un ave o gallo, por su vinculación con los IGIGI. El verdugo que le asesta el golpe con un cuchillo es Ninurta quien le acaba cortando la garganta.
Pazuzu pasó a convertirse en un demonio mitológico propagador de pestes a la altura de grandes creaturas de la noche, Incubus o sucubus.
Aunque en culturas mesopotámicas antiguas utilizaban la figura de Pazuzu como amuleto para protegerse de malos espíritus.
Los mineros anunaki se rebelaron después de estas cosas y gritaban con ira tirando sus herramientas al fuego. “Desde que ha aumentado el calor en la Tierra, el trabajo se ha hecho insoportable, inaguantable. Nosotros somos astronautas, no mineros.”
Ninurta intentó frenar las hostilidades pero fue inútil.
Los mineros se abrieron paso hasta la salida de las minas gritando que ya no volverían al trabajo. Asustado, Ninurta avisó a Enki. “Convoquemos a Enlil” dijo Enki. Cuando Enlil se colocó cerca de donde estaban los mineros, estos se armaron con fuego y se dirigieron donde él para exigirle el cese de las minas. “Vamos a enervar a Enlil en su morada, que nos libere del duro trabajo. Proclamemos la guerra, nos liberaremos a través de las hostilidades”
Cuando Enlil le avisó a ANU lo que sucedía, este sólo le contestó: “Hay que obtener oro, el trabajo debe continuar”
Las hostilidades aumentaron. Enlil insistía en que el trabajo debía de continuar e incluso pidió a Enki que confeccionara nuevas herramientas para el trabajo en las minas. Enlil con su carácter tiránico no parecía percatarse de lo que estaba ocurriendo. Pero la situación empeoró. Se tuvo que llamar a ANU para que acudiera personalmente a la Tierra. Se celebró una asamblea para examinar la situación. Según los cálculos de Sitchin, los anunaki se encontraron discutiendo esta cuestión hace aproximadamente unos 300 mil años.
Después en plena asamblea, Enki se puso de pie para ofrecer una alternativa viable para el problema. Pero antes de su intervención solicitó la presencia de su sabio hijo NINGISHZIDDA (Señor del Árbol de la vida), un “dios” que custodiaba todos los secretos divinos de las ciencias de la genética y la biomedicina. Enki le había concedido a Ningishzidda todos sus secretos, incluida la habilidad de resucitar a los muertos. Ningishzidda era representado con las dos serpientes entrelazadas que designaban las dos hélices del ADN, que luego pasó a ser el símbolo de la medicina. Más adelante en la cultura Egipcia, Ningishzidda fue venerado como el dios de la alta magia y la escritura, Thot.
Una vez que Ningishzidda acudió a la asamblea, Enki se retiró unos instantes para deliberar a solas con su hijo, después Enki se dirigió ante el consejo y dijo lo siguiente:
“Es posible una solución, creemos un Lulu, un trabajador primitivo para que se ocupe del trabajo más duro. Que ese ser cargue sobre su espalda el duro trabajo de los anunaki [118] ”
Asombrados quedaron los líderes, ciertamente quedaron sin palabras. Mientras algunos pensaban que Enki estaba bromeando, otros pensaron que la propuesta era fascinante.
¿Era en verdad posible violar las leyes de la biología, despegar las pautas de la evolución para ese fin? ¿Qué repercusiones tendría el interferir en el curso natural de la vida para crear un ser pensante que realizara el trabajo sucio como un sirviente para ellos? ¿Era espiritualmente lícito jugar a ser “dioses”?
Lo que Enki planteaba fue acogido como un asunto muy grave. Otros en cambio vieron posibilidades infinitas para hacer un uso adecuado que solucionara del gran atolladero en el que estaban. Grandes preguntas surgieron, y muchos fueron los dilemas morales y las dudas que encendieron aquella arriesgada opción.
Todos preguntaron a Ninhursag, la más cualificada médico si aquello que decía Enki era viable.
Ninhursag respondió: “No se había oído hablar de eso aquí nunca. Todos los seres descienden de una simiente. ¡Cada ser se desarrolló a lo largo de eones a partir de otro, ninguno vino nunca de la nada!”
Entonces todos se volvieron hacia Enki quien sonriente dijo: “Cuanta razón tienes hermana, dejadme que os revele un secreto del Apzu. El ser que necesitamos existe ya. Todo lo que tenemos que hacer es ponerle la señal de nuestra esencia. Así se creará un Lulu, un trabajador primitivo”
Lo que Enki pretendía no era crear una nueva especie desde cero, sino mezclar la esencia de los primates con la de su raza anunaki. Conformando así una hibridación. De esta manera, el mono salvaje movido sólo por el instinto tendría la capacidad de razonar para que pudiera utilizar las herramientas y convertirse en un perfecto sirviente y esclavo en las minas.
Enki se disponía a darle un empujón a la evolución, un espaldarazo de al menos 40 millones de años de evolución. Pero ¿Cuáles serían las consecuencias de este arriesgado experimento?

David Parcerisa
Tomada del libro de Esteban Perentz Ufología:Volumen II




"Presentamos un test de 21 preguntas con el que uno puede hacerse una ligera idea de si es portador de ciertas genéticas reptil ancestrales, fruto de las manipulaciones genéticas de aquellos seres que se hicieron pasar por deidades antiguas. Existen por lo menos 2 linajes de sangre reptil, uno relacionado con el conocimiento y la evolución espiritual, y otro completamente opuesto que lo vincula a híbridos humano-reptilianos frios y dotados de una inteligencia estratégica y cruel. Este test se basa en diversos estudios efectuados por investigadores de todo el mundo, algunos puramente fisicos y otros psíquicos. El resultado que uno obtenga del test no es para nada concluyente ni debe tomarse literalmente. Cómo mínimo lo que si puede ofrecer es una pista de posibles trazas de ADN de ciertos linajes reptil de los que podrías ser tú mismo un portador..."

David Parcerisa









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